PINTURA A UNA IGLESIA, MATONES SIN OJOS,VIAJE POR AIRE Y DESBARAJUSTE, INTEGRARSE A UNA BANDA.
PINTURA A UNA IGLESIA, MATONES SIN OJOS,VIAJE POR AIRE Y DESBARAJUSTE, INTEGRARSE A UNA BANDA.
Amanecí muy cansado. Y como nó señor si anoche en lugar de andar deambulando por los confines del sueño me pusieron a pintar una Iglesia.
Un señor con aspecto de Obispo, se me acercó para decirme que tenia la necesidad de que yo pintara la Iglesia. Y si tiene usted la necesidad porque chingaos no la pinta usted le dije?. El Obispo con los cachetes rojos y su cara de que a todos convence pero que no a todos agrada me dijo que yo había sido el escogido por Dios para realizar ese monumental trabajo.
Pues entonces que lo haga Dios. No hay de otra, tú fuiste el elegido.
Con las cosas en contra el mensajero de Dios me entregó una cubeta de pintura amarilla color canario. Todavía puse objeciones . Le dije que esta era una Iglesia del tiempo de la colonia. Vámos hijo, necesita una manita. Es que… Nada nada……
Comencé por meter la brocha en la cubeta que me entregó este religioso cabrón. Comencé por pintar primeramente la cúpula, luego me fui por por las paredes aledañas. Cuando me cansaba, dejaba la cubeta y me salía por la puerta de enfrente para ver como iba quedando. Encima de mí un sol rojo rojo proponía los matices. No sé porqué eran las tres de la mañana.
Para evitar el cansancio decidí darle una olida al frasco de inhalante, sí con el que rebajaba la pintura. Sin que nadie me viera volví a olerlo una y otra vez. Debo confesar que me gustó. Al rato, aventé la brocha como quién dice. La aventé en dirección de un órgano monumental, al caer incluso logró sonar una tecla.
Enfile para el campanario, luego toqué las campanas, me sentía como Quasimodo. Los fieles comenzaron a acudir al llamado a misa. Encontré un disfraz de obispo y salí bien pasado a decirles oraciones: “ Ustedes están aquí hijos de la chingada por pecadores no por buenas gentes. Se sienten culpables bola de cabrones. Andan haciendo males por todas partes. Y ahora para redimir sus almas vienen hasta mí y me pones sus caras de pendejos…….”
En otra etapa del sueño para amanecer el 27, voy caminando por una calle que es bastante conocida. En la esquina hay un Banco discriminador. Estos mierderos tienen clientes de primera y de segunda, incluso tienen filas para este fin. Al dar vuelta logró descubrir a unos cincuenta metros a unos cinco individuos. Ellos llevan los rostros descompuestos por la droga y por el coraje . Alguien les pagó para que me priven de la vida. Cosa bastante común en este país en donde no hay respeto por nadie . Ayer por ejemplo un policía en México le disparó a un perrito nada más porque le ladró. El cabrón por supuesto está impune.
Los individuos comenzaron a seguirme. Yo que de ninguna manera soy pendejo, me dí la vuelta y eché a correr. A la mitad de esta escapatoria un hombre que pasaba me señaló al suelo. Ahí había un vaso de plástico. En su interior una sustancia. Agárralo me dijo.
Sin dejar de correr levanté el vaso. Luego me trepé a una colina diminuta. Al pasar los asesinos en mi busca les arrojé el líquido en sus caras. Ellos cayeron al suelo y comenzaron a retorcerse como pescados en aceite caliente.
Al levantarse descubrí que los había dejado ciegos. Ahora sí cabrones les dije a los cinco. Tomé una vara y comencé a golpearles en las corvas. Nuevamente cayeron al suelo y comenzaron a chillar como si fueran puercos.
