Lizbeth Carolina 20 años, edificio con soldados, platos rotos, techos caídos, dentro de un taxi.

Lizbeth Carolina 20 años, edificio con soldados, platos rotos, techos caídos, dentro de un taxi.


























Digamos que miro detenidamente este jardín. Hay una multiplicidad  de flores. Hay de todo.

Veo unos lirios. Me dirijo a ellos, quiero verlos meticulosamente. Tienen gotas de agua esto es debido al rocío de la mañana.

Escucho que alguien pisa las hojas secas. Es una mujer delgadita calculo que tiene como unos veinte años. Sube dos escalones, se acerca  y me pregunta que es lo que miro. Estas flores le contesto. Ella se levanta y espera a que yo lo haga. Luego sin mediar palabras  rodea mi cintura, recarga su cabeza sobre mi pecho. Yo por mi parte tampoco digo nada. Me pregunto quién será. Acerco mi rostro y aspiro su olor, el perfume de su olor…

Aquel edificio está habitado por soldados. Hay una escalera ,  por lo que noto son muchos los escalones que debo de subir. Pasa un muchacho a un lado, me toca el hombro y me pide lo acompañe. ¿Le preguntó que a dónde?. Vámos al estado mayor.. Le sigo. El joven  se apellida Carranco. Y curiosamente hizo conmigo el tercero de secundaria. Es decir tuvieron que pasar  cuarenta años para que lo volviera a ver.

Le sigo pero él es de zancada grande y se aleja rápidamente. Entro a un sala que más bien parece baño. Hay un mingitorio. Yo soy como los perros que cuando ven una pared le entran ganas de mear. Así me acerco. Me bajo el cierre y me saco el pito. Tengo un problema los orines no salen a chorros como a mí me gustan salen como  en una especie de aspersor, llega un hombre me hace la platica temo meárlo, pero ni se inmuta. Me dice que estos terrenos antes le pertenecían al hipódromo. Y que los mulas soldados se los confiscaron. Que solo esperaron a que terminara la temporada de las carreras y se apropiaron de todo. Pero supongo que se los pagaron le pregunto mientras sigo orinando. Sí claro pero nos dieron una ínfima cantidad.

Le digo que me tengo que retirar porque voy a darle alcance a Carranco. ¿Ah? Por lo general la gente sube por la escalera de la izquierda me dice.

Salgo. Ahí está la escalera. Es una escalera de caracol. Subo. De Carranco ni sus luces…

Si acaso me preguntas que hago aquí ni yo mismo lo sé. Es una casa en la que no había estado nunca o al menos no la recuerdo. Sobre una mesa hay platos negros con blanco. Una mujer de trenzas me dice que ya está aquí y que viene por ellos.

 ¿ Por quienes?

 por los platos.

 ¿Quiere los platos blancos y negros?. 

Sí vengo por ellos.

 Pués lléveselos.

 Tomo los platos y se lo voy depositando en una bolsa de asa que ella misma trae. Cuando más entretenido ando en este menester a la mujer se le caen los platos. Veo con toda claridad como se hacen añicos o pedacitos.

Qué mujer. Disculpeme me dice . No se preocupe son solo platos. Lléveselos los que queden buenos.

 Si está bien..


De pronto se escucha un estruendo. Corremos a la cocina. Todo lo que había perfectamente acomodado está en el suelo. Una fuerza descomunal arrasó con todo.

La mujer me dice que debemos irnos porque todo se va a derrumbar. Al pasar por una de las recámaras veo un cielo raso. En la parte de más arriba se  reventó una tubería y se está llenando. Al rato con el peso  reventará.


Salímos juntos la señora se aleja por allá y yo me voy por acá.

Pasa un taxi. Le hago la parada. Se detiene, subo. En el asiento de atrás viene dos locutores acompañados por Grouncho Marx. Este va haciendo juegos de palabras de lo que mira . Le digo que sus chistes están bien pero que ese no es el momento. El hombre se queda callado. Así está mejor me respondo. Luego se hace un silencio.

 Calles más allá le pido al taxista que se detenga. Me bajo. Esta lloviendo. Me quedó parado en una esquina. Son las siete de la tarde. Se acerca Lizbeth Carolina viene con una gabardina puesta me dice alarmada: Mira nomás  está lloviendo y vienes en camiseta. Traes la piel chinita del frío. Sí es que mi chamarra negra la dejé quince años atrás en el jardín.

 ¿ Cual jardín?

 El jardín en dónde te mostré los lirios..

 ¿ Cuales lirios?

Los lirios que tenía gotitas de  rocío..

¿Era yo?

 Sí eras tú pero quince años atrás..

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
4 de febrero de 2014

Estados Unidos Mexicanos..



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