Cubierto con una cobija, me buscan para hacerme daño los enfrento, plato de arroz.
Cubierto con una cobija, me buscan para hacerme daño los enfrento, plato de arroz.
Me encuentro en este lugar. Hay una mesa larga. Yo estoy acostado y cubierto con una cobija de lana. Doy la impresión de que estoy muerto pero no es así. Estoy dormido y escucho todos los ruidos aledaños. Es más presiento que algo va a pasarme.
Pues sí siempre algo pasa.
Afuera, en la avenida puedo ver a pesar de que sigo acostado que vienen hacia mí un grupo numeroso de personas. Todas van vestidas de trajes grises del tipo militar. Quién sabe qué habré hecho que me viene a buscar tantos. Ni que fuera el Chencho.
El Chencho llegó una mañana de 1972 a la casa de mi abuela.
Era una joven de 30 años, vestía una camisa de manga corta de color naranja. Se peinaba para atrás con algo de gomina.
Mi abuela lo recibió. Era su sobrino.
Hablaron largo rato de Canelas y de la familia duranguense..
Después de la conversa mi abuela me dijo: fellín, arreglale un cuarto al Chencho. Se va a quedar con nosotros un tiempo..
Así que me fui a la casa del otro lado.
La casa del otro lado era la casa aledaña que tenía mi abuela en Mixcoac.
Me fui pal pal otro lado y entré al cuarto principal. Que era la sala. El otro lado estaba abandonado.
No vivía nadie. Las últimas personas que estuvieron ahí fueron mi tía Eloísa,Herman y Lalo.
Comencé por echarle agua al piso de madera que por este momento no me acuerdo como se llaman las maderas esas.
Ah sí ya me acordé¡ de duelas, el piso de duelas..
El agua levantaba el polvo añejo. Barrí toda la sala. En la sala había una cama.
La tendí, con sábanas limpias y cobijas..Cabe decir que la arreglé muy bien como debe de ser.
Cuando terminé fui con mi abuela y con El Chencho. Les dije que la cama estaba lista.
Cuando quieras irte a dormir le dijo mi abuela. Chencho tomó su caja y lo lleve a su cuarto.
Al otro día después del desayuno regresé a la sala. La cama estaba sin tender. Procedí a su arreglo. Al hacerlo descubrí que debajo de la almohada había una pistola. Una pistola pavorosa.
Entró Chencho y le pregunte que porque traía una pistola?
Es para defenderme.
Defenderte de quien?
De la gente que me persigue..
Se sentó en la cama y comenzó a platicarme..
Y en que trabajas Chencho?
Soy matón¡
Eres matón?
Sí mato a las gente por dinero..
En serio eso haces?
Sí..
Por eso me vine a México. Maté a un señor…
Cuando tengas un problema me dices y yo voy y mato a quién tú quieras…
Entran cientos a donde me encuentro dormido. Ellos gritan, todos están furiosos. No entiendo que dicen. Hablan árabe o no sé que idioma.
Para no morir sin saber porque me quito la cobija y me levanto súbitamente. Les digo a todo en sus propias caras que sí les hice daño es porque se lo merecían. Mis reglas son así. Si te lo mereces pues pagas y ya¡
Ellos bajaron la vista..
M e acerqué a cada uno y les dije : Te lo mereces cabrón?
Y tú? Y tu? Y tú?
No hay nadie que esté limpio verdad?
Entonces no entiendo porque su coraje.
Pero está bien¡
Si me quieren matar, pués mátenme.
Yo ya llegué a un punto que lo mismo me dá vivir o morir..
Unos estaban por el sí y otros por el no…
Regresé a la cama, me tapé de nuevo con las cobijas y volví a dormir…
Que buen plato de arroz le dije a la Martha¡
Quién lo hizo le pregunté?
Yo lo hice Alfredo..
En serio?
Sí tú no salen del chilorio..
La verdad que buen arroz.
Y como no te salió batido?
Creo que el secreto está en como doras el arroz y la cantidad de agua.
No cualquier mujer tiene esa mano para el arroz.
Creo Martha que solo por este simple hecho me caso contigo.
Si yo no quiero casarme Alfredo.. Ya estoy casada.
Sí ya lo sé pero con un joto marihuano no?
Pués eso no es problema Martha. Te divorcias de él y te casas conmigo..
