Techos con lumbre, ecuatorianos indocumentados, botella de agua, siameses.

Techos con lumbre, ecuatorianos indocumentados, botella de agua, siameses.































Este techo no es un techo común.

Es un techo con láminas de asbesto.

El asbesto es caliente.

No entiendo porque construyen los cuartos con este tipo de material.

Pero como les digo no es un techo cualquiera. Este lo diseñaron para lo siguiente:

Utilizando la mejor de las tecnologías el techo tiene unas hornillas que van de lo largo a lo ancho. Alguien desde lejos puede hacer que el techo sí es su deseo tenga lumbre como sí de una estufa se tratara.

Lo puedo ver. El techo está encendido por completo. Por la escalera de la derecha van subiendo un grupo de personas.

Ellos van en silencio. Creo que no van contentos, tienen sus lenguas atadas..

Se recuestan en este techo. Se colocan . Son al menos unas ciento cincuenta. Se reparten por edades y por sexo. Hay de todo. Hombres y mujeres, rostros silenciosos.

Todos están acostados, desnudos. El fuego o la lumbre los invade.

Le pregunto a uno de ellos cual es la razón por la que permiten que los rosticen?

Es que somos y fuimos almas descarriadas.

Entonces nuestro castigo es arder. No quemamos hasta ponernos rojos. Luego de veinte minutos nuestra piel se tuesta y nos salen alas como de murciélago. Son alas rojas rojas. Nos convertimos en demonios..

En este pasillo o túnel del METRO veo a un muchacho rubio. A leguas se nota que no es de aquí. Este camina en busca de una mujer de unos 17 años. Ella también es rubia. Les pregunto que hacen aquí?

Ellos intentan evadirse pero yo los sigo.

Y les vuelvo a preguntar.

Estos no tiene otra que decirme que son indocumentados. Que son ecuatorianos y que se esconden de la migración.

En un balcón un sujeto vigila. Este lleva una camisa amarilla mira un rato y se mete.

Después vuelve a salir.

Voy con los jóvenes ecuatorianos, subimos una escalera que tiene dificultades.


Entramos a un departamento. Ahí nos encontramos con el sujeto de camisa amarilla. Entra y se quita la camisa y se pone una blanca. En este cuarto hay muchos archiveros. Estos deben de contener los datos o la información de todos los que entran a México de manera ilegal.

En otro cuarto hay dos personas más. Estos están pegados, unidos pués. Son siameses.

Ellos echan marometas, y se rién. Les pregunto sobre su nacimiento. Estos responden que su mamá cuando los tuvo parió en verdad chayotes. Dos al mismo tiempo¡

Si debió estar rudo.

Les pregunto también si no les gustaría separarse?

No pá qué¡

Así nacimos y así nos morimos.

Bueno es su problema.

Se vuelven a reír.

Estoy esperando que llegue el camión.

Este es un pueblo de los más pobres que he visto.

Llega el transporte .

Corro y le digo a la fría que no se quede atrás.

Me subo tan rápido que les gano a todos.

Le digo al chafirete que en un momento le pago.

Hay un tipo sentado con las manos abiertas. En las manos lleva muchas monedas de cincuenta centavos. Me las muestra.

Busco algún lugar que nos quede cómodo.

La fría me dice sin subirse al camión que quiere llenar su botella con agua de esa llave.

Sí no te tardes.

El camión se llena al tope. Me siento. El camión arranca bruscamente. Es un camión de los años treinta.

Nos vamos. Me asomo por la ventana y de la fría ni supe.

Llegamos a México.

Se bajan todas las personas. El camión queda vació.

Le digo al chofer que sí me puede regresar al mismo sitio?

Te saldría muy caro me responde.

Meto la mano a mi bolsillo y saco una gran moneda de oro. Se la muestro.

El chofer la toma y se la lleva a los dientes, la muerde y me dice que está bien.

Nos vamos de regreso.

Llegamos al pueblo. Me bajo y comienzo a buscar a la fría.

No la veo por ningún lado.

Subo una escalinata de dos en dos o de tres en tres, ya no me acuerdo.

Me asomo por una ventana. Veo a tres mujeres desveladas. En su mesa hay alcohol. Todos están despeinadas y con la pintura de la cara descorrida.

Toco a su puerta. Al abrir una mujer de pelo rizado toma de la mano a un hombre prieto y lo mete a una recámara.

Abre una de las mujeres.

Le pregunto sí no ha visto a una mujer con estas señas. Le muestro una foto.

Ah sí es la fría.

La mujer grita:

Fría, fría ahí te buscan.


Me permite pasar .

En una cama veo a la fría. Ella está dormida y bien borracha y con otras dos.Tiene las piernas abiertas y los calzones a medio bajar.

Despierta pinche fría. Porqué no te subiste al camión?

Despierta¡

La fría de quita las chinguiñas y me dice que está bien peda.

Sí ya lo sé.

Vámonos le grito.

Una de las mujeres me dice que no la trate mal. Anoche se la cogieron bien duro.





Original de Alfredo Arrieta
Nec spe, nec metu
9 de Julio de 2015.
Para elpueblodetierra.
Estados Unidos Mexicanos.



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