EL ADAGIO
El Adagio
A partir del golpe de Estado del año 73 y de la dictadura militar, es que nace Adagio a mi país. De esto no puedo decir nada inédito, ya que hemos hablado mucho con otros periodistas. El Adagio es una obrita que comienza por la visita a nuestra casa de aquellos años —la única casa que tuvimos— en El Prado, del dúo Marga y Beti. Era muy hermoso oírlas, sonaba muy bien. Me visitaron para pedirme que escribiera una canción para un festival que se iba a realizar en España —donde creo que ya estaba como embajador Pacheco Areco, que aunque estaba proscripto era embajador del régimen— me propusieron un estudio para guitarra de no sé quién y que Beti tocaba. Yo la grabé para hacer una canción sobre esa armonía, como toco mal la guitarra la hice en el piano, aunque también toco mal el piano, pero salía un poco mejor.
Sobre eso se me ocurrió el Adagio. El texto lo hice pensando en un final a dúo. Por último decidieron no presentarse al festival y la canción quedó disponible. En el año 74 tenía un compromiso con una compañía argentina y lo grabé. No me pareció una canción apropiada para mi voz, pero hice lo que pude y contando con los compañeros de la guitarra que estaban dispuestos a cantar, hicimos ese final de contrapunto. Resultó ser una canción buena y hoy pienso que es la mejor canción que hice. Aunque aseguro que si es cierto que lloraba cuando la escribía y me sucede no sólo con el Adagio, también con otras cosas que vienen desde adentro; lamento que la gente siga llorando, mucha gente me ha dicho: 'el Adagio me conmueve’ y cosas...
Es una canción que toca el presente, el pasado y el futuro, pero no deliberadamente, se trata dé la memoria colectiva que uno asume como parte del pueblo que uno es.
La canción es revulsiva, es propuesta como decía Viglietti, criticando la rotulación de canción de protesta. El dice que en lugar de protestar se debe proponer. Lo mismo en mi caso, lo mismo que en Cuba en el 67, yo hablaba de que había que hablar de canción popular, no de canción de protesta. Protestar, protesta mi mujer cuando va a comprar las papas, o yo cuando no encuentro los calcetines, protestan mis hijas si las despiertan temprano porque tienen que estudiar. No se trata de protestar, es de combatir, de proponer y de que las propuestas sean viables. El Adagio tiene característica de propuesta, pero hay que profundizar en aquellas partes que propone, desde el presente un futuro posible.
Cuando hablamos de amanecer, nos referimos a la conquista de una democracia más o menos avanzada y más o menos profunda. Los que sentimos además de ser cantores, una responsabilidad política que asumimos conscientes, estamos ciertamente preocupados por el futuro inmediato, lo mismo que el futuro a mediano plazo y mucho más a plazo largo, que el futuro es de los humildes y de los trabajadores. El futuro es de los que trabajan. Ese futuro se llama socialismo. A mí me falta hoy la canción que proponga en términos apropiados profundidad ideológica y la operatividad política necesaria. La canción de hoy me está faltando, vacilo, escribo, escucho, leo, propongo cosas a los compañeros, consulto, pido crítica, y me sigue faltando la canción nuestra de hoy, necesaria, viable y en lo posible aquella canción que no pueda ser instrumentada por los medios en beneficio del poder económico y político que hoy todavía es el poder de la oligarquía nacional, con aquellos que encontraron que el socio mayor sigue siendo el imperio y el socio industrial el ejército de ocupación que han creado, aquí ya no les conviene porque les sale caro. La próxima canción la cantará el pueblo si cree que está bien. Nosotros los cantores tenemos que cantar lo que el pueblo siente y nos equivocamos muy a menudo, especialmente cuando nos sentimos vanguardia, la vanguardia es la clase obrera. No somos creadores, somos recreadores de lo que la gente siente y piensa, prendiendo el fuego, arreglando un zapato o creyendo en Dios sin razones suficientes, pero hasta por necesidad de sentirse un hombre entre los hombres. Son todos colores, el cielo cambia de color cuando se anuncia la tormenta, se pone violeta, el cielo azul nos dice: hoy es siempre todavía".
Fuente : Zitarrosa la memoria profunda
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