OPERA

OPERA.





Dos mujeres ancianas que son originarias de un lugar llamado Leipzing me miran. Quiza intentan descubrir que también soy de por esos lares. Una de ella debe de andar por los setenta años está privada de sus facultades. Su hermana me lo dice con los ojos y los signos de su cara.
Perdió la razón de manera temprana. Primero se le comenzaron a olvidar las cosas, posteriormente, los recuerdos la abandonaron. Ella se llama Ana Bieber.


Ana tiene los cabellos desordenados, nunca usa el cepillo. Se acerca al cuarto de baño y no sabe para qué sirve este trebejo.

Por una extraña razón Ana no ha podido sacar de su cabeza la música. Me da una clase de ópera. Abre su boca y emite sonidos poderosos que raspan mis oídos. Resulta grandioso, espectacular escuchar a Wagner en El ocaso de los dioses, Parsifal en la voz de una loca de remate. Cuando termina me vuelve a mirar como diciendo que te parece guapo. Es tan poderosa su voz que te atrapa, y te convence. Cuantos seres que se dicen óptimos en sus pensamiento quisieran llegar a poseer las cualidades de Ana.

Original de Alfredo Arrieta .
Para el pueblodetierra.
23 de junio de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.

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