LA ZONA ROSA DE LAS MUCHACHAS ROSAS



LA ZONA ROSA DE LAS MUCHACHAS ROSAS


Foto : Maxi moda.



Yo no le encuentro por más que le busco como se relacionan los sueños con la vida de las personas. A veces me encuentro caminando en caminos de polvo , en pueblos de tierra, y despierto con una sed como si en verdad no hubiera bebido un vaso con agua .


Ayer en el sueño de las cuatro, me encontraba con las orejas tapadas con una almohada, es que los ruidos del exterior me molestan, estaba inmerso en los pasajes del sueño , iba conduciendo un vehículo que nunca tuve, manejaba a velocidad intermedia, de pronto un tipo en una motocicleta se atravesó como esos verdaderos simios de los que por aquí habitan, metí mi pie hasta el fondo con el propósito de no atropellarlo y giré el volante que en realidad era mi brazo, debo decir que mi gato gris estaba dormido sobre mi pecho y tuvo que saltar por el manotazo que le propiné. Era tan real lo que viví soñando que aún conservo la saliva de coraje que tenia mi lengua.


Pero lo de anoche es genial: Hay un sujeto vestido de cuero y muy parecido al actor español Barden en su personaje en Perdita Durango. Estaba acostado sobre un pajar en pleno centro de Madrid, dormía a pierna suelta y una temible víbora se deslizaba por su pierna, Javier despertaba de un ojo, y rápidamente agarraba al reptil de la cabeza, se la llevaba a la boca, la mordía y le arrancaba un cacho. La víbora se retorcía e intentaba morderlo con una furia de relámpago, Javier la chupaba y la chupaba bebiéndose el veneno de la cascabel. ¿ En Madrid hay víboras de cascabel ?.


Es mejor el sueño, es como una vida paralela donde no hay hambres , donde puedes hacer la realidad que quieras.


Morder una víbora, cantar una canción, tirarte al vacío, gobernar un pueblo, lamer un pirulí , besar a una novia, viajar en un camión, atormentar a tu madre, rasgarte el pantalón, poner un disco, hacer oración.


En esta parte de intermedio como la de aquellos cines de los tiempos pasados, voy al sueño número dos :


Van por la calle cinco niñas de unos veintidós años, ella van vestidas de rosa, sus vestidos no son iguales, algunos llevan motivos diferentes pero todas ellas son uniformes en lo relativo al color. Ellas van causando revuelo por las calles de la Avenida Júarez y muy cerca del hotel María Isabel Sheraton.


Una de ellas de llama Rosalí, lleva un pecho de fuera, es un pecho hermoso , me dan ganas de chuparlo pero estoy dormido y atado en la cama del sueño. Entonces no veo la forma de hacerlo, me consuelo con verlo pero me dan ganas de chupárlo. Rosalí tira un papel que yo intento levantar, pero estoy atrapado en la cama de los sueños, le pido a alguno de los que pasan que por favor me lo acerque o acaso me lo lea.


Un acomedido accede y me dice que el papel dice : Gracias guapo por tirar mi basura…
Otra de ellas lleva una guitarrita venezolana, la lleva como si de nada se tratara, le pido me cante siquiera un joropo, tío soy de España, no seas guarro yo no sé nada de Venezuela, si gustas te muestro el coño.


Y así lo hace: Su coño es rosa; intento besarlo pero estoy atado en la cama de los sueños. Esta beldad es interrumpida por Barden que le da otra víbora más letal y me la arroja a la cara. La víbora me muerde el cuello y siento como me inserta su veneno .
Hay una locura en esta noche madrugada , siento un lamido en la cara y es mi otro gato que me recuerda que hay que darle de comer.


Me levanto con ese malestar en la pierna izquierda, parece como si mi pierna tuviera nervios, recorre desde abajo hasta arriba no hay dolor, será acaso el veneno del animal, ¿o es un anuncio real de lo que me espera?.


Original de Alfredo Arrieta Ortega.



México.

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