Cupula, hombre de traje gris, departamento.

Cupula, hombre de traje gris, departamento.






























Tengo que llegar. Voy lo más rápido que puedo.

La verdad de las cosas es que no quisiera ir, pero el deber me llama.

Camino por esta banqueta angosta, acaba de llover, el frío logra que los pelillos de los brazos se me erizen.

En la esquina puedo ver nítidamente la cúpula de la iglesia.

En el interior está un señor limpiando a los santos. Con un trapo le limpia la pelona a San Antonio Abad,luego le quita el polvillo al cuerpo de Jesús Cristo. Le saludo, el señor responde con un movimiento de cabeza. Le pregunto por el cardenal?.

Está indispuesto. Anoché se recargó del estómago. Ceno perdiz con un guisado de carne de canguro.

Pués que sofisticado señor. Le hubiera bastado con un par de huevos estrellados , frijoles, café y un pan.

Ya sabe usted como es de quisquilloso.

Venga vámos a ver sí ya se levanto.

Señor cardenal, aquí está Alfredo. Puede pasar?

Sí dígale que pase.

Entro.

La habitación del cardenal es como la de cualquiera, una cama, un buro y un ropero.

Que le paso cardenal?

Es que anoche me recargue y me dio el correle que te alcanzo.

Hay que tener cuidado en lo que se come.

Si pero el problema ya lo tengo.

Y que paso Alfredo sí me va a arreglar usted la cúpula?

Pues a eso vengo precisamente a que me diga sí sí o sí no?

Claro Alfredo. Ya sabe usted como cuanto costaran las reparaciones?

No ,todavía no he hecho los cálculos pero?

Ahora le digo, espéreme voy a zurrar.

Lo espero. En tanto regresa veo unos cuadros que tiene colgados, son dos paisajes, deben de ser copias, sin embargo están bien. Es un monte con pastores, el otro una mujer saca agua de un pozo.

En qué íbamos Alfredo?

En lo de los presupuestos.

Ah? Es fácil, usted haga un presupuesto que diga seis pero que salga en dos. Luego después que pase la tormenta nos repartimos el fruto de lo obtenido.

No sé?

Ande , ande, en México todos somos corruptos, usted no?

Todavía no..

Pués que espera?

El cardenal se cambia, se quita su bata y se pone unos pantalones comunes y una camisa de manga corta. Estos zapatos de gamusa Alfredo son bien cómodos debería usted de comprarse unos.

Sí está bien.


Subimos al techo.

Revisamos la cúpula me deslizo despacio sentado para no caer. Voy revisando los desperfectos y las grietas.


Le grito: Creo que habrá que ponerle cemento reforzado a las rajaduras para que no se meta el agua!

Sí lo que sea necesario..

Regreso en reversa.

Entonces como para cuando cree usted que comiencen las obras?

Para cuando despierte.

Ya lo sabe Alfredo, usted hace el presupuesto de seis pero que salga en dos.


Este hombre de traje gris anda muy entusiasmado con la fría, se le nota.

No sabe que la fría es una de mis cuatrocientas mujeres. No le voy a decir nada que él mismo lo descubra o se desengañe.

Se acerca a la fría. Le dice algo que según él es muy gracioso. La fría se queda como sí nada. Este no sabe como se le debe de hablar a ella ni qué contarle.


Para eso soy bien pintado. La fría no es fácil, quiero decir no es fácil entablar conversación con ella porque es hermética. Si le caes mal frunce la boca y de ahí no la sacas, sí le caes bien estalla en carcajada. Este hombre no sabe.

La fría me dice: Alfredo No se te olviden los recibos de la luz y el agua!

Los busco en un cajón y salimos.

Vamos caminando por San Juan de Letrán.

Y que te dijo el hombre del traje gris fría?

Nada, no tiene caso, es un hombre bobo.


Voy a un departamento en Mixcoac.

Y voy acompañado de un muchacho de pelo chino. No sé quién es, nunca lo había visto, se apareció en este sueño.

Abro la puerta. Le pido que nos sentemos . Sobre la mesa hay unas hojas blancas y un lápiz. El joven me pide que le escriba una carta a una tal Josefina.

Y porqué no se la escribes tu?

Es que no tengo las palabras precisas?

Y yo sí las tengo?

Es que usted Alfredo tiene facilidad para hablar y para escribir.

Ni te creas no es tanta.

Bueno pues vámos a escribir.

Apreciada Josefina, dos puntos.

Hace unas tardes que la vi pasar, llevaba usted un rebozo rojo, las trenzas con moños y un canasto con manzanas.

Al verla quedé prendado de su belleza,hecho un tonto, quise abordarla pero me dió pena, las manos comenzaron a sudarme, me latió fuerte el corazón y no supe que hacer.

Es por eso que le envió estas letras. Disculpe usted mi atrevimiento pero es la única forma que encontré para acercarme a usted. Atentamente, dos puntos.

Como te llamas?

Gerardo.

Ya esta Gerardo, ahora ve a la Plaza y entrégasela en propia mano.

Nos levantamos y al abrir me encontré con la mujer que conocí en los 80. Ella al vernos se sonrió, supuso que éramos jotos.

Al ver su malicia le dije que entramos para escribir una carta de amor a una fulana que este cuate no se atreve a hablarle. Eso es todo. Pero ni él no yo somos desviados, de esos no tengas duda.




Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
18 de Noviembre de 2014.
Estados Unidos Méxicanos.



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