Flechas, reunión de gente aburrida.

Flechas, reunión de gente aburrida.






























Este individuo con cara de pocos amigos trae en sus manos un arco y flechas.

A diez metros más o menos se detiene, saca una fleca, la coloca en la cuerda , apunta y dispara.

Por suerte que lo ví de no haberlo hecho la flecha derecha me hubiera atravesado el corazón.

La flecha cobra velocidad. Yo la veo sin despegarle el ojo hasta que la flecha en el aire se acerca. La detengo con mi mano derecha.

El arquero se enoja saca otra flecha y otra y otra. Apunta y dispara, apunta y dispara. Ninguna logra.

Tomo las flechas y las rompo . Luego me dirijo a su presencia.

Le pregunto por la razón que me dispara?

Este me informa que el árbitro al que le arrojé cuchillos hace unos dos o tres sueños le pagó para que me matara.

Una vez que escuché esto, le quito el arco y lo rompo en varias partes. No sin antes decirle que le avise al árbitro que sí se sigue metiendo conmigo no sólo le arrojaré cuchillos…


Me encuentro en la sala de una casa. El techo es de láminas de asbesto. Creo que estoy en un pueblo en Michoacán.

Sentadas puede ver con claridad a unas doce personas. Entre ellas destaca una señorita o señora que tiene abiertas las piernas. Yo la miro a la distancia, pués sí a quién le dan pan que llore?

Ella ni se inmuta. Tiene un rostro de aburrimiento…

Nadia habla ni dice nada. Me levanto con la idea de que les pueda sacar de su fastidio a estas personas sí les pongo algo de música. No sé sus gustos o preferencias. Les pondré música clásica.

Las personas al escuchar se aburren más. Unas sin disculpa hasta se duermen.

Salgo de la sala. Ahora busco un recipiente para calentar agua. Localizo uno, debo de lavarlo. Se acerca la muchacha de las piernas abiertas. Me dice que sí le pueda dar aguar caliente? Si le digo que me espere un momento en lo que lavo el recipiente y caliento el agua.

Ella me dice que está bien.

Le hago el comentario de sus piernas abiertas. Y qué tienen mis piernas?

No tus piernas no tienen nada, tus piernas están bonitas. El caso es que según me dijeron en la vida una mujer no debe de sentarse con las piernas abiertas..

Y eso porque?

Porque se le ve todo, por eso.

El agua se calienta. Le sirvo en un pocillo de esos que se usaban antes. La muchacha me pregunta que sí tengo Nescafé?

Déjame preguntarle a la señora de esta casa.

La dejo un instante.

Entro de nuevo a la sala. Creo que esa señora debe de ser.

Señora; usted tendrá entre sus curiosidades un frasco de café?

Ah sí Alfredo, espéreme por aquí lo deje. Busca en una alacena. Localiza el frasco y me lo entrega.

Al dármelo me dice que hice bien en regañar a esa niña. No es decente que ande enseñando las piernas de más.

Sí gracias..



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
30 de enero de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.



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