CASA DE ADOBE, AL VACIO.
CASA DE ADOBE, AL VACIO.
Un pájaro cruzó los aires de esta República. Llevaba en el pico un sobre de tonos rosas. Al pasar cerca de mí lo soltó. Fue entonces que acudí avalado por la curiosidad a verlo.
Leí minuciosamente sus líneas en arial en dónde me invitaba a que acudiera a cierto lugar. Dejé todo atrás como aquél día en que me fui de casa y abandoné el hogar. Era posible que lo del pajarito fuera una señal, no lo sé. Me parece que ando por los rumbos de Bernal pero en epócas de la Revolución. Hay una construcción a medio terminar. Incluso algunos cuartos no tiene techo y se puede mirar a los alacranes hacer su intento por escapar a de los fuertes rayos lumínicos del sol. Pasé en mi carácter de investigador. En una habitación embarrada de cal y arena hay un camastro con un colchón de borra. Un grupo de infantes lloran y se restregan los ojos, de sus naricitas escurren mocos. Le pregunto al más grande sobre el paradero de sus padres. El niño me señala a lo que parece la cocina. A un lado del fogón que aún echa humo yace una mujer, le metieron un balazo certero en la mera frente. El esposo también está tirado pero boca abajo. Su mano aprieta un pedazo de jarro.
Regreso donde los menores y miro a través de la ventana de palos y clavos oxidados la figura de unos hombres. Estos son los asesinos. Uno de ellos lleva entre las manos una escopeta de las temibles. Al ver la cara de los chiquillos me entra un coraje de aquellos. Busco mi cuchillo que siempre llevo para lo que se ofrezca. Salgo sigiloso y en un giro casi de bailarín le hundo el acero al matón cobarde.
Otro me descubre y blande un machete. Comienza a gritar. Sé que esta es una acción desesperada. . Cuando alguien grita es que no puede controlar sus emociones. Entra para buscarme. No debió haberlo hecho. le Lanzo mi cuchillo que viaja y se lo entierro en el corazón. De su boca comienza a manar sangre esto me recuerda a los bueyes del rastro cuando los destazan y avientan chorros.
Después de haber acabado con esos perros del mal. Les digo a los niños que no se preocupen al poco rato llegará su tía y les llevará alimento para sus pancitas.
No bien acababa de salir de ese lío de andar matando idiotas cuando me dicen que un fulano que conozco desde niño corre desesperado para quitarse la vida. Dejó mis cosas que son pocas y salgo. Ando rápido. Voy por una calle de México que es una de las principales. Las personas que andan cercanas a mí solo miran como preguntándo para donde o porque voy tan rápido.
El fulano que conozco. Sube un monte que en la realidad no está. En su lugar hay un monumento que dice que el petróleo es de los mexicanos. Que ocurrentes…
Llegó pero el fulano sube veloz, se escapa de la vida y yo no le alcanzo.Cuando me paro en el punto del olvido él ya no está. Esto no quiere decir que es mi alter ego. Nó. Dicen que es mi hermano de sangre, pero yo no estoy seguro. Luego solo veo su sombra que se aleja hacia abajo. No le alcanzó.
Regreso en mi derrota, me siento peor que un mulato. Pienso que no debí aceptar la invitación del pájaro para acudir a Bernal. Por andar resolviendo los problemas de otros ahora ya no tengo hermano.
Una mujer gorda que la conocí cuando era muchacho y que la recuerdo porque siempre contaba chistes groseros me dijo que mi carnal estaba loco. Que ella siempre lo supo. Pero que su locura no hacía daño a nadie hasta que lo alcanzó su propio miedo.
Caminé hasta donde se terminaba El Paseo, lo demás era polvo.
Una mujer anciana cubierta con un rebozo azul me dijo que mi hermano no se aventó al vació. Estaba loco pero no era pendejo.
El se metió cuando nadie lo vió a esa fábrica que procesa almas. Esta confundido entre los otros trabajadores. Quiere pasar anónimo. Antes de hacerlo habló conmigo. Me pidió no cometarle a nadie pero al ver su apuración y que usté es su hermano pus tuve que decirle. Ya no le busqué. Él está mejor así.Luego me asomé por una ventana y ahí estaba, con otra personalidad y hasta con otra cara. Sé que era él….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
12 de mayo de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
Un pájaro cruzó los aires de esta República. Llevaba en el pico un sobre de tonos rosas. Al pasar cerca de mí lo soltó. Fue entonces que acudí avalado por la curiosidad a verlo.
