TRECE ASESINOS, PUNTA DEL ESTE
TRECE ASESINOS, PUNTA DEL ESTE
Un despiadado hijo de puta japonés en la época feudal, asesina a quien quiere.
Una mujer es enviada a hacer un mandado a la casa de este. Ella llega y de inmediato es sometida por el poderoso. Le jala por los pelos, después es arrastrada hasta uno de esos cuartos que nunca tienen muebles. Ahí la viola sistemáticamente hasta que se le agota el semen.
El marido de ella preocupado por la tardanza sale a buscarla. La encuentra desnuda, sangrando. Es tal su temor que no acierta a decir nada. El japonés hijos de mala madre le dice que es un mono. Se le acerca con un sable y lo hace cachitos dándole y hundiéndole la espalda por todo el cuerpo. La mujer aterrorizada también es ejecutada.
Este individuo mata a quien desea, es un ávido de sangre.
El papá del joven asesinado decide acudir al Shogum para explicarle la situación y sobre los abusos y arbitrariedades que comete este hombre. Le dan la razón y el beneplácito para que le preparen una emboscada. Reúnen a trece asesinos Samurais y Ronins. Luego van en busca de este. La que le espera. Una muerte de ojo por ojo.
No les puedo decir porque esta película de Takashi Miike la interrumpí porque los subtitulos no estaba acorde y yo de japonés solo sé decir arigato.
Así que tomo un autobús que dice Punta del Este. De primera sé que estoy en la República Oriental del Uruguay. Hace un calor que me hace sudar. Mis ojos van mirándo los hoteles, algunas palmeras y uno que otro oriental que va a su trabajo de camarero o dependiente de los grandes hoteles.
Le pido al conductor detenga el camión y así lo hace. Como les digo el calor me está agobiando. Se me acerca un señor y me dice que estoy confundido que ahí no es punta del Este. Aquí se llama Ixtapa. Y es México. Eso no puede ser. Mi boleto dice Punta del Este. Se lo muestro y el señor sin que lo espere se lo traga completo. No sé que hacer. Decido caminar. Me meto al agua y comienzo a nadar, me persigue un tiburón pero no cejo. Llego a una punta de playa y me recuesto. Abro los ojos y estoy en mi cama. Levanto las piernas me repongo del susto. Me imaginaba sin pata, arrancada de cuajo….
13 de julio de 2011.
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
Un despiadado hijo de puta japonés en la época feudal, asesina a quien quiere.
Una mujer es enviada a hacer un mandado a la casa de este. Ella llega y de inmediato es sometida por el poderoso. Le jala por los pelos, después es arrastrada hasta uno de esos cuartos que nunca tienen muebles. Ahí la viola sistemáticamente hasta que se le agota el semen.
El marido de ella preocupado por la tardanza sale a buscarla. La encuentra desnuda, sangrando. Es tal su temor que no acierta a decir nada. El japonés hijos de mala madre le dice que es un mono. Se le acerca con un sable y lo hace cachitos dándole y hundiéndole la espalda por todo el cuerpo. La mujer aterrorizada también es ejecutada.
Este individuo mata a quien desea, es un ávido de sangre.
El papá del joven asesinado decide acudir al Shogum para explicarle la situación y sobre los abusos y arbitrariedades que comete este hombre. Le dan la razón y el beneplácito para que le preparen una emboscada. Reúnen a trece asesinos Samurais y Ronins. Luego van en busca de este. La que le espera. Una muerte de ojo por ojo.
No les puedo decir porque esta película de Takashi Miike la interrumpí porque los subtitulos no estaba acorde y yo de japonés solo sé decir arigato.
Así que tomo un autobús que dice Punta del Este. De primera sé que estoy en la República Oriental del Uruguay. Hace un calor que me hace sudar. Mis ojos van mirándo los hoteles, algunas palmeras y uno que otro oriental que va a su trabajo de camarero o dependiente de los grandes hoteles.
Le pido al conductor detenga el camión y así lo hace. Como les digo el calor me está agobiando. Se me acerca un señor y me dice que estoy confundido que ahí no es punta del Este. Aquí se llama Ixtapa. Y es México. Eso no puede ser. Mi boleto dice Punta del Este. Se lo muestro y el señor sin que lo espere se lo traga completo. No sé que hacer. Decido caminar. Me meto al agua y comienzo a nadar, me persigue un tiburón pero no cejo. Llego a una punta de playa y me recuesto. Abro los ojos y estoy en mi cama. Levanto las piernas me repongo del susto. Me imaginaba sin pata, arrancada de cuajo….
13 de julio de 2011.
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
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