No me entró ninguna compasión por ninguno, a pesar de que eran seres de mi especie e incluso de mi misma nacionalidad no tuve compasión. Ustedes por dinero venía a privarme nó. Ahora las cosas son de otro modo. El señor que pasaba se volvió para entregarme una arma de calibre regular. Sin pena y mucho menos llanto a los cinco los maté .Así como a animales los maté…
Me dijeron más adelante que tendría que hacer un viaje por aire. Otros malandros, me compraron un boleto solamente de ida a un puerto en Occidente. Tenía que ir a como diera lugar. Les comenté que primero tenía que poner en orden un lío que tenía. Se trataba de poner en su sitio miles de cosas, ropas ,tiliches que se encontraban desparramados. Ellos me dijeron que esas cosas no servían que todas se irían a la basura. Me negué porque había muchas pertenencias todavía rescatables. Me puse a rebuscar. En una bolsa desechable metí la ropa interior. Curiosamente tenía sostenes, Si yo ni chiches tengo me dije. Pero ahí estaban.
Los señores me dijeron que ya tenía que registrarme en el aeropuerto. Yo no estaba listo porque me encontraba encuerado. No podía salirme así como así a los pasillos de ningún aeropuerto enseñándo las bolas.
Ellos enojados, y más uno con aspecto de judío, narizón y con grandes cejas me dijo que a nadie le importaría verme desnudo .Me miré en un espejo y mi imagen se transformó en William Burroughs.
Ni siquiera los acompañe porque tuve que asistir al entierro de un desconocido. Incluso ví su féretro. Lo llevaban por la lomita de una calle llamada Pino. Un sujeto de pelo ensortijado y negro recitaba décimas en honor del muerto. Me le acerqué complacido de su habilidad y le propuse que hiciera unas pá mí. Me dijo el cabezón que solo salía su ingenio cuando veía al muerto. ¿ Qué compá se quiere morir?.
Para terminar este sueño de situaciones extrañas, llegue hasta la mesa de un restaurante. Un negro de Chicago hablaba con otros sobre los precios de la cocaína. Les decía a otros que su negocio estaba para arriba.
En menos de seis meses verán mi emporio les decía. El segundo me llamó con su manaza. Me dijo que si yo los tenía bien colocados me harían integrante de una banda. Ya ve usted que puede más el hambre que la moral. Pues no sé si los tengo grandes es cuestión que quién los toque, Si tienes manos chicas los sentirás grandes .Si tienes las manos grandes los sentiras chicos. Los negros comenzaron a reír por mi ocurrencia. Eso quería decir que ya era parte.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
17 de julio de 2011.
Amanecí muy cansado. Y como nó señor si anoche en lugar de andar deambulando por los confines del sueño me pusieron a pintar una Iglesia.
Un señor con aspecto de Obispo, se me acercó para decirme que tenia la necesidad de que yo pintara la Iglesia. Y si tiene usted la necesidad porque chingaos no la pinta usted le dije?. El Obispo con los cachetes rojos y su cara de que a todos convence pero que no a todos agrada me dijo que yo había sido el escogido por Dios para realizar ese monumental trabajo.
Pues entonces que lo haga Dios. No hay de otra, tú fuiste el elegido.
Con las cosas en contra el mensajero de Dios me entregó una cubeta de pintura amarilla color canario. Todavía puse objeciones . Le dije que esta era una Iglesia del tiempo de la colonia. Vámos hijo, necesita una manita. Es que… Nada nada……
Comencé por meter la brocha en la cubeta que me entregó este religioso cabrón. Comencé por pintar primeramente la cúpula, luego me fui por por las paredes aledañas. Cuando me cansaba, dejaba la cubeta y me salía por la puerta de enfrente para ver como iba quedando. Encima de mí un sol rojo rojo proponía los matices. No sé porqué eran las tres de la mañana.
Para evitar el cansancio decidí darle una olida al frasco de inhalante, sí con el que rebajaba la pintura. Sin que nadie me viera volví a olerlo una y otra vez. Debo confesar que me gustó. Al rato, aventé la brocha como quién dice. La aventé en dirección de un órgano monumental, al caer incluso logró sonar una tecla.
Enfile para el campanario, luego toqué las campanas, me sentía como Quasimodo. Los fieles comenzaron a acudir al llamado a misa. Encontré un disfraz de obispo y salí bien pasado a decirles oraciones: “ Ustedes están aquí hijos de la chingada por pecadores no por buenas gentes. Se sienten culpables bola de cabrones. Andan haciendo males por todas partes. Y ahora para redimir sus almas vienen hasta mí y me pones sus caras de pendejos…….”
