Agravio y realidad
Agravio y realidad
Esto no es la historia de cuando duermo ahora me voy a referir al agravio
que uno recibe. Te llega de distintas maneras puede venir como un golpe de
marro una puñalada acompañada de su dosis de traición o unas palabras.
Observo la realidad de este enero por la madrugada pasa veloz un gato negro
y blanco me detengo a comprar un bolillo el hombre de los tamales abre una
bolsa me cobra dos pesos.
Después camino veo a los señores que lavan los carros, arrojan agua jabonosa y los tallan con las manos enjutas
por el frío de las madrugada. El frío está recio.
Otro con su escoba barre la calle me habla
de nuevo del frío le digo que sí pero no le hablo mucho.
Más tarde recibo un mensaje respondo y le doy ánimos.
Ayer le colocaron un esparadrapo a la canción pero a mí no.
No digo que no me importe o que me quiera hacer el fuerte pero la realidad
es otra. A pesar del golpe debo seguir incluso con la gripa que traigo leo las
notas de la mañana miro algunos rostros parecen felices son sus máscaras.
Reviso mi correo hay uno curioso: Me dice que sí quiero personalizar mi
almohada. Es decir ponerle un bordado con la leyenda que quiera. Eso no es
nuevo recuerdo que esto le hacían a las almohadas y almohadones las mujeres
rancheras. Borro el mensaje, veo la foto de Lizbeth Carolina me quedo pensativo
se me antoja el cigarro que fuma..
Vuelvo a la calle no es un sueño acudo al banco. En el trayecto converso
con un incómodo porque de inmediato te
responde con una contrariedad. Solo por
hablar le comenté del problema de Michoacán, como del Doctor Mireles, de esa
fotografía donde aparece un señor asesinado por un soldado.
De inmediato responde que que sí le voy a hacer la mañana con noticias
desagradables. El caso es que yo no puedo encubrir la realidad y decir que hoy
Michoacán tendrá un día soleado com o dijera Zabludovski el día de la matanza
de Tlatelolco.
Vamos al banco, el banco está inútil, acudimos a otro. Adelante camina un
individuo sucio, dá pasos inseguros, mueve sus manos arbitrariamente le miro.
Es un indigente extraviado de la mente.
Llegamos a otro banco entra una señora viene con su hija y un menor un niño
que apenas comienza a andar. La mujer sale desalentada y dice: Está en ceros.
El cabrón no me depositó. Esto es una muestra de como se encuentra todo la
mujer está desesperada se le nota en su mirada.
Regreso, me preparo un café, el frío cala de más..
Vuelvo a salir. A diez metros viene un hombre joven su aspecto es el de un
drogadicto una especie de indigente y ladrón tiene su rostro. Me mira y me saluda no estoy cierto pero parece ser
que le caigo bien a estos hijos de puta. Porque de unos días para acá ya van
varios que me saludan.
Ahora voy en un trasporte que cruza la ciudad es inusual ver tantos
carros de policías federales y soldadados
Vengo pensando en las palabras de la Secretaría de Salud dijo que los
problemas mentales de los mexicanos van al alza y como no. En cada individuo
hay un probable loco. Para no ir más lejos hace rato en el noticiero de Mario
Campos salió la nota de un caca grande de Hacienda decir atropelladamente y con
una mirada de pirado decir que van a fiscalizar los depósitos que tengan los
mexicanos en el exterior. Seguramente sí.
Poco antes de treparme en este
camión vi al señor de la foto que puse arriba. Es la imagen de un hombre en la
derrota un hombre agotado que ha ido de la derrota al infortunio
Supongo.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Méxicanos.
16 de enero de 2014.
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