MAQUINAS, MOSCAS, CASA NUEVA, MUJER QUE ME BUSCA, NIÑOS
ENANOS, MILITAR MEDIEVAL, MUEBLES EN CHICAGO, ABUELA.
Alfredo Arrieta |
Enfrente de mi persona hay múltiples máquinas de esas que
sirven para escarbar. Un señor que la maneja me está mirándo mientras va calentando
los motores. Me acerco y le pregunto ¿que para qué quieren tantas máquinas en
este sitio?. Me dice que necesitan escarbar. Le vuelvo a preguntar que ¿ con
que objeto?. Es que vámos a sacar los
sueños. Aquí en este lugar están enterrados los sueños de todos. ¿Hasta los sueños míos?.
De todos. Y tú eres parte de todos…
El hombre entierra la gran mano metálica en el pavimento
y comienza a rascar y a rascar. Hace un gran hoyo hasta que topa con miles de
costales atados.
Los va sacándo uno
a uno. Son costales pesados, los sueños de cada cual.
Yo miro expectante que pueda sacar el mío.. Así lo hace.
Saca un costal enorme. Me dice con la mano que este es. Lo deposita en el suelo
con suavidad. Miro que el costal tiene un etiqueta con mi nombre. El costal
está atado con fuerza pero no es impedimento para que yo pueda abrirlo.
Una vez que suelto
el mecate lo abro ¿ y que creen?. De súbito comienzan a salir cientos de
mariposas multicolores, flores de todas partes, pájaros diversos. Al salir se
esparcen por los vientos, luego se forma
un hermoso arco iris que viene a acompañarnos con el bello cuadro de imágenes…
Pienso que nosotros soñamos lo que somos en la realidad….
Todavía no acabo con esta satisfacción cuando me infoman
que la Montserrat no está. Así que dejo
todo y comienzo a buscarla. Unos
vejestorios me dicen que ella acostumbra ir a una Central de Abastos a levantar
fresas. Me dirijo a pie hasta allá. Hay una puerta pequeña, metálica. La abro.
Hay un mundo de moscas negras. Busco con la mirada un matamoscas y comienzo a
matarlas. Son millones que no puedo con ellas. Son una plaga gigante.
Montserrat está dormida en un colchón sin cobijas. La veo
cuando tenía cinco años, con su abrigo caperuza. En las manos tiene un
cucurucho de fresas… La tomo por entero
y me la llevo en mis brazos….
Acabamos de comprar una casa nueva. Es una casa enorme.
No sé como voy a limpiarla. Nunca me gustó que nadie de afuera venga a
arreglarla. Lo tendré que hacer yo
mesmo.
La casa se compró con algunos muebles. Por ejemplo en la
entrada tiene una pantalla de televisión del tamaño de una pared. Les digo que
es como un cine. El techo de la casa tiene un traga luz. Espero que con el
inicio de las aguas no se vaya a meter el agua. Espero que no.
Estoy acostado en la entrada. Hay una media pared de
ladrillos que permiten divisar para afuera.
Una mujer de rostro bello fuma un cigarro. Con la
mirada parece que busca a alguien. Yo
traigo en la cabeza una boina y estoy leyéndo un cuento de Rius. La mujer me
descubre y me dice que a mí me andaba buscando. Me dice que ella tuvo que ver conmigo. Le respondo que yo
recuerdo porque soy un caballero y los caballeros no tenemos memoria. Lo cierto
es que sí sé quién es y hast me acuerdo
de como me la cogía.
La mujer me dice que viene a quedarse conmigo y que
además viene acompañada de toda su familia. Sobrinos, tíos, su madre, hermanos.
Le digo que eso no es posible porque yo tengo otras responsabilidades. La
mujer me dice que porqué no sí la casa es grande. Me levanto
del colchón y le digo que no puede ser.