Leí minuciosamente sus líneas en arial en dónde me invitaba a que acudiera a cierto lugar. Dejé todo atrás como aquél día en que me fui de casa y abandoné el hogar. Era posible que lo del pajarito fuera una señal, no lo sé. Me parece que ando por los rumbos de Bernal pero en epócas de la Revolución. Hay una construcción a medio terminar. Incluso algunos cuartos no tiene techo y se puede mirar a los alacranes hacer su intento por escapar a de los fuertes rayos lumínicos del sol. Pasé en mi carácter de investigador. En una habitación embarrada de cal y arena hay un camastro con un colchón de borra. Un grupo de infantes lloran y se restregan los ojos, de sus naricitas escurren mocos. Le pregunto al más grande sobre el paradero de sus padres. El niño me señala a lo que parece la cocina. A un lado del fogón que aún echa humo yace una mujer, le metieron un balazo certero en la mera frente. El esposo también está tirado pero boca abajo. Su mano aprieta un pedazo de jarro.
Regreso donde los menores y miro a través de la ventana de palos y clavos oxidados la figura de unos hombres. Estos son los asesinos. Uno de ellos lleva entre las manos una escopeta de las temibles. Al ver la cara de los chiquillos me entra un coraje de aquellos. Busco mi cuchillo que siempre llevo para lo que se ofrezca. Salgo sigiloso y en un giro casi de bailarín le hundo el acero al matón cobarde.
Otro me descubre y blande un machete. Comienza a gritar. Sé que esta es una acción desesperada. . Cuando alguien grita es que no puede controlar sus emociones. Entra para buscarme. No debió haberlo hecho. le Lanzo mi cuchillo que viaja y se lo entierro en el corazón. De su boca comienza a manar sangre esto me recuerda a los bueyes del rastro cuando los destazan y avientan chorros.
Después de haber acabado con esos perros del mal. Les digo a los niños que no se preocupen al poco rato llegará su tía y les llevará alimento para sus pancitas.
No bien acababa de salir de ese lío de andar matando idiotas cuando me dicen que un fulano que conozco desde niño corre desesperado para quitarse la vida. Dejó mis cosas que son pocas y salgo. Ando rápido. Voy por una calle de México que es una de las principales. Las personas que andan cercanas a mí solo miran como preguntándo para donde o porque voy tan rápido.
El fulano que conozco. Sube un monte que en la realidad no está. En su lugar hay un monumento que dice que el petróleo es de los mexicanos. Que ocurrentes…
Llegó pero el fulano sube veloz, se escapa de la vida y yo no le alcanzo.Cuando me paro en el punto del olvido él ya no está. Esto no quiere decir que es mi alter ego. Nó. Dicen que es mi hermano de sangre, pero yo no estoy seguro. Luego solo veo su sombra que se aleja hacia abajo. No le alcanzó.
Regreso en mi derrota, me siento peor que un mulato. Pienso que no debí aceptar la invitación del pájaro para acudir a Bernal. Por andar resolviendo los problemas de otros ahora ya no tengo hermano.
Una mujer gorda que la conocí cuando era muchacho y que la recuerdo porque siempre contaba chistes groseros me dijo que mi carnal estaba loco. Que ella siempre lo supo. Pero que su locura no hacía daño a nadie hasta que lo alcanzó su propio miedo.
Caminé hasta donde se terminaba El Paseo, lo demás era polvo.
Una mujer anciana cubierta con un rebozo azul me dijo que mi hermano no se aventó al vació. Estaba loco pero no era pendejo.
El se metió cuando nadie lo vió a esa fábrica que procesa almas. Esta confundido entre los otros trabajadores. Quiere pasar anónimo. Antes de hacerlo habló conmigo. Me pidió no cometarle a nadie pero al ver su apuración y que usté es su hermano pus tuve que decirle. Ya no le busqué. Él está mejor así.Luego me asomé por una ventana y ahí estaba, con otra personalidad y hasta con otra cara. Sé que era él….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
12 de mayo de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
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