RECUERDOS DE UN AMIGO SUYO Y MIO
RECUERDOS DE UN AMIGO SUYO Y MIO
Nuestro solar nativo ha visto nacer a infinidad de mujeres y hombres inquietos dedicados a diferentes actividades, muchos de ellos han rebasado las fronteras de nuestro estado para ocupar dignamente algún lugar en la vida de México.
Así hemos contado ( y seguimos contando, para nuestra suerte ) entre nosotros, a grandes luchadores por la libertad y la igualdad social, excelentes periodistas y majestuosos creadores de las bellas artes, sin olvidar a los entregados a la ciencia; unos con el sable y el fusil y otros con la pluma y la mente, y otros más con variadas manifestaciones artísticas.
Particularmente, y ahora, deseo referirme a un duranguense como cualquier otro, que a temprana edad y por diversas razones salió del estado rumbo a la gran urbe que a muchos de nosotros nos ha deslumbrado. La ciudad de México.
A este hombre lo conocí en los cincuentas, y de haberlo visto tan tan grande como me acuerdo, seguramente porque yo era muy pequeño. La diferencia de edades y estatura pués.
Durante los 60s, se me nubla de la memoria este hombre, tal vez será porque el pequeño ganó la calle y los caminos en busca de lo nuevo, y él voló buscando lo conocido.
Lo que si puedo decirle es que en los 70s, lo ví tal cual era fisicamente frente a mí. No alto no chaparro, más bien de estatura media; no gordo no flaco, más bien término medio; no prieto no güero, más bien colorado; con ojillos ávidos como niño travieso.
Tenía una singular facilidad por preocuparse por los problemas de los demás, de las mayorías diría él, olvidando en ocasiones los de sus allegados. En fin, cada quién su vida.
Pués bien, este tipo tenía el corazón tan grande, pero tan grande, que se bebía de un trago al amor completito.
Amaba a sus hijos- 10- ( o serían más? ), a las dos mujeres que en su vida se cruzaron
(¿ o serían más? ) a unque a decir verdad en ninguna de ellas encontró lo que dicen los hombres buscan en la pareja. Amaba a sus padres, a sus hermanos, a sus amigos, a los campesinos, a los colonos, a los pobres, a los desprotegidos diría él.
Dentro de este último grupo creo que nuestro personaje se encontraba po que por lo qué seé, nunca fue rico, es decir, también se amaba a sí mismo.
Como podrá darse cuenta por lo que aquí digo este señor amaba mucho. ¿ Pero le gustaría saber que era lo que amaba extremadamente?. Bien, entonces le diré que lo que este hombre amaba al extremo ( todo mundo amamos algo al extremo ) porque nacía desde el mismito centro de su ser, era el difícil arte de la política.
Necesario haberlo visto y sentido como yo, para entender el porqué de su entrega apasionada, a lo que él llamaba alegremente “ el quehacer”. Necesario sería yambién el haberlo visto y oído disertar sobre diversos aspectos relativos a esta especialidad, rodeado de algunos que decían o se sentían “ duchos” en este “ quehacer”. Necesario haberlo visto.
Casi nuca visitaba a su estado, más siempre estuvo pendiente de lo que aquí sucedía, yo llegué a conocer aún más a Durango por lo de de él decía este hombre.
Al preguntarle el porqué de sus visistas tan esporádicas, respondía que a Durango llegaría como triunfador; solo el sabía lo que quería decir con “ triunfador”. Cuantos no han regresadso por no sentirse “ triunfadores”.
¿Porqué,?,¿ los que nos quedamos seremos tan exigentes? ¿ Tendrémos razón?.
El chiste es que hace algunos años, llegó a Durango, acompañando a alguien que tal vez haya sido triunfador, y se puso a trabajar en lo que sabía, en lo que lo apasionaba. Se reencontró con su familia, con su pueblo, con los que nunca perdió contacto. ¿ Y qué cree? Pués sí, no fue del todo bien recibido; que si oportunista, que si advenedizo que sí.. ¡ ya vé¡. El error pudo ser qué llegó de acompañante del “ triunfador”, tal vez otra cosa hubiera sido si en vez del acompañante, fuese sido el acompañado. ¡ Ya vé cómo es la raza ¡
Y así , se regresa a la ciudad de México, no sin antes vomitar unas cuantas mentadas de madre; era mal hablado que cuidado.
De ahí, que a San Luis Potosí, que a Yucatán, que ariba, que abajo. ¿ Le gustan los campesinos, los colonos, los desprotegidos, etc. ¿ ( qué serían los etceterás?), pués jódase: Suban el piano, bajen el piano; que amigo.
¿ Y que cree? En unos de estos lugares se enferma, y vuelta a la ciudad de México; aquí que tiene esto, que tiene lo otro y aquello, en fin, quién sabe qué es lo que tien este santo señor.
El día 26 de octubre de 1981, por la mañana, muy de mañana, como acostumbraba iniciar el día, dejó de existir en brazos del hijo que lleva su nombre, el siempre con miedo a la muerte; sí, aquél hombre grande, con miedo como de niño; con miedo a la muerte. Después de todo ¿ quién no le tiene miedo a la señora de las tinieblas?
Y murió este gran hombre, este gran duranguense, sin haber logrado lo propuesto: Ser triunfador. ¡ Ah pero cómo promovió a Durango. En casi todo el país, por donde anduvo, frente a las “ comisiones”, grupos de trabajo, estudiantes, “ intelectuales, gobernantes( no necesariamente intelectuales), siempre daba lugar para hablar de su tierra y de sus hombres, a los que amaba profundamente ( no piense mal, también a las mujeres ). Se fue, a los cincuenta y dos años de edad, posiblemente pensando que su tierra no le respondió como e´l hubiera querido, que no le respondieron sus amigos. La verdad no se sabrá.
Ahora descansa su cuerpo junto a otro gran duranguense: Don Eduardo.
Los dos muy lejos de su terruño. Y digo que su cuerpo descansa , porque su espíritu siempre lo siento aquí, junto a nosostros ¡ Ah pero que inquieto¡.
Seguramente se preguntará usted después de leer todo este rollo ¿ De quién carajos hablan?. Ahora va: Hablamos de un amigo suyo y mío, hablamos de un cofundador de “ Durango Nuevo”, de un inquieto duranguense como muchos, profundamente enamorado de esta tierra; hablamos del Lic Alfredo Arrieta Corral, mi padre.
Fernando Arrieta Ortega.
REVISTA DURANGO NUEVO.
Publicación mensual Edición 283.
Junio de 1987
D/N. Horizontes.
Este pasado día 26 de Octubre se cumple el 29 aniversario más de la muerte del Lic Alfredo Arrieta Corral.
Material de archivo del archivo perosnal de Alfredo Arrieta Ortega.
México.
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