Ella se me abalanza y comienza a pedirme
por favor, me besa y yo como soy un macho la recargo contra la pared y también
la beso. En esas ando cuando suena el teléfono. Es la fría que me dice que ya
está por llegar. Le digo que ahora voy. Me quito la boina y le bajo los
calzones a la mujer. El teléfono vuelve a sonar. Es de nuevo la fría. Me dice
que ya se está bajando del autobús. Le digo que ya voy. La mujer me sigue besándo. Nos fundimos de pie y tenemos un orgasmo
simultáneo.
Como puedo me voy
corriendo. La fría me pregunta que porque estoy tan agitado. Le respondo que
son figuraciones suyas. Se acerca y comienza a olerme. Me dice que huelo a sexo. Y
parece que no es mi sexo. Pus de quien
va a ser le respondo…
Llegamos a la casa, la fría sube por una escalera y se mete en una de las
recamaras. La mujer me sigue esperando. Se asoma por la terraza y me dice que
espera a su hermano. Su hermano roba. Yo me acerco y le miro el culo. Pienso. Culos como estos no mira uno todos los días…
Ahora voy en un camión urbano. Me gusta subirme en esos
camiones porque en la parte de atrás puedo llevar a la mujer en turno. Ahí me
la puedo fajar con libertad y como casi nadie se va para atrás pués tengo la
vía libre…..
Unos niños que parecen enanos me dicen con las manos que
los siga. Yo como no tengo nada que hacer
voy atrás de ellos. Los niños se meten en una casa abandonada, una casa
en ruinas. Todo está destruido. Camino entre
adobes rotos y muebles apestosos. Los niños se meten en todas partes.
Son niños que ya han muerto. Deben de ser sus almas. No debí seguirlos. Estoy
en una casa que no tiene salidas o al menos no las encuentro.
Hay un hoyo. Me agacho y de pecho tierra entro. A lo
lejos hay un portón. El portón tiene un gran candado. Lo tomo con las manos y
le doy un jalón. El candado cede. Abro la puerta y la puerta rechina.
Al salir hay una calle que viene de bajada. Un grupo de
personas ataviadas como los soldados de Irlanda pero de hace un chorro vienen
en mi busca. Uno de ellos me arroja unas armas
pesadas. Primero una bola de fierro con picos que gira. Yo la esquivo.
Pienso que sí no lo hago con un solo golpe me mata.
Luego va sacando
otras. Una con triángulos. Me la arroja. Son triángulos que al ir por el aire
se encienden. Hago la cabeza para un lado. Pasa zumbando…
Cuando veo que el
militar o el que comanda mete la mano para aventárme una nueva arma le arrojo
el candado. En esta epóca los soldados andaban con unas falditas y me imagino
que a raíz porque todavía no se habían inventado los calzones.
Le arrojo el candado. De tal suerte que le pega en los
meros huevos. El sodado abre los ojos y cae de frente. Cosa que aprovecho para escabullirme
e irme para otro sueño..
De ciudad en ciudad me encuentro en los Estados Unidos.
En Chicago para ser exactos. Camino por una de las calles principales.
Entro a una mueblería en donde un latino compra un
ropero. Se me acerca un dependiente y me
pregunta que deseo. Ando buscando un comedor para catorce personas. Me mira y
me pregunta de nuevo ¿ que como cuantas personas se sientas regularmente a
comer en mi casa ?. Cuatro le respondo enfático. Entonces resulta absurdo que
quiera usted un comedor para catorce personas.
Si puede ser, lo cierto es que en las películas cuando se sientan a
comer se colocan uno en cada extremo con la mesa larga..
Eso me gusta..
Siendo así, no hay que hablar…. Miro el comedor. Me gusta
me agrada .. Y lo compro…
Por último estoy con mi abuela. Le pregunto que porque no
abre una cuenta en FACEBOOK. Mi abuela me mira como preguntando ¿ que chingaos
es eso?. Intento enseñarle . Mi abuela me dice que no le gusta. Y me manda al
carajo..
Una mujer también anciana que le acompaña cose ropa en
una máquina portátil. Ella se levanta. Al hacerlo la máquina se inclina. Corro
y la atrapo antes de que caiga al suelo y se haga cachitos…
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spen, nec metu
12 de abril de 2013.
Estados Unidos Mexicanos..
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