LA ESPANTADA,
FOTOS EN UNA MILPA, AGUACERO
Que un hombre la
seguía. Ella intentaba escapar. Se refugiaba en una choza. El hombre se asomaba
tras los vidrios. Echaba vaho, luego los limpiaba con la sucia manga de su
chamarra.
El hombre
buscaba algo de florecita. A lo mejor quería romperle el himen. Empujaba la puerta, pero la puerta no se
abría. Fue ahí que yo entré en su sueño….
Le digo a la muchacha que no se preocupe. Miró al hombre y le grito. El hombre no se amilana. Vámos a
ver sí no se asusta con esto. Saco una pistola Magnun. La puerta cede. Es un
hombre corpulento, parece oso. Me mira como disgustado. Yo no le he hecho nada.
Le digo que salga. Que sí no lo hace lo mató.
El individuo
viene perdido. Tiene la mirada en otra parte. Le insisto que sí avanza un solo
centímetro lo vuelvo a matar. No me hace caso. Se abalanza contra de mí. Le meto un balazo en la frente. El oso
cae.
Busco a
florecita. Ella está asustada. Intento consolarla. ¿Pero?
Vuelve a gritar. Sale rápidamente y corre y corre. Ella piensa
que yo soy el hombre malo que la persigue. Intento alcanzarla pero su miedo es
más grande.
Vuelvo a cerrar
los ojos….
Me encuentro en una vía rápida. Camino por la acera. Enfrente
de mí hay una milpa. Creo que es el camino que debo seguir.
Anoche tomé tres
vasos de agua de tamarindo. Ahora me estoy meándo. Yo no soy de los hombres que
se levantan al baño por las noches. Esta es por única ocasión.
Salgo en la oscuridad. Busco la taza, levanto la tapa y
me meo de pie. A veces pienso que los
hombres deberíamos de mear sentados como las chicas. Así ellas no tendrían
queja alguna porque dejamos orinada la tapadera..
Me decido y
entro en el maizal. A medida que voy andando miro que clavados en el suelo hay
imágenes de Alexia. Con sus lentes cafés. No sé quién o quienes hayan podido
hacer esto.
Logro cruzar del
otro lado. Hay un río….
El río tiene
partes bajas por las que se puede cruzar sin mojarse.
Me dicen que un
individuo me ofrece una labor…
Le busco. El
tipo me dice que me paga un salario mínimo por cuidar su almacén. Es ahí que pienso que no tengo porqué ciudar las
riquezas de otro y hacerlo más rico. Que se cuide él solo. Rechazo su oferta..
Me encuentro de nuevo con florecita. Ella viene acompañada de Alicia. Al verla le
pregunto como ha estado. Alicia me responde
que bien. Le vuelvo a preguntar sí
sigue teniéndo hijos a granel. Ella se apena y me dice que sí. Desde 1982. Un hijo por año…
¿A poco una
mujer puede tener más de cuarenta niños? Quién sabe. Voy a averiguar cuántos
hijos puede tener una femenina en toda su vida fértil..
Florecita me
dice que sí le traje las pechugas de
pollo?.
Claro. A mí no
se me olvida nada… Es mi respuesta.
Me pongo de
cuclillas y le digo que me tengo que tomar una Coca Cola. Casi mágicamente se
aparece en mis manos. Florecita me dice que tenga cuidado con estos refrescos.
Una mujer acaba de morir por consumirlos. Sí ya lo sé. A mí me han dado hasta
thé de moscas alazanas y no me he muerto todavía…
Original de
Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec
metu
25 de febrero de
2013.
Estados Unidos
Mexicanos.
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