AVIONES, TINTORERIA, INCENDIO Y PATIO.
Un hombre de camisa blanca
dá la órden de que todos se formen. No entiendo porque debo de hacerlo. Desde que naces te
dan órdenes. Te dicen qué comer, cuales son las cosas que debes de aprender,
que tienes que saber. No te dan oportunidad de que vayas aprendiendo por tu
cuenta, como sí estos hubieran nacidos sabios…
Para no provocar ningún tipo de altercado me incorporo a la
formación.
El hombre de camisa blanca se presenta: Soy El capitán José
Luis Martínez. Pá lo que me importa.
Comienza por decirnos que nos enseñara que es un avión. Desde
la manera de arrancar sus potentes motores , su despegue y su aterrizaje.
Acto seguido nos entrega un manual. Nos dice que tomemos
asiento y procede a la instrucción. Las hojas están plagadas de diagramas,
números, dibujos.
No es que sea un tipo grosero pero esto de la ingeniería
aeronáutica no me importa y no se me dá Saco una hoja y comienzo a escribir:
Como dice la canción, la traigo en el pensamiento y siempre
está presente.
Comienzo a caminar. Debo de entregar algunos trapos a la
tintorería. El encargado es un hombre
rígido que se encuentra detrás de un mostrador caoba. Hay una formación. Luego se hacen dos. Todos
quieren dejar sus ropas para el lavado y planchado posterior. Yo estoy formado.
Debes saber que una de mis características es la paciencia. Soy paciente en el
primer minuto. En el segundo no
respondo..
Llega Bernardino Sánchez. Después de saludarme me dice que es
un milagro que me haya visto. La fila
avanza. En eso estás cuando un hombre calvo se mete. Le tomo del hombro y le digo que respete el tiempo de los demás.
El hombre se queda callado.
El dependiente es como un muñeco plástico. De primera se nota
que le caí gordo.
Además su mirada no es
agradable. Es de esas personas que con solo verlas ya te cayeron en la punta de
las bolas. Gentes de sangre pesada como se
dice..
El hombre me pide con mirada desdeñosa que le pague por
anticipado. Le miro de igual manera.
Entonces el individuo espeso no se
controla y me arroja un papel que estrujó previamente. El papel cae en mi
rostro. Un agravio como esos no lo perdono. Asi que me subo al mostrador y le
agarro por los cabellos. Luego lo obligo a que con su boca agarre el papel y me
lo dé de buena forma. El individuo
agarra la bolita como si de un perro se tratara. Gira su cabeza y me lo
entrega. Así está mejor cabrón. De buena manera y no hay problema..
Por otra parte me informan que hay un incendio de enormes
proporciones. Y no hay forma de llamar a los bomberos. Dicen que la autoridad
primero los premia y luego los corre.
Acudo a su auxilio.
Es una arboleda
rectangular. En los ochocientos metros
colocaron mesas y anaqueles con
artesanías de algunos pueblos hermanos,
piezas magníficas, vestidos de lana, cerámicas, espejos coloreados. Ahora todo está ardiendo.
Hay un cúmulo de personas compungidas. Perdieron sus pertenecías
terrenales. ¿Ahora que hacemos les digo?.
Una mujer me dice que esperemos a que todo se calcine mientras se enjuaga las lágrimas y los mocos.. ¿Y
luego que?. Volveremos a regenerar el lugar..
Nos sentamos en unas piedras a esperar. El lío es que la
espera se prolongó más de cinco años..
Unas personas toman medidas del patio. Mi abuela ya está
muerta. Yo ando volando en ese medio ambiente. No sé sí también estoy difunto o
solamente en el éter me encuentro. Bien. Les miro. Ellos dicen que van a modificar el lugar. El mismo en dónde yo
jugaba con mis carritos.
No tengo manera de
impedirlo. Las gentes transparentes no son tomadas en cuenta.
Tengo que avisarle a Camerina de las intenciones de estos
cuates.
Vuelo hasta el panteón de Durango. Llego a la lápida y le llamo
desapacio. ¿Sabes?. Es que mi abuela se encabronaba si le hablabas alto. ¡Tengo
buenos los oídos pendejo pá qué me
gritas¡ me decía.
Mi abuela se sienta,
me dice que hace muchos años que no le corto las uñas de los pies. Le digo lo
que pretenden hacer con el patio de su casa. Mi abuela me mira con su cara
ojerosa. Que hagan lo que quieran. Yo ni existo. ¿Que chingados me importa lo
que hagan?.
Al escuchar de viva
voz lo que piensa mi abuela me regreso. Es bueno esto de los sueños llegas a
cualquier sitio sin necesidad de subirte a ningún transporte colectivo.
Cuando llegó Ya hay más personas. En la parte de la pared
están colocando un retrete de azulejos.
Intento despertar pero no puedo, los ojos me pesan, son de un
plomo.
Me dice la Maga. que es talla nueve para la ropa que soy un sol brillante y que me adora.Ya quiero verla…Y
sólo se me pasea como humo de tabaco…
De la Maga sé poco, pero con eso tengo bastante. Si escribe
dos palabras para mí son diez libros…..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
14 de Julio de 2012.
Nec spe, nec metu.
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