ESTATUAS...




ESTATUAS.



Estoy en la víspera de amanecer en la nueva desesperación del sueño. Lo que me sucede que no pude concentrarme o acaso dirigir el rumbo del pensamiento porque precisamente ayer al punto de dormir bostecé de tal forma que parecía el león de la Metro y mi boca obtuvo un dolor que acabé torcido así que me tuve que colocar del lado derecho de la cama y justamente de ese lado suelo soñar cosas como estas…..


Me encuentro sentado en la banca de un jardín. Pero no es un jardín cualquiera. Es uno que hace más de treinta años no visito, solía hacerlo cuando vivía en Guanajuato allá por los rumbos del bajío mexicano. Había en este jardín , flores que solamente se dan ahí, incluso hay ardillas y como está alejado del centro de la ciudad, las personas no acuden ya que el caminar les ofrece solo cansancio.


Bueno pués, me encuentro sentado en esa banca, llevó el brazo levantado, observo a unos pajaritos dar vueltas y vueltas. Uno de ellos lleva en el pico una migaja de pan que les tiró un abuelo. El otro en lucha frenética intenta quitarle el alimento, la morusa cae despacio y los pájaros comienzan su batalla. Yo hace unos años pensaba que los pajaritos eran tan bondadosos y ahora me los vengo a encontrar tirándose a matar. Esta situación debe de ser que la comida hoy por hoy y hasta en los sueños está escaza.


En esas ando cuando de momento veo que se acerca un grupo de personas, su andar es despacio, primero las diviso en tonos blancos, vengo a descubrir que son estatuas de mármol. Cuando se van acercando y se hacen más visibles el mármol se tranforma y ahora traen ropajes. Todos ellos visten de negro y en trajes que algún sastre diseñó por 1800 y pico. El señor que encabeza el grupo tiene un parecido a José Carlos Ruiz. El hombre que vende chicharrones me dice que no es José, sino Benito. Me extraño y le contestó que al único Benito que conozco es a Benito Juárez. ¡ Es él ¡, me dice mientras le da un corte de segueta a su fritura. Entonces me levanto e intentó buscarle la cara. Descubro que se parece al hombre de los billetes. Camino al lado de ellos y el grupo continúa su andar . Llegan a una casa que se encuentra cerca del paseo de la Presa, y es una habitación cercana a donde alguna vez filmaron una película que se basó en una novela de Ibarguengoitia. Entran al lugar y Benito voltea a ver una maceta que tiene flores, deben de ser geranios. Arranca una de estas y se la coloca en la solapa. Yo, como soy un metiche observador entro con ellos, sé que no me miran, van sumidos en sus pensamientos, entran y se sientan en unas sillas de caoba. Benito Juárez no lo hace, después le dice a un ancianito del cual no tengo la fecha en que falleció pero se llamaba Arreolita. Benito le dice que se meta a una especie de pileta que está construída en medio de esa casa. El viejito se desnuda y con pasos de temblor comienza a sumergirse. Benito ve la escena y el viejo le grita que él también va a morir….


Me dicen que yo no tuve infancia, y eso alguien lo dedujo porque nunca me vio jugar con un carrito. Es por eso que para no pasar más por esta situación decidí conseguir el mío. Esto puede ser que alguno lo mire como si yo estuviera loco, un hombre de más de cincuenta y cinco no puede andar pensando en jugar con carritos.

Voy a la tienda y me encuentro uno que precisamente puede servir. Para que el vendedor no sepa de mis intenciones le digo que el carrito se lo llevo a mi nieto . La verdad es que no tengo ninguno.


Luego llego a casa, buscó presuroso algún hilito, se lo amarro a la parte de la defensa y comienzo a jalar. Siento una alegría inmensa cuando veo que soy capaz de mover el vehiculo. Pienso que algún miserable me privó de esta gracia. Total cúanto pudo invertir, no más de veinte pesos. Y esos que el hilo no tenia que comprarlo.
Más tarde tocan a mi puerta y me llevan un árbol. Es un árbol maltratado. Busco unas tijeras y lo podo hasta darle alguna forma. Luego salgo a un patio y lo planto. Este árbol será mi amigo. Será justamente un árbol que no traiciona. Ahí estará para darme sombra…..

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
21 de febrero de 2010.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.

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