Guardando cosas, señor de lentes negros con perro, mujer hermosa, púlpitos con vitrales, elefantes calcinados, lobos rusos , tigres y leones..

Guardando cosas, señor de lentes negros con perro, mujer hermosa, púlpitos con vitrales, elefantes calcinados, lobos rusos , tigres y leones..


































Ahora debo de guardar infinidad de objetos. Me parece que me voy de aquí.

En cajas guardo piezas de cerámica, discos antiguos, y mil más.

La fría entra con una cobija monumental que tiene figuras de patos. Ella es una mujer necia que habla y habla y solo Dios.

La fría mete a una lavadora la enorme cobija y la mete a las de a huevo. Ella sabrá digo yo mientras leo un pasquín.

La lavadora explota de allá pa acá veo con claridad absoluta como la fría es arrojada con gran fuerza contra la pared. Ella cae y se pega en la nuca. Me levanto y no la bajo de pendeja. ¿Fría fría estás bien?

La fría se incorpora y m dice que se pegó en la cabeza déjame ver. Hum te hiciste un chipote. Este no se te quita ni con árnica.

Le digo que mientras nos vamos voy a salir a dar una vuelta al pueblo. Son las cinco de la tarde. Y me acuerdo de un poema de Federico García. A veces hay palabras que se te quedan y nunca las puedes olvidar.

Me acuerdo que se me olvidan las llaves para entrar y le grito a la fría. Ella se asoma por un balcón y me arroja las llaves. Que bonitas están. Tienen una piedra negra.

Un hombre de lentes negros pasea a un perro que también es negro. Le digo que voy a dejar la puerta entre abierta para que pueda entrar. El hombre me dice que sí. Y yo me voy.

Ahora subo una escalinata. Es un lugar en dónde guardan caballos. Vienen dos señores. Uno de ellos trae en la mano una botella de whisky.

El tipo mira con insistencia a la mujer. El problema es que está cerca de su vista pero lejos de su vida.

Les pregunto cuanto pagan por guardar su carro. Uno de ellos me dice que cuatro mil pesos. Es mucho.

Entramos a la iglesia la mujer hermosa y yo. Un joven revisa los púlpitos. Incluso asegura que uno de estos no es de la época es una burda imitación. Quién sabe yo no conozco de púlpitos.


Camino en una loma. El medio ambiente es de tizne. Miro restos de carne gris, enormes cabezas, muchos huesos.

Un hombre se acerca y le pregunto. Este me contesta: Estos son restos de elefantes quemados. ¡ Mire aquí están uno de sus colmillos ¡.

Sí ya los vi.

Ocasionalmente y sin que uno lo espere llegan un grupo de salvajes. Ellos traen a los elefantes vivos, luego les arrojan gasolina y los incendian. Así los matan..

¿ Y porqué lo hacen?.

Aducen que los elefantes se comen lo que siembran y por eso los matan.

Le digo al hombre que vamos de horror en horror.

Sí de horror en horror.

Llegó a una casa en donde vive gente rusa.

En la entrada hay varios lobos. Una mujer narizona se asoma y me pide que entre.

¿ Y sí me muerden los lobos?.




No ellos no atacan a menos que tengan hambre. Tenga me dice al momento que me entrega un paquete de carne. Lo abro y les arrojo a cada lobo un pedazo. Los lobos ni se molestan en levantarse. Así echado comienzan a comerse la roja carne.

Más tarde veo a varios leones y tigres. Uno de ellos el que parece ser el jefe rugue con tal fuerza que casi se ve su aliento. Un tigre joven se acerca e introduce su cabeza en la boca del león. El tigre saca su cabeza de inmediato. A pesar de su fiereza se asusta. Por mi parte camino entre ellos. Siento que no hay cosa más idiota que caminar entre tigres y leones. Quiera Dios que no les guste mi olor y me coman los cabrones…..








Original de Alfredo Arrieta
Paraelpueblodetierra
nec spe, nec metu
11 de mayo de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.





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