LLEVO UNOS FOCOS ENCENDIDOS EN LAS MANOS
LLEVO UNOS FOCOS ENCENDIDOS EN LAS MANOS.
Foto : J.M Cameron
Estoy en la ruta primaria del sueño, no llevo atadura alguna y me voy yendo despacio, como si fuera remando , así , así , lentamente.
No me preocupa nada, miro los alrededores de la ribera del sueño y hay muchas personas . Algunas son azules , otras negras y blancas , las más son rojas con miradas de diablos .
También hay otros que sobresalen de la tierra , de su propio infierno .
Me bajo de la canoa y mis pies se mojan con un lodo verdoso. Aquí hay alimañas de todas las formas posibles . Me siento en unas piedras que parecen tortugas , enciendo un cigarro de hoja , aquellos cigarros que fumaba cuando tenía veinticinco años justos .
Cambio las hojas del libro que escribo sobre las consistencias del sueño y me columpio entre esos humos grises que se encuentran por doquier.
Hay además de todo esto un caballo desproporcionado que relincha como silver.
Más allá hay un indígena quechua que hace un ademán con su mano , me invita a entrar a sus dominios y yo acudo. El ambiente es de húmedad extrema . Hay árboles, pájaros por aquí, que vuelan despacio , se posan entre las ramas y curiosamente todos hablan .
El indígena me abre una puerta incrustada en un árbol y yo paso directamente . Me siento como un personaje de un cuento que escribí el día de anteayer .
Al pasar descubro el mismo pasillo . Hay pilares grises por donde yo me resbalaba en mis tiempos de niño . Sin ser mago rumano , debo confesarte que es muy parecida a la casa vientre de mi abuela . Miro para saber y en una mesa repleta de alimentos , sentados cómodamente hay muchas familias muertas. Son personas que están comiendo viandas en vinagre. .
En la parte izquierda, aparece mi madre . Enseguida de ella, aún lo veo vestido de mezclilla a Hugo , estoy yo, tocando un vals de Perú que nunca pude aprenderme . Miro a mi amigo muerto, a mi padre muerto y les llamo , les digo y todos ellos me muestran unas palomas negras .
Me acerco a ellos e intento alumbrarlos con una extensión de luz que llevo en las manos . Pero el brillo es tan intenso que todos se desvanecen….
Original de Alfredo Arrieta Ortega.
México.
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