José Alfredo, robo, gasolina, piso.
José Alfredo, robo, gasolina, piso.
Es una casa de pueblo.
Debo prepárame para recibir visitas.
En tanto realizo labores domésticas tengo una televisión encendida.
Es una tele Admiral en blanco y negro.
Están trasmitiéndo el programa Noches Tapatías.
Aparece a cuadro José Alfredo Jiménez que entona el corrido del perro negro.
Tocan a la puertas y los demás perros ladran.
Me dirijo presto. En el quicio hay cuatro personas. Tres mujeres con capas azul marino y zapatos chatos. Les acompaña José.
Cabe decir que en las paredes de esta casa hay infinidad de cuadros del compositor guanajuatense.
José Alfredo me saluda y mira la televisión y mira los cuadros. Todo al mismo tiempo. Pone una cara gustosa pero a mí no me dice nada.
Dejo momentáneamente a las visitas de lado y acudo a la recámara en dónde me dormía en los años 70.
Entro súbitamente y descubro a Lourdes revisando mis pantalones. La hija de puta está robándome. Veo con la nitidez de este sueño que sustrae trescientos cincuenta pesos, se los mete a su pantalón sin que nadie la vea. Pero da el caso de que yo sí la vi. Me le aviento y comienzo a cachetearla.¿ Hija de puta Lourdes porque me estás robando?. Ella me dice que son figuraciones mías. Y no cedo y le doy. Luego le meto la mano a su pantalón y saco el dinero que me robo y también un extra. Ella grita, patalea y llora. Diciéndome que necesitaba el dinero.
¿ Sí lo necesitabas porqué no me lo pediste?
Es que ví que estabas ocupado con José Alfredo. ¡ Chinga tu madre qué ¡ .
Salgo furioso …
Me dirjo a la gasolinera. Un señor con uniforme verde y con logotipos me dice que tome la manguera. Me bajo del carro. La manguera mide como ochenta metros.
Subo por una escalera metálica. En el trayecto se me acerca un señor. Me dice que debo de llevar la manguera y cargar el depósito que se encuentra en la parte alta de ese edificio. Si eso me dijo el hombre de allá abajo.
Subimos, yo sigo jalando la manguera.
En la parte alta hay otros dos. Estos están robando. Tiene otra tripa y extraen la gasolina que se deposita en un camión.
El hombre que se me acercó les grita que ya los descubrió. Y sube por ellos.
Cuando está a punto de llegar el hombre resbala y cae al precipicio. Yo no pude hacer nada por él.
Ahora me encuentro en la parte alta del edificio. Veo que no se ha limpiado en años. Por todas partes hay basura. Video cassetes, libros, chacharas mil , arañas gueras, patonas, peludas.
Escucho una voz que me dice que tenga cuidado con las arañas. Que todas son venenosas.
Las arañas se suben por mi pantalón pero no les tengo miedo..
Me siento cansado y debo de arreglar este piso. Como lo hice de mala gana el piso me quedó chueco. Además yo no soy colocador de pisos ni nada que se le parezca.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec, spe, nec metu
8 de abril de 2014
Estados Unidos Mexicanos.
Es una casa de pueblo.
Debo prepárame para recibir visitas.
En tanto realizo labores domésticas tengo una televisión encendida.
Es una tele Admiral en blanco y negro.
Están trasmitiéndo el programa Noches Tapatías.
Aparece a cuadro José Alfredo Jiménez que entona el corrido del perro negro.
Tocan a la puertas y los demás perros ladran.
Me dirijo presto. En el quicio hay cuatro personas. Tres mujeres con capas azul marino y zapatos chatos. Les acompaña José.
Cabe decir que en las paredes de esta casa hay infinidad de cuadros del compositor guanajuatense.
José Alfredo me saluda y mira la televisión y mira los cuadros. Todo al mismo tiempo. Pone una cara gustosa pero a mí no me dice nada.
Dejo momentáneamente a las visitas de lado y acudo a la recámara en dónde me dormía en los años 70.
Entro súbitamente y descubro a Lourdes revisando mis pantalones. La hija de puta está robándome. Veo con la nitidez de este sueño que sustrae trescientos cincuenta pesos, se los mete a su pantalón sin que nadie la vea. Pero da el caso de que yo sí la vi. Me le aviento y comienzo a cachetearla.¿ Hija de puta Lourdes porque me estás robando?. Ella me dice que son figuraciones mías. Y no cedo y le doy. Luego le meto la mano a su pantalón y saco el dinero que me robo y también un extra. Ella grita, patalea y llora. Diciéndome que necesitaba el dinero.
¿ Sí lo necesitabas porqué no me lo pediste?
Es que ví que estabas ocupado con José Alfredo. ¡ Chinga tu madre qué ¡ .
Salgo furioso …
Me dirjo a la gasolinera. Un señor con uniforme verde y con logotipos me dice que tome la manguera. Me bajo del carro. La manguera mide como ochenta metros.
Subo por una escalera metálica. En el trayecto se me acerca un señor. Me dice que debo de llevar la manguera y cargar el depósito que se encuentra en la parte alta de ese edificio. Si eso me dijo el hombre de allá abajo.
Subimos, yo sigo jalando la manguera.
En la parte alta hay otros dos. Estos están robando. Tiene otra tripa y extraen la gasolina que se deposita en un camión.
El hombre que se me acercó les grita que ya los descubrió. Y sube por ellos.
Cuando está a punto de llegar el hombre resbala y cae al precipicio. Yo no pude hacer nada por él.
Ahora me encuentro en la parte alta del edificio. Veo que no se ha limpiado en años. Por todas partes hay basura. Video cassetes, libros, chacharas mil , arañas gueras, patonas, peludas.
Escucho una voz que me dice que tenga cuidado con las arañas. Que todas son venenosas.
Las arañas se suben por mi pantalón pero no les tengo miedo..
Me siento cansado y debo de arreglar este piso. Como lo hice de mala gana el piso me quedó chueco. Además yo no soy colocador de pisos ni nada que se le parezca.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec, spe, nec metu
8 de abril de 2014
Estados Unidos Mexicanos.
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