Sólo por el arroz ?
Sí solo por el arroz…
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
19 de Abril de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.
Me encuentro en este lugar. Hay una mesa larga. Yo estoy acostado y cubierto con una cobija de lana. Doy la impresión de que estoy muerto pero no es así. Estoy dormido y escucho todos los ruidos aledaños. Es más presiento que algo va a pasarme.
Pues sí siempre algo pasa.
Afuera, en la avenida puedo ver a pesar de que sigo acostado que vienen hacia mí un grupo numeroso de personas. Todas van vestidas de trajes grises del tipo militar. Quién sabe qué habré hecho que me viene a buscar tantos. Ni que fuera el Chencho.
El Chencho llegó una mañana de 1972 a la casa de mi abuela.
Era una joven de 30 años, vestía una camisa de manga corta de color naranja. Se peinaba para atrás con algo de gomina.
Mi abuela lo recibió. Era su sobrino.
Hablaron largo rato de Canelas y de la familia duranguense..
Después de la conversa mi abuela me dijo: fellín, arreglale un cuarto al Chencho. Se va a quedar con nosotros un tiempo..
Así que me fui a la casa del otro lado.
La casa del otro lado era la casa aledaña que tenía mi abuela en Mixcoac.
Me fui pal pal otro lado y entré al cuarto principal. Que era la sala. El otro lado estaba abandonado.
No vivía nadie. Las últimas personas que estuvieron ahí fueron mi tía Eloísa,Herman y Lalo.
Comencé por echarle agua al piso de madera que por este momento no me acuerdo como se llaman las maderas esas.
Ah sí ya me acordé¡ de duelas, el piso de duelas..
El agua levantaba el polvo añejo. Barrí toda la sala. En la sala había una cama.
La tendí, con sábanas limpias y cobijas..Cabe decir que la arreglé muy bien como debe de ser.
Cuando terminé fui con mi abuela y con El Chencho. Les dije que la cama estaba lista.
Cuando quieras irte a dormir le dijo mi abuela. Chencho tomó su caja y lo lleve a su cuarto.
Al otro día después del desayuno regresé a la sala. La cama estaba sin tender. Procedí a su arreglo. Al hacerlo descubrí que debajo de la almohada había una pistola. Una pistola pavorosa.
Entró Chencho y le pregunte que porque traía una pistola?
Es para defenderme.
Defenderte de quien?
De la gente que me persigue..
Se sentó en la cama y comenzó a platicarme..
Y en que trabajas Chencho?
Soy matón¡
Eres matón?
Sí mato a las gente por dinero..
En serio eso haces?
Sí..
Por eso me vine a México. Maté a un señor…
Cuando tengas un problema me dices y yo voy y mato a quién tú quieras…
Entran cientos a donde me encuentro dormido. Ellos gritan, todos están furiosos. No entiendo que dicen. Hablan árabe o no sé que idioma.
Para no morir sin saber porque me quito la cobija y me levanto súbitamente. Les digo a todo en sus propias caras que sí les hice daño es porque se lo merecían. Mis reglas son así. Si te lo mereces pues pagas y ya¡
Ellos bajaron la vista..
M e acerqué a cada uno y les dije : Te lo mereces cabrón?
Y tú? Y tu? Y tú?
No hay nadie que esté limpio verdad?
Entonces no entiendo porque su coraje.
Pero está bien¡
Si me quieren matar, pués mátenme.
Yo ya llegué a un punto que lo mismo me dá vivir o morir..
Unos estaban por el sí y otros por el no…
Regresé a la cama, me tapé de nuevo con las cobijas y volví a dormir…
Que buen plato de arroz le dije a la Martha¡
Quién lo hizo le pregunté?
Yo lo hice Alfredo..
En serio?
Sí tú no salen del chilorio..
La verdad que buen arroz.
Y como no te salió batido?
Creo que el secreto está en como doras el arroz y la cantidad de agua.
No cualquier mujer tiene esa mano para el arroz.
Creo Martha que solo por este simple hecho me caso contigo.
Si yo no quiero casarme Alfredo.. Ya estoy casada.
Sí ya lo sé pero con un joto marihuano no?
Pués eso no es problema Martha. Te divorcias de él y te casas conmigo..
Sólo por el arroz ?
Sí solo por el arroz…
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
19 de Abril de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.
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