Caminando por
la hierba
Fue
un atardecer
de septiembre
caminando por
la hierba
donde me
sorprendieron las hadas
por primera
vez.
Donde
lechuzas, árboles y abejas
me silbaban
al oído
y la hierba
jugando entre
mis dedos,
me desnudaba
el alma a besos,
restañó las
heridas
y me barrió
el polvo.
Créeme,
créeme que
nunca
hubo más luz
a oscuras
de mi viejo
rompecabezas.
Créeme que
nada
no enyesa
tantas grietas
como caminar
por la hierba ...
por eso
vuelvo a
menudo al paraje
donde se
endulza la brisa
para sentir a
Venus cerca
donde se
huele la vida
donde la piel
se me levanta y juego
a la rayuela
con siete nubes
y la hierba
pregunta por
los amigos
y por las
golondrinas que han huido
mientras me
hace cosquillas
entre el
corazón y los dedos.
Comentarios