LAPICES...

LAPICES.






Me encargaron que hiciera una colecta a nivel nacional de lápices. ¿ Y esto para qué? Les pregunté.

Me dijeron que debería de recopilar un lápiz por cada habitante. Es decir un poco más de ciento catorce millones de estos.
Me paré en una esquina con un letrero: Se solicita a los ciudadanos que donen en la medida de sus posibilidades un lápiz.


Las gentes que pasaban me miraban como si yo fuera un ser extraño: ¡ ¿ A quién chingados se le puede ofrecer un lápiz?.
Coloqué una caja y en ella las almas tímidas se fueron acercando. La caja se fue llenando hasta que necesité un costal.


Me fueron llevando lápices de todos los colores. El que más me llamó la atención fue uno de cristal. Cuando lo tomabas para escribir de la parte alta salía o emitía una luz multicolor.
Al cabo de dos meses con siete días exactos logré la meta. Ciento catorce millones de piezas .


Cuando les dije que ya los tenía salieron con otra:

Ahora debería de enseñárles a escribir a igual número de personas.
Me pidieron considerara ya que la Secretaría de Educación Pública solo lograba las cosas a medias. Los niños con esfuerzos balbuceaban las letras. Ninguno de ellos tenía la disciplina de escribir aunque fuera una frase por día.
Debo aclarar que no recibí ningún pago por mi esfuerzo. Pero lo hice con gusto. Nadie necesitaba decirme que las personas son mejores cuando están alfabetizadas y comprenden las cosas por ellos mismos. Era tiempo de que dejáramos de ser lo mejor de los peores.



Cité en una explanada a los millones de ciudadanos que ignoraban todo.

Recuerdo que una tarde conversé con una mujer y le expliqué la necesidad de la lectura y la escritura. Incluso le recomendé un libro de Nietzche : Así hablaba Zaratustra.
La mujer inclinó la cara y me dijo que ella nunca leía nada y mucho menos escribía. Apenas terminó la primaria.



Pasó el tiempo. Como un año y me la encontré de nuevo. Para ser francos no me acordaba de ella. Parece ser que le dió gusto encontrarme. Me dijo que compró el libro que le recomendé y que incluso compró otros más…


Una sociedad de educados pueda dar mucho.Y basta de tanta gente cercana al animal. Basta de vulgaridad. No es deseable tribus de ignorantes. Gobierno realiza tu trabajo. Deja de hacerte pendejo y acude con los ciudadanos. No los subestimes. Cuando los eduque. Verás que no es tan fácil someterles como haces ahora.



Tú verás si convocamos como en la recolecta de lápices a la multitud para que se indignen por las condiciones precarias en que los tienes. Ayer por la tarde, una mujer pedía un taco de frijoles en el tianguis. Mañana pedirá lápices y luego libros, y luego pedirá justicia social, y luego pedirán y pedirán. Podrás con tantos?....



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
19 de Octubre de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.

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