PLATAFORMA CON PERROS, ELEVADOR CON CADENAS, DINERO ESCONDIDO Y TECHO ROTO.

PLATAFORMA CON PERROS, ELEVADOR CON CADENAS, DINERO ESCONDIDO Y TECHO ROTO.





Usted se encuentra con que debe de subir por una plataforma que se sostiene por tres mástiles. Su altura es considerable. Lo más probable es que su altura sea por arriba de los treinta metros desde el nivel del suelo. Se acerca a los postes y se unta una especie de harina para que las manos no se resbalen. Cabe aclarar que esta acción siempre o desde siempre se le ha hecho absurda. Coloca las manos y de un brinco se trepa. Ahí va poco a poco. Su cuerpo se aferra como las lapas. A la mitad del trayecto usted mismo se hecha ganas y sigue y sigue. Enciman de usted hay un sol que no le permite percibir el más allá.


Al cabo de 15 minutos reales usted logra asirse a la plataforma. Es un cuadrado de no más de tres por cuatro. Su mano siente una lamida. Hay cuatro perros todos der color blanco. Busca en su bolsillo para localizar la bandera de su triunfo pero se recuerda que no la metió. Es un triunfo pero sin triunfo.


Se sienta al lado de los canes y se queda a vivir con ellos .

Casi nunca sueña con elevadores. Esto debe de ser porque hace unos días vió una película en donde Michael Douglas era perseguido en un juego en donde le hacen la vida de cuadritos. En una escena se mete a un elevador con una mujer y queda atrapado. Esto debe de haber sido.


Usted está por dentro del foso del elevador. Un hombre vestido de obrero o mecánico le dice que se va a arrojar al vació. ¿Y eso porque?. Porque estoy atolondrado de todo. Ah¡, entonces arrójese.


Así lo hace y su cuerpo va en vertical hasta que logra asirse a una de las cadenas que corren suben y bajan. El hombre emite una sonrisa y le pide que usted también lo haga. Ni que estuviera loco. Yo a esto sí que le rajo. Lo más alto que me he aventado es de una banqueta.


Esta acción la hace una y otra vez. La última le falló y sus manos resbalaron. No pudo verlo porque en el interior estaba muy oscuro.


Ahora aparece en la casa de sus abuela. Pasa por una de las habitaciones, es decir la que correspondía a su tío Lalo. Sobre la cama hay un fajo de billetes de gran denominación. De inmediato sus ojos cambian para tornarse avariciosos. Es que el pinche dinero cambia a las personas, las vuelve animales o acaso cerdos….


Toma el parné y lo mete en uno de sus bolsillos y se encuentra con la bandera que colocaría en la plataforma. La tira al suelo y mete el dinero.
Luego se dirige a su cuarto. Ahí en su escritorio, saca calcetines impares. Llega Fernando y cuando voltea usted ya metió discretamente la lana entre los calzones y la demás ropa.


Hay una escalera de las llamadas de caracol. Ahí hay un techo roto que está por caer. Nomás espera un temblor ligero y se vendrá encima. Hay un chico que vende películas de estreno. Te acercas para decirle sobre los peligros de vender sobre ese techo. Le da dos pataditas y le dice que no pasa nada. Luego le ofrece una pirata en doce pesos. No la ha visto.


Llega a casa y conecta un aparato. Coloca la película y aparece el mismo niño que se la acaba de vender. El techo se viene abajo y el chico muere entre piedras y pedazos de madera vieja.

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
27 de abril de 2011-
Estados Unidos Mexicanos.

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