En otra etapa del sueño para amanecer el 27, voy caminando por una calle que es bastante conocida. En la esquina hay un Banco discriminador. Estos mierderos tienen clientes de primera y de segunda, incluso tienen filas para este fin. Al dar vuelta logró descubrir a unos cincuenta metros a unos cinco individuos. Ellos llevan los rostros descompuestos por la droga y por el coraje . Alguien les pagó para que me priven de la vida. Cosa bastante común en este país en donde no hay respeto por nadie . Ayer por ejemplo un policía en México le disparó a un perrito nada más porque le ladró. El cabrón por supuesto está impune.
Los individuos comenzaron a seguirme. Yo que de ninguna manera soy pendejo, me dí la vuelta y eché a correr. A la mitad de esta escapatoria un hombre que pasaba me señaló al suelo. Ahí había un vaso de plástico. En su interior una sustancia. Agárralo me dijo.
Sin dejar de correr levanté el vaso. Luego me trepé a una colina diminuta. Al pasar los asesinos en mi busca les arrojé el líquido en sus caras. Ellos cayeron al suelo y comenzaron a retorcerse como pescados en aceite caliente.
Al levantarse descubrí que los había dejado ciegos. Ahora sí cabrones les dije a los cinco. Tomé una vara y comencé a golpearles en las corvas. Nuevamente cayeron al suelo y comenzaron a chillar como si fueran puercos.
No me entró ninguna compasión por ninguno, a pesar de que eran seres de mi especie e incluso de mi misma nacionalidad no tuve compasión. Ustedes por dinero venía a privarme nó. Ahora las cosas son de otro modo. El señor que pasaba se volvió para entregarme una arma de calibre regular. Sin pena y mucho menos llanto a los cinco los maté .Así como a animales los maté…
Me dijeron más adelante que tendría que hacer un viaje por aire. Otros malandros, me compraron un boleto solamente de ida a un puerto en Occidente. Tenía que ir a como diera lugar. Les comenté que primero tenía que poner en orden un lío que tenía. Se trataba de poner en su sitio miles de cosas, ropas ,tiliches que se encontraban desparramados. Ellos me dijeron que esas cosas no servían que todas se irían a la basura. Me negué porque había muchas pertenencias todavía rescatables. Me puse a rebuscar. En una bolsa desechable metí la ropa interior. Curiosamente tenía sostenes, Si yo ni chiches tengo me dije. Pero ahí estaban.
Los señores me dijeron que ya tenía que registrarme en el aeropuerto. Yo no estaba listo porque me encontraba encuerado. No podía salirme así como así a los pasillos de ningún aeropuerto enseñándo las bolas.
Ellos enojados, y más uno con aspecto de judío, narizón y con grandes cejas me dijo que a nadie le importaría verme desnudo .Me miré en un espejo y mi imagen se transformó en William Burroughs.
Ni siquiera los acompañe porque tuve que asistir al entierro de un desconocido. Incluso ví su féretro. Lo llevaban por la lomita de una calle llamada Pino. Un sujeto de pelo ensortijado y negro recitaba décimas en honor del muerto. Me le acerqué complacido de su habilidad y le propuse que hiciera unas pá mí. Me dijo el cabezón que solo salía su ingenio cuando veía al muerto. ¿ Qué compá se quiere morir?.
Para terminar este sueño de situaciones extrañas, llegue hasta la mesa de un restaurante. Un negro de Chicago hablaba con otros sobre los precios de la cocaína. Les decía a otros que su negocio estaba para arriba.
En menos de seis meses verán mi emporio les decía. El segundo me llamó con su manaza. Me dijo que si yo los tenía bien colocados me harían integrante de una banda. Ya ve usted que puede más el hambre que la moral. Pues no sé si los tengo grandes es cuestión que quién los toque, Si tienes manos chicas los sentirás grandes .Si tienes las manos grandes los sentiras chicos. Los negros comenzaron a reír por mi ocurrencia. Eso quería decir que ya era parte.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
17 de julio de 2011.
Comentarios