ESCAPANDO DE GIGANTES
ESCAPANDO DE GIGANTES.
Son dos mujeres. Una de ellas es la que ordena. Con gesto adusto le dicta a la más pequeña lo que deberá hacer.
En primer lugar se colocará una máscara espantosa sujetada por un cordel rojo, aunque la cara verdadera provoque repulsión en el contrario.
Ustedes anden en ese camino . Tal parece que el polvo es la consecuencia de las sequías de mayo. Sólo hay un árbol seco. También en ese paisaje muerto sobresalen espinas que van picando hasta a los fantasmas.
La mujer mandona por su parte mira a través de un cristal que se empaña por su aliento. Sus ojos muestran un odio a la especie como nunca se había visto.
Es que son mierda, todos ellos son mierdas decía….
La otra comienza su persecución. Lleva entre su manos una especie de látigo pequeño que en Colombia le nombran el mandador. Pretende si los alcanza darles un castigo corporal desproporcionado.
Al verla de lejos, le meten velocidad a los pies. El pánico está apoderado de todos. Los brazos los van levantando y ni siquiera se dan cuenta que están espinados.
Llegan a una barranca que no tiene salida.
Sentado en una piedra oval, un gigante le dice que si la cabrona los agarra, serán convertidos en dulce. Incluso les da la explicación:
Los colocarán en cacerolas, luego los embadurnarán con brocha, una sustancia que servirá para que agarre. Los colocarán parados y sobre sus cabezas escurrirá azúcar caliente, que les quemará de la cabeza hasta la cara. Posteriormente se les colocará un palito en donde les hace remolino el cuero. El azúcar hará su parte secándose casi de inmediato, luego serán envueltos en celofán y serán expuestos para su venta. Serán mordidos por infantes gigantes, con sus molares triturarán sus cabezas que dicen saben a mosca, y por último tiraran el palito que los sujetaba.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
16 de abril de 2011
Estados Unidos Mexicanos.
Son dos mujeres. Una de ellas es la que ordena. Con gesto adusto le dicta a la más pequeña lo que deberá hacer.
En primer lugar se colocará una máscara espantosa sujetada por un cordel rojo, aunque la cara verdadera provoque repulsión en el contrario.
Ustedes anden en ese camino . Tal parece que el polvo es la consecuencia de las sequías de mayo. Sólo hay un árbol seco. También en ese paisaje muerto sobresalen espinas que van picando hasta a los fantasmas.
La mujer mandona por su parte mira a través de un cristal que se empaña por su aliento. Sus ojos muestran un odio a la especie como nunca se había visto.
Es que son mierda, todos ellos son mierdas decía….
La otra comienza su persecución. Lleva entre su manos una especie de látigo pequeño que en Colombia le nombran el mandador. Pretende si los alcanza darles un castigo corporal desproporcionado.
Al verla de lejos, le meten velocidad a los pies. El pánico está apoderado de todos. Los brazos los van levantando y ni siquiera se dan cuenta que están espinados.
Llegan a una barranca que no tiene salida.
Sentado en una piedra oval, un gigante le dice que si la cabrona los agarra, serán convertidos en dulce. Incluso les da la explicación:
Los colocarán en cacerolas, luego los embadurnarán con brocha, una sustancia que servirá para que agarre. Los colocarán parados y sobre sus cabezas escurrirá azúcar caliente, que les quemará de la cabeza hasta la cara. Posteriormente se les colocará un palito en donde les hace remolino el cuero. El azúcar hará su parte secándose casi de inmediato, luego serán envueltos en celofán y serán expuestos para su venta. Serán mordidos por infantes gigantes, con sus molares triturarán sus cabezas que dicen saben a mosca, y por último tiraran el palito que los sujetaba.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
16 de abril de 2011
Estados Unidos Mexicanos.
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