Propiedad enorme
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Pues resulta que en este sueño soy el propietario de una enorme extensión
de tierra asi como de una casa principal y otras aledañas.
No sé qué méritos tuve pero el caso es que tengo los papeles que me
acreditan. Y eso porque aquí dice que un abuelo que por cierto no es mi abuelo
me dejó en vida y para mi disfrute sus
pertenencias en la tierra.
Pues como les digo estoy observando al horizonte, veo caballos que pastan,
vacas, muchas gallinas, y personas que están trabajándo en estas grandes extensiones.
Me dicen que me están esperando en una de las oficinas un señor.
Les digo que iré después de que me termine mi cigarro.
Estoy considerando que voy a retomar de nuevo el vicio de fumar.
¿Es un placer fumar dicen no?. Si me
voy a morir que sea de placer..
Termino mi cigarro. Le doy una última chupada, después como un marrano sin
cura arrojo la colilla al cielo. Antes de acudir me acabo de acordar que en Durango
a las colillas de cigarros les dicen las nalgas. Cuentan que una vez un
hijo miró a su papá fumándo lo último
del cigarro, se acercó y le dijo que le diera las nalgas. El señor le
respondió: Pués pídeselas a tu mamá que las tiene más largas..
Bueno. Me encamino a la oficina en dónde me están esperando…
Mi sorpresa es grande. Luke Perry me dice mirándome fijamente que vino a
verme porque él es el auténtico propietario de estas tierras. Me dirijo a mi
sillón. Le pido a José que me muestra las copias del notario. Cuando las tengo en mis manos le
explico que a mí el abuelo me dejó y por
escrito estas tierra con todo lo
que en ellas hubiera puesto.
Luke me dice que no lo permitirá. Sin embargo le digo que nada más por ser cuate le he enviado algún
dinero . Este sale de la oficina
bastante enojado.
Salgo…
Necesito llevar algunas cosas a otro sitio.
Asi que les digo a unos ñeros que las lleven antes de las doce del medio día.
Veo que suben colchones, ropa, y objetos diversos.
Creo que este cuadro que pende de un
clavo también lo voy a trasladar. Veo que el cuadro se mueve. Un ruido sale de la pared. Abro una puerta.
Camino por un pasillo. Veo unas habitaciones. Las están enyesándo. Hay
un grupo de albañiles. Les pregunto que están haciendo. Ellos me dicen que los
mandó el señor rubio. Y dónde está ese señor. Por allá y me señalan a un hombre
con sombrero.
Me dirijo a este . Le pregunto la razón por la que está arreglando este
lugar ?. Me responde que el señor Luke
le dio posesión . Pero el señor Luke no es el dueño. El dueño soy yo. Pués yo
le entregué 600 mil. Le explico que el
señor Luke lo timó.
El señor rubio es muy parecido a Andrés García pero este tiene en efecto el
cabello rubio.
Me dice también que le entregó unas
llaves. Y me lleva hasta dónde las dejo..
Levanta un colchón. Hay como veinte llaves en desorden, un puñado de dulces
y otros objetos..
Le digo al señor rubio que sí quiere le
doy las llaves del carro Ford. Me dice que no.
¿También le pregunto sí tiene alguna queja de mí?.
Claro que no . Usted es amable, de
buen trato y fina persona..
Por último le pregunto por su nombre. El señor rubio saca un papel y
escribe Mister Heneken.
Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra
21 de agosto de 2013.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
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