ME CARGA UN ENANO, LAVANDO UN BAÑO, MUCHAS SILLAS , PONIENDOME UN ZAPATO ,
ZAPATO TENIS , UNOS ARETES , MIRANDO UNA PELICULA IDIOTA , SE ME AVERIÓ UNA PIERNA.
Un enano vestido de traje de azul me dice que ya es hora de que nos
vayamos. Yo no tengo porque ir a ninguna parte le respondo. Bueno frunce los
labios. Sí no quieres comer pués que le voy a hacer…
Es entonces que comprendo que llevó ya varios días sin comer. Y eso no es
porque haya sido por falta de ganas sino
porque el mundo, la tierra ya no produce nada. Fuimos tan capaces de partirle
el queso a las tierras fértiles. A mí no me agrada el maíz de plástico esos que
se los coman los burros que lo producen.
Me acerco al enano y le digo que está bien. Que le acompañaré. El enano
me pide que junte mi espalda con la
suya. Así que me siento para que las espaldas concuerden. Luego quién sabe cómo
el hombrecito pone duras sus piernas y me lleva cargando. Dicen que los enanos
tiene una fuerza descomunal. Y eso ya lo estoy comprobando.
Pasan dos horas y tres minutos. Miro mi reloj Haste, que buen reloj. Me salió
tan bueno. Lo llevo desde 1973 y aún no ha necesitado ninguna reparación.
Me
dice el enano que ya llegamos.
Doy un brinco o salto. Enfrente de mi hay un valle. El enano se pone
gustoso y me dice mira , mira; ahí tienes
suficiente comida para que sacies
tu hambre. Es maravilloso un valle con comida..
Pasada la euforia debo de lavar un
baño. De la regadera sale un chorro intermitente. No se puede cerrar, la llave
está jodida. Intenté apretarla con unas pinzas pero la llave se barrió y no puedo hacer nada. El agua se sale.
El agua baña la pared de ese mosaico. Es un tipo de mosaico que nunca me
gustó. Tiene una dificultad para lavarle. Bueno. Como les digo tengo que
limpiar este baño lo quiera o nó .
Comienzo por las paredes que tienen unas manchas como de óxido . Las manchas
están tan pegadas que ni con piedra pómez se
pueden quitar. Me la paso talle y talle. Debo decirles que ya me estoy
enojando. Sí decidí lavar este baño y estas paredes es porque estaba de buenas.
Sí alguno osare molestarme tenga por seguro que le arrojaré la cubeta y la
escobeta por la cara. Así que mejor déjenlo como está. No quiero provocaciones
de ningún tipo.
Ya lo terminé pero me espera limpiar las sillas. No sé de dónde salen tanta
sillas son como treinta. Tomo un trapo y las comienzo a limpiar con un aceite
rojo. Dice en la etiqueta que es un aceite para limpiar maderas finas y
colijo que estas sillas son como de roble fino. Incluso tiene un grabado
que dice Florencia Italia. No sé bien a bien
sí en Italia tienen árboles de este tipo o ellos importan las maderas de otro
sitio.
Ya me cansé llevo diez sillas limpiadas. Y como no me voy a cansar si ya
lavé el baño.
A veces en los sueños que tengo me la paso trabajando. Creo que no es justo
ya trabajé un chorro de años y todavía tengo que trabajar en los sueños de la
noche. No puede ser.
Conseguí unos zapatos de piel. Curiosamente son de una piel parecida a la
piel del sofá de mi sala. Es una piel
fina. Como no me gusta la forma en que le ponen las agujetas de nuevos decido
sacárselas y ponerlas como a mí me
gusta. El zapato de tan fino lo siento
aguado. Bueno no puedo desaprovechar este calzado considerando que cuando
terminé la escuela primaria no asistí a la entrega del diploma por no tener ni
un par de zapatos presentables.
Mi mamá me compraba unos choclos de hule que se
llamaban Sandak. Después de un rato los pies me
apestaban a queso. Y no era raro pues el movimiento del pie y el
frotamiento con el hule hacían la mezcla adecuada para tales olores.
Ahora me encuentro sentado en la sala de mi propia casa. Descubro unos
aretes diminutos. Son dos aretes de oro, le pregunto a la fría si ella sabe de
quién son. La fría me dice que son de ella. No le doy más interés a este asunto
y me dirijo a mi recámara. Enciendo la televisión, me acuesto cuan largo
soy. Cambio de canales y me meto en la
historia de una película idiota…
Debo decirles que el gato estuvo la
noche entera subiéndose a mi cama, me tiraba con sus manotas. Quiero mañana al despertar ver sí no tengo la cara
arañada como un mapa.
Son casi las cinco de la mañana. Me encuentro sentado en una silla de
ruedas. ¿¿Les pregunto a todos que carajos hago en esa silla?. Los que me conocen
me miran como si no supieran decirme que me pasó. Los que no me conocen pasan a
mi lado y les dá lo mismo.
Me piden que haga intentos por levantarme. Yo como soy un hombre decidido
me levanto. El problema es cuando quiero mover la pierna derecha no me obedece.
Es como sí no la tuviera.
Ahora debo de recomenzar esta nueva
etapa en donde deberé moverme en una silla de ruedas. No sé sí pueda soportar
este suplicio. Tal vez le haga como aquél torero que llegó a saludar a su papá,
se metió a su cuarto de cuando joven. Estuvo sólo unos minutos y luego se disparó
en la tatema..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
19 de mayo de 2013
Estados Unidos Mexicanos.
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