VIRGILIO, CICLISTAS NOCTURNOS,FIESTAS Y METICHE…
Cruzó el camellón para dirigirse a su casa. En el
trayecto miró la luz de una
accesoria. Caminó hasta ahí para
encontrar a Virgilio echado con las patas hacia afuera. Le saludó para saber su estado. Virgilio hablaba
incoherencias, estaba bajo los efectos de la cocaína. Otros me dijeron que pero
no era cierto. Cuando Virgilio está en sus cinco y entablas alguna conversación, hace como que
te escucha y no te deja terminar ninguna frase, siempre te arrebata las ideas,
y es tan desordenado su pensamiento que anda por todas partes como los pájaros
cuando buscan alimento, es decir toman una pizca de aquí y toman una pizca de
allá.
La verdad es que ahora que le encuentra Virgilio anda bien
pasado. Se levanta o se medio levanta. Le dice
con esa voz enredada como si trajera la lengua pá atrás que si necesita
dinero. Usted se mete la mano al bolsillo y se topa con que solamente trae
ciento veinte pesos, en estos tiempos el puto dinero no alcanza para nada.
Todos traen una que otra moneda. Aquellos tiempos idos cuando alguien se le acercaba para
pedirle parné, usted metía de nuevo la mano y sacaba sus buenos fajos de
billetes. Eran tal la bonanza que sí en esos momentos usted hubiera decido
comprar un Volks Wagen diariamente, le
alcanzaría sin chistar. Eso lo recuerda porque en el Novedades salía un anuncio
en dónde decía que este carro compacto
costaba 27 mil con diez pesos. Usted
ganaba más de treinta mil pesos por
noche.
Ahora anda rascando y solo encuentra en sus bolsillos
moruzas de pan. Los bolsillos temblando y el
alma encuerada que poca.
Virgilio le dijo que no se preocupara por centavos al mismo
tiempo que arrojó un sinfín de monedas en el camastro. Le preguntó que sí con
esto le alcanzaba. Usted extendió su mano y tomo un puño. Luego le dijo que
después se volvían a ver. Al cruza
apenas la calle se escucharon unos gritos y como sí alguien estuviera forcejeando.
Se regresó para ver que del local salía
un hombre apurado que corría hasta la calle principal.
Al entrar al sitio Virgilio estaba en la misma posición pero
ahora con la salvedad de que ahora tenía enterrado en el estómago un cuchillo.
Le miró y lo primero que se le ocurrió fue sacárle la daga. Virgilio aullaba
como perro. El dolor debía de ser intenso. Tomó por la cacha el filoso metal y
de un solo golpe lo sacó. Luego le dijo que
iría a avisar a algún servicio de rescate pero Virgilio que le dijo que saliera detrás del tipo y que lo
matara.
Usted muy obediente salió de nuevo a la calle hasta que le
descubrió calles arriba. Alguna voz le decía las características del individuo:
Este sujeto enfrentaba cargos criminales en una
cárcel en Ciudad Juárez. De allá se escapó y le pagaron para que matara
a Virgilio.
Así que siguió y
siguió. El otro por supuesto ya era un
asesino de nó sé cuantás muertes así que no le tenía miedo. En cuanto se le acercó
notó que su mirada se tornaba de vidrio. Usted le preguntó porque le había metido
el cuchillo a Virgilio. No es personal le dijo -. A mí me mandan, me pagan y me
dice a quién. Fíjate que coincidencia. A mí me dicen lo mismo.
En cuanto el hombre
escuchó sus palabras se le fue encima. Los dos cayeron al paso de los carros. Forcejearon, el hombre
estaba robusto pero no le lograba quitar el arma.
Por tanto zangoloteo
usted se alcanzó a dar un corte. Un hilo rojo salió en el ante brazo, después
en un descuido del mastodonte le hizo una rajada en la barriga. Luego como para
finiquitar el asunto le metió tres puñaladas en el pecho ahí justamente en la
zona de la tetilla izquierda.
Regresó para ver el estado de saludo de Virgilio. Unas
lenguas le comentaron que Virgilio fue llevado a un Centro Médico pero iba en
calidad de grave; es decir casi muerto.
Decidió caminar como
para olvidar el asunto. Ahora deambula por un camino en donde pasan ciclistas.
Va por debajo de un puente. Por arriba es un periférico que nunca fue
terminado. Los ciclistas llevan las luces encendidas. Es decir un pinche
foquito que apenas les alumbra el camino. Ellos pasan rozándo sus brazos.
Del otro lado los vehículos amenazantes. Está comprobado que
los peatones están indefensos , en la vida real y en los sueños.
Al rato anda en una multitud. Debe de buscar los torniquetes
de salida.
Al buscarlos se encuentra con Juvenal. Este anda con gorra y
viene del Estado de México. Le hace unas
preguntas pero no alcanza a escucharlas porque
la romería es grande.
De pronto se acerca un señor altísmo que va vestido de
ranchero. El hombre es un metiche que le gusta saber los asuntos de los demás. Usted
voltea y le pregunta por su asunto?. El
hombre es un individuo recio y se atreve
a contestarle. El no sabe que usted es peor que el lobo feroz y de un soplido
de huracán lo arroja contra una pared.
Juvenal le dice que
si quiera acudir a las fiestas patronales. Le dice que sí y los dos se
van…
Hay una entrada en donde danzan unos hombres. Son las
mojigangas.. Ellos llevan máscaras grotescas, pintadas de blanco. Se cubre los cabellos con un trapo blanco. Quién sabe
cómo le harán para respirar.
Después de un rato largo le
dice a Juvenal que se retira. Este le dice que espere un poco más en lo que sale Gonzalo Vega. Tiene
un papel principal. Pués este señor se
va a tener que privar de mi presencia
porque yo me voy.
Intenta salir pero un grupo de danzarines le impiden el
paso. No sabe que caras o rostros tienen . Usan las expresiones de caballo de
sus rostros carey. Se recuerda del cuchillo con el que mato al asesino de nó se cuántas muertes y se los
muestra.
A través de las
rejillas de las máscaras los individos que bailan se hacen pendejos y se
retiran. Usted le da un beso al artefacto . Y le agradece. Es como una
herramienta que abre todas las puertas.
Al salir hay un cigarro como de cuatro metros. El cigarro
está suspendido en el aire y además está encendido. Se acerca a usted , pero es
de inmediato apagado porque lo troza con su cuchillo.
Hay una calle que le lleva a una escalera en el interior de un faro. Sube. En la parte
alta se encuentra con que hay una luna esplendida así como un cielo azul negro
intenso. Solo en los lugares lejanos y fuera de las luces se puede apreciar el
firmamento.
Como ya todo está visto decide bajar. Se encuentra con que alguien
arrojó a los escalones granos de maíz hervido. Hay una infinidad de
ratones, conejos, y hasta pollitos que se los
van comiéndo.. Usted no quiere bajar pero es una necesidad . Así que los
esquiva . Es tanta el hambre de estos seres que ni siquiera se inmutan.
Sale y hay un mar…..
Un pescador le llama y le
pide que le ayude a sacar peces
con una red que le muestra.
Le dice que no sabe nada de estas cuestiones. Y que además acaba de matar hace un rato a un
asesino de quien sabe cuántas muertes. ¿ Y lo mató bien muerto ?. Sí señor le
metí tres cuchilladas. Que se fija hombre, esos no debían haber nacido.
Nomás vienen a hacer daño a este mundo….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
24 de Junio de 2012.
Estados Unidos Mexicanos.
Comentarios