Puerta forzada, accidente de Jorge, arrojarse por la azotea, acordeón juppie, incendio.
Puerta forzada, accidente de Jorge, arrojarse por la azotea, acordeón juppie, incendio.
Debo dormir. En este caso no soy de los que apagan la luz. Soy de los que la encienden.
Escucho un ruido, es un ruido fuerte. Busco mi pistola. Recuerdo que no tengo pistola. Voy desnudo.
La puerta de la entrada principal está semi abierta. La puerta no tiene ninguna de las cuatro chapas que yo mismo le coloqué.
Sólo quedaron los agujeros.
Me asomo. Es de noche. Sale un vecino. Le comentó que abrieron la puerta. Me pregunta que qué me robaron. Solo las cuatro chapas. De lo demás no me falta nada. Voy hasta el balcón. Les grito a todos que hay unos ladrones. Que se robaron las chapas de mi puerta. A nadie le interesa. Está bien. Cuando les roben a ustedes tampoco diré nada.
Camino al lado de un Circuito. Al llegar a mi destino descubro que hay un carro que acaba de sufrir un accidente. Veo a Jorge. Este está bañado en sangre. ¿Le pregunto que sucedió?. Jorge con sangre en la boca me dice que iba rápido y que de pronto apareció una barda. Y se fue de lleno.
Esperame te voy a ayudar. Las personas que pasan solo miran pero ninguna se acomide a prestarle ayuda.
Para llegar a donde está debo de saltar desde una zotea. Una mujer que parece educadora me hace el comentario que no debería de arrojárme. Si ya lo pensé me puedo romper un pie. Pero por aquél lado veo una escalera metálica. Sí pero está clausurada. No se le permite a nadie usarla.
Un gordo de pelo ensortijado está en mi casa. No sé quién es pero aquí está. Una mujer parecida a Carmen le pregunta que para que quiere tantas maletas. En realidad no son maletas, son valijas. El hombre gordo abre una de estas y saca un acordeón. Se sienta en una cama, el colchón se sumerge. Está bien gordo. El gordo coloca sus dedotes sobre las teclas y comienza a sacar notas. Me pregunta que sí conozco esta. Sí es el venadito. Es la cantaba con mi mamá. El gordo toca muy bien.
Después de que termina la canción se levanta y me señala que debo de quitar los vasos y las copas de esa vidiera. Sí lo quitas de este sitio y los colocas en otro lado lucirán mejor.
Se termina el sueño como les digo en lugar de apagar la luz para dormir la enciendo. Al hacer esto sale un resplandor de la calle. Abro la puerta y una de las lámparas arroja chispas. Sale humo. Le grito a un enano que habrá incendio. Baja, baja me grita el enano y vámos por agua.. Ando en calzones. No le hace , baja baja…
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
14 de mayo de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
Debo dormir. En este caso no soy de los que apagan la luz. Soy de los que la encienden.
Escucho un ruido, es un ruido fuerte. Busco mi pistola. Recuerdo que no tengo pistola. Voy desnudo.
La puerta de la entrada principal está semi abierta. La puerta no tiene ninguna de las cuatro chapas que yo mismo le coloqué.
Sólo quedaron los agujeros.
Me asomo. Es de noche. Sale un vecino. Le comentó que abrieron la puerta. Me pregunta que qué me robaron. Solo las cuatro chapas. De lo demás no me falta nada. Voy hasta el balcón. Les grito a todos que hay unos ladrones. Que se robaron las chapas de mi puerta. A nadie le interesa. Está bien. Cuando les roben a ustedes tampoco diré nada.
Camino al lado de un Circuito. Al llegar a mi destino descubro que hay un carro que acaba de sufrir un accidente. Veo a Jorge. Este está bañado en sangre. ¿Le pregunto que sucedió?. Jorge con sangre en la boca me dice que iba rápido y que de pronto apareció una barda. Y se fue de lleno.
Esperame te voy a ayudar. Las personas que pasan solo miran pero ninguna se acomide a prestarle ayuda.
Para llegar a donde está debo de saltar desde una zotea. Una mujer que parece educadora me hace el comentario que no debería de arrojárme. Si ya lo pensé me puedo romper un pie. Pero por aquél lado veo una escalera metálica. Sí pero está clausurada. No se le permite a nadie usarla.
Un gordo de pelo ensortijado está en mi casa. No sé quién es pero aquí está. Una mujer parecida a Carmen le pregunta que para que quiere tantas maletas. En realidad no son maletas, son valijas. El hombre gordo abre una de estas y saca un acordeón. Se sienta en una cama, el colchón se sumerge. Está bien gordo. El gordo coloca sus dedotes sobre las teclas y comienza a sacar notas. Me pregunta que sí conozco esta. Sí es el venadito. Es la cantaba con mi mamá. El gordo toca muy bien.
Después de que termina la canción se levanta y me señala que debo de quitar los vasos y las copas de esa vidiera. Sí lo quitas de este sitio y los colocas en otro lado lucirán mejor.
Se termina el sueño como les digo en lugar de apagar la luz para dormir la enciendo. Al hacer esto sale un resplandor de la calle. Abro la puerta y una de las lámparas arroja chispas. Sale humo. Le grito a un enano que habrá incendio. Baja, baja me grita el enano y vámos por agua.. Ando en calzones. No le hace , baja baja…
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
14 de mayo de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
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