Arpistas en el mercado, soprano, pedos discretos, muebles sin objetos.

Arpistas en el mercado, soprano, pedos discretos, muebles sin objetos.


























Este hombre es el típico michoacano. Sombrero, camisa vaquera, pantalón de mezclilla, cinturón con hebilla grande sombrero y botas de pico o punti agudas....

El va muy sonriente caminando por pasillos del mercado.

Se acercan dos señoras de edad avanzada. Las detiene y les dice que en unos momentos el y su conjunto cantarán en el mercado que no se vayan.

Las mujeres se miran y deciden quedarse.

Yo camino detrás de este señor. El no me conoce y yo tampoco pero es mi sueño y tengo que seguirlo.

Llega a donde los esperan otros tres. Seguramente son los que tocan el arpa, el violín el tololoche y hasta el bajo sexto.

Los músicos le dicen al señor que no podrán cantar porque el agua ya está encima¡

Miro pá arriba y en efecto está por caer un aguacero¡

El hombre sonriente les dice que de ninguna manera que lo harán aún en la lluvia¡

Y sí se nos joden los instrumentos?

Pus comprámos otros¡

Bueno sí tienes dinero…

Se paran en la mejor zona y comienzan a tocar y a cantar. Yo pongo atención. Estos cuates son estupendos¡.

De pronto el agua cae a cántaros. Ellos no se inmutan cantan y siguen cantándo.

Todos aplauden el arrojo y el valor de estas personas.

Una vez repuesto de la mojada veo a un hombre descansando en una cama. Se cubre con una colcha roja roja.

Una mujer enorme de más de dos metros de rostro hermoso canta una aria de ópera . Ella tiene los párpados verde agua, los ojos azules y un vestido largo que evoca a las princesas de Etiopía.

El hombre acostado la escucha y yo de pie, recargado en una pared también. La mujer canta de una manera sublime ¡ es una especie de voz angelical¡

De pronto y sin que nadie lo hubiera deseado al hombre se le escapa un pedo. No es un sonoro pedo pero un pedo al fin.

La soprano lo mira pero no suspende su canto. Lo mira suavemente. Y sigue.

El hombre apenado le dice que se le escapó. Que fue un pedo sí pero un pedo discreto.

Si esta bien le digo. No hay problema todos se echan pedos. No hay nadie que se vaya invicto.

La soprano sigue su canto. Que maravilla de voz ¡.

Ahora voy a una casa. Es una casa que según me dijeron yo viví algún tiempo. No la reconozco. Y te aseguro que nunca viví aquí.

Parece que se cambiaron. Busco en los diversos muebles. Abro los cajones. No hay nada Todos están vacíos a excepción de este. Al abrirlo me encontré un cuadro que mi madre perdió cuando yo tenía doce años. Estoy vestido con una camisa de alacranes. La camisa es crema y de manga corta. Me veo peinado con gomina jugo de limón y casi de la misma manera a como me peino actualmente. Es decir de toda la vida.



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
5 de enero de 2015.
Estados Unidos Mexicanos…






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