LETRAS VERDES



LETRAS VERDES



Son aproximadamente las horas de la madrugada. Nada se oye, a no ser los quejidos de un hombre con cara pálida que duerme enfermo debajo de un puente. Y se lamenta porque nadie le hace caso. Es una calle solitaria. Este señor se extraña en el marco de su enfermedad y porque otro desesperado le dijo que México llevó una cocina a otros lugares que es capaz de elaborar treinta y nueve mil comidas calientes, calientes.¿ Pero no Hay una para mí?. No, usted no es nada, usted no es usted.


Así que hundido en los pesares y la realidad de la película se encuentra en una sala donde un hombre calvo y parecido al aire de Dany de Vito, se acerca a su grupo. El hombre calvo y mirada de buitre le dice que a quién esperan es un diputado. Este proporcionará los satisfactores mínimos para que usted y los demás ciudadanos tengan bienestar. Ah¡. El hombre mete la mano a su saco cruzado y saca un manojo de billetes , se los enseña como para mostrarle su poder. Usted le dice que para qué. Con esto tendrás poder, todos se rendirán a ti. Ah¡.


El hombre se va y otro se acerca. Es un hombre de traje negro, sus rasgos lo aparentan como un indígena de la sierra norte de Puebla. Así que te preguntas para ti ¿ como desdeñó su vestimenta anterior para intentar ser mamarracho ? . Este te dice en voz baja que el dueño del emporio te escuchó hace unos días y quedó gratamente complacido. Usted le preguntó por el hombre y mirando discretamente para allá, le señaló a un individuo como de 34 años, bigote espeso y cabello chino con un aspecto de hombre oculto.


Están a la espera de hablar con el diputado efectivo pero este siempre se encuentra ocupado, sus cercanos le dan largas y largas.


En esa espera pasan el tiempo cuando se abre una puerta y penetra a la sala una niña regorda, vestida de rojo. Ella va en sus juegos y se recuesta sobre el suelo, posteriormente hace piruetas y canta una canción que no había escuchado. Esta infante es la hija del gordo buitre. Pobre niña, ser la descendiente de este animal. O lo que es más triste, ayer escuchó en los medios que un doctor se apellida Ebrard Dehesa. Muy triste…….


Ahora se encuentra en un cuarto pero que pertenece a la misma casa. Usted decide que hará la limpieza de ese lugar. Hay libros tirados por todas partes, polvo y hasta arañas. Busca los ejemplares y los coloca en orden y por temas, posteriormente con un trapo limpia el escritorio y deja huella de su empeño.


Entra el diputado y usted lo sabe porque lleva un prendedor que dice legislatura tal. El se sorprende por la limpieza que encontró. ¡ Esto era una mierda ¡, le dice sin conocerlo, es entonces que descubre que estos sujetos no tiene respeto por nada.
Busca en un cajón y extrae un formulario escrito en letras verdes, grandes, brillosas, intensas. Ahí explica un problema de cómo comprar ciertos bienes y raíces. Una mujer se acerca y con rapidez cerebral resuelve las cosas. Entonces le dice que vaya y busqué el dinero para adquirir el bien inmueble. Ella acude a un jardín con bancas. Ahí hay tres pericas gordas , más bien tres marranas gordas. Son como esos personajes grotescos de Botero. Estas, además de marranas son marranas hienas, se comen a quién sea. Hablan con puñales, dicen con agravio, y comen con avidez. La primera mujer, la que resolvió el problema les dice que liberen los recursos para comprar el bien. Ellas con su amabilidad hipócrita le arrojan piedras, rayos y centellas. La más puerca, se levanta llevando los papeles verdes en sus gordas manos. Camina por un enrejado que da precisamente al estadio de tenis pelón Osuna del Deportivo Chapultepec.


Las otras dos pigs se quedan a la espera. Usted y la mujer también hacen lo suyo. En la calle se encuentran tres cubanos criollos, son blancos pero hablan de oye chico. Ellos están enojados entre sí, discuten por una situación política.
Llega la gorda y con un sí en los ojos, abre un cajón y entrega los recursos. En la espera, una anciana se acerca y le dice que están por desalojarla de su departamento, tiene tres rentas vencidas. No sabe qué hará. Eso le recuerda al viejo aquél con el que una vez platicó. Este le dijo que estaba hasta la puta madre de vivir. Que hablaría con su hermana después de haberle mendigado la comida de esa tarde. Luego se quitaría la vida. Usted le pidió un favor que estaba bien matarse, pero que lo hiciera dentro de unos días para olvidar el hecho. Es que usted desayuna con su pan tostado y su café y sus huevos revueltos. Luego entre sorbo y sorbo lee su diario. Y que le resultaría desagradable ver la imagen de un anciano desesperado y descuartizado por el tren metropolitano….


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Para elpueblodeletras.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
09 de febrero de 2010.

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