Navajo,preparatoria,aviones blancos y anaranjados.

Navajo,preparatoria,aviones blancos y anaranjados.




























Esta puerta tiene en la parte de arriba un vidrio. Les grito a varios que la cierren. Que a mí no me gusta dormir sin percatarme de que la puerta esté bien cerrada.

Como no les tengo confianza me levanto del catre. Como les dije, estos no la cerraron bien. Me propongo a dejarla segura.
Por el vidrio se asoma un señor de greñas largas. Greñas negras y largas. Sus ojos no muestran brillo alguno.
¿ Y quién será este?
Parece indio Navajo….
El indio me hace señas para que le abra. Ni que estuviera loco pienso yo.
Se vuelve a asomar y blande un largo cuchillo.
Lo sujeta por el filo y con la cacha procede a pegarle hasta que todo se vuelve añicos.
El indio mete su brazo moreno e intenta dar con la cerradura. Lo sujeto y forcejeamos. Al cabo de unos minutos logro quitarle el arma punzo cortante.

Con el cuchillo en mi poder le rajo el brazo. Le brota sangre.
No sé hasta dónde pretenda llevar esta situación. No me importa. Que llegue hasta donde sea.
Se detiene la sangre. De la gran rajada le salen alacranes y hormigas negras.

Tal vez este sueño tenga que ver con aquello que me pasó en 1976.
Encontrábame yo en la Preparatoria número nueve de la UNAM. Eran los tiempos de mucho vandalismo, los tiempos de mucho zángano, que no estudiaban y sólo asistían a la escuela a provocar actos de todo tipo.
Serían las cuatro de la tarde más o menos. Cuando de pronto una de las compañeras entro precipitadamente por el pasillo del segundo piso.
Ella era lo que se dice una típica mujer fea, usaba lentes, suéter que le quedaba largo, trenzas mal hechas y dientona.
Entró con la cara pálida. Cerró la puerta con rapidez.

Yo me encontraba leyéndo y a la espera de que llegara el santo Efrén. Mi maestro de Etica. Le decía así porque hablaba mejor que un padrecito.


Pués bien, la mujer cerró la puerta. La puerta era verde.

Nos dijo que venían unos gueyes a los que les decían los porros. Miré hacia el vidrio y se asomo un individuo de pelo chino, lentes de espejo. Se asomo y después con su puño rompió el cristal. Metió su brazo y buscó la cerradura.
Cuando logró abrir entró acompañado de un grupo numeroso.
El chino llevaba una cadena y su daga. Nos miró a todos y dijo secamente :
Quién de ustedes cerró la puerta ?
Nadie dijo nada..
Las mujeres se quedaron calladas y a los hombres se les cayeron los calzones..

Pués como nadie fue. Creo que es la hora de comenzar a repartir putazos. Nos dijo..

Miró a todos con su vista panorámica y se detuvo en mí.

Y creo que comenzaré por este guerito nalgas miadas… Así me dijo..

Lo miré retadoramente y respondí de igual forma:
Pués está bien eso de que comiences a repartir chingadazos, eso lo dices porque vienes apoyado por este grupo de mierditas. Lo que sí te puedo decir que me podrán pegar entre todos. Puede ser. Pero sí te digo que tarde que temprano te busco y cuando lo haya hecho pués te mato.
El chino mi miró de nuevo, se quito los lentes y gritó:
Amarren a todos , menos a este hijo de la chingada ¡. Se acercó a mí y me dijo: Te siente muy cabroncito verdad!
Pués ponme a prueba ¡
Así me gustan que no se culien.. Amarren a todos ¡

Los que venían con el comenzaron a pasarles un mecate a los hombres y así como sí fueran animales los sacaron al pasillo y se los llevaron. Yo fui el único que se quedó con las mujeres.
Después supe que a los que se llevaron los ataron a la estatua de Miguel Shultz, los embadurnaron de una mermelada y les echaron plumas de gallina. La humillación pués.



Ahora voy corriendo de prisa.


Entro a los pasillos del Aeropuerto. Me encuentro con la fría. Ella me apura y me grita que corra al mostrador y compre un boleto.
Le hago caso y acudo lo más pronto que puedo.
Me entregan un boleto, largo y anaranjado.
Le digo a la fría que ya lo tengo.
Está bien ahora súbete al avión. Y qué tú no te vienes conmigo fría?.
No yo me voy el el avión blanco. Y tú te tienes que ir en el anaranjado.
Sigo por el pasillo la fría se aleja…

Me topo con las personas que llegan. Choco con un joven que viene mirándo su teléfono. No hace por disculparse.
Entro a una zona que dice Servicio. Veo que se acerca un gran avión. Viene rodando despacio pero con fuerza.
El avión se detiene de trompa con una barda que parece de goma. Es como una pared contenedora.
La fría se fue y no le pregunté que en cual Aeropuerto nos íbamos a ver….


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
26 de Septiembre de 2014.
Estados Unidos Méxicanos.


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