GORDAS DE CARICATURA Y CALLES DE CIUDAD
GORDAS DE CARICATURA Y CALLES DE CIUDAD.
Va circulando en su vehículo negro negro. Dos mujeres gordas con peinados de los años cuarenta, aprovechan un semáforo en rojo para decirle que si las puede llevar al Hotel Palacio. Usted las mira y le dice que esperen un taxi. Soy un hombre privado. Ellas insisten y le dicen que no pueden esperar más debido a que tienen las piernas hinchadas. De una mirada descubre que las cuatro piernas tiene llagas y tiene un color morado o lila.
Decide desviarse de su ruta y llevar a las dos obesas. En el trayecto intentan decirle sobre sus particularidades. Las corta con su mirada. Ellas deciden callar y solamente de limitan a señalárle el camino. Del lado derecho un camión de pasajeros se le cierra de tal manera que le obliga a frenar. De no hacerlo el choque sería inevitable. Mete el pie al pedal y se sube a la banqueta. Los peatones le pegan a la lámina de carro y otros le mientan la madre. Lo bueno de todo es que usted es ruso y sí le dicen Chinga tú madre. No sabe o no comprende el significado de ir a chingar a su madre.
Esto le hace recordar aquella ocasión cuando su primo hermano le llamó desde una ciudad en Baja California. Le dijo que lo esperara en el aeropuerto. Así lo hizo. En el camino por el viaducto se le echó encima un camión que recoge basura. Por poco le arrolla. Lo siguió hasta que salió de la vía rápida. Se bajó del carro, se trepó en el escalón del camionero y le arremetió a golpes con el pobre cabrón. De regreso su primo miraba atónito su carácter de volcán. Le dijo que no era para tanto. Como a usted no le gustan las personas que se pasan de lanza uno dos y tres no tuvo más que conciliar a chingadazos…..
Las gorditas rien como si en verdad se estuvieran divirtiendo. Llegan al Hotel Palacio. Se bajan los tres. Una de las marranas le pide que cuente los bloques del edificio. Usted le hace caso y comienza de arriba para abajo. Al finalizar su contabilidad le dice a la copetona que son cuarenta y dos pisos. Eso sin contar con el estacionamiento.
De inmediato se recuerda en el viaje del sueño de 1985 cuando el gobierno de esta ciudad dijo después de la catástrofe que en el Distrito Federal no se volverían a construir ningún edificio de más de cuatro pisos. Tiempo después cuando las miles de muertos fueron enterrados y todo quedó en el recuerdo, se dieron a la tarea de edificar rascacielos de aquí hasta la chingada. Y desde entonces señor don Amadeo ya ni en la paz de los sepulcros creo…..
Las dos botargas le piden que las espere. Ella suben y en sus manos portan una bolsa que escurre caldo de sopa de fideo.
Suben por el elevador. No sabe que es lo que van a hacer.
Usted se queda esperando como si en verdad le gustara hacer favores a gente desconocida. Se acerca un perro pastor , mueve su cola se echa a sus pies y también espera.
Bajan las gordas. Su caras están risueñas. Arriba en el piso 17 un señor que ellas conocen en cuanto las vió las puso recostadas sobre un escritorio y a las dos se las cogió……
Les dice a las marranas que se va. Deja el carro negro y comienza a caminar. Ahora es usted el que busca un lugar determinado. Lleva entre su manos un papel que dice Banco de Caracas. Le dice a un gendarme que más o menos si se la echa caminando cuanto tiempo será. El gendarme posa sus ojos y le explica que son como 15 minutos a paso rápido. Saca de su bolsillo dos pastillas, esta son para los dolores. Camina y anda, anda y camina. Para no aburrirse comienza a tararear una canción. Al llegar al domicilio mira las letras en oro. Se acerca un hombre con lentes oscuros. Mete la mano a una bolsa plástica, saca una naranja y comienza a pelarla. Luego extrae un gajo, le insiste en que se lo coma.
Se aparece nuevamente el perro y las dos bombonas. Ahora van vestidas de tonos rosas. Una de ellas la que se llama Petuska le entrega una cajita con condones éxtasisis. Le pide que lea las indicaciones. Usted así lo hace. Se sienta en la banqueta. Abre el paquetito y comienza a leer las instrucciones de uso.
Para colocárselo se frota el pene. Espera que se eleve. Se pone el gorro. Luego llega la otra gorda, la de las patas moradas o lilas y se sienta varias veces sobre de usted. Los conductores le miran y hacen caras de risa, otros de estupor. No puede ser dice otro. Son las doce del día y en pleno periférico de Caracas este hombre teniendo sexo con las dos marranas del congal…..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
30 de junio de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
Va circulando en su vehículo negro negro. Dos mujeres gordas con peinados de los años cuarenta, aprovechan un semáforo en rojo para decirle que si las puede llevar al Hotel Palacio. Usted las mira y le dice que esperen un taxi. Soy un hombre privado. Ellas insisten y le dicen que no pueden esperar más debido a que tienen las piernas hinchadas. De una mirada descubre que las cuatro piernas tiene llagas y tiene un color morado o lila.
Decide desviarse de su ruta y llevar a las dos obesas. En el trayecto intentan decirle sobre sus particularidades. Las corta con su mirada. Ellas deciden callar y solamente de limitan a señalárle el camino. Del lado derecho un camión de pasajeros se le cierra de tal manera que le obliga a frenar. De no hacerlo el choque sería inevitable. Mete el pie al pedal y se sube a la banqueta. Los peatones le pegan a la lámina de carro y otros le mientan la madre. Lo bueno de todo es que usted es ruso y sí le dicen Chinga tú madre. No sabe o no comprende el significado de ir a chingar a su madre.
Esto le hace recordar aquella ocasión cuando su primo hermano le llamó desde una ciudad en Baja California. Le dijo que lo esperara en el aeropuerto. Así lo hizo. En el camino por el viaducto se le echó encima un camión que recoge basura. Por poco le arrolla. Lo siguió hasta que salió de la vía rápida. Se bajó del carro, se trepó en el escalón del camionero y le arremetió a golpes con el pobre cabrón. De regreso su primo miraba atónito su carácter de volcán. Le dijo que no era para tanto. Como a usted no le gustan las personas que se pasan de lanza uno dos y tres no tuvo más que conciliar a chingadazos…..
Las gorditas rien como si en verdad se estuvieran divirtiendo. Llegan al Hotel Palacio. Se bajan los tres. Una de las marranas le pide que cuente los bloques del edificio. Usted le hace caso y comienza de arriba para abajo. Al finalizar su contabilidad le dice a la copetona que son cuarenta y dos pisos. Eso sin contar con el estacionamiento.
De inmediato se recuerda en el viaje del sueño de 1985 cuando el gobierno de esta ciudad dijo después de la catástrofe que en el Distrito Federal no se volverían a construir ningún edificio de más de cuatro pisos. Tiempo después cuando las miles de muertos fueron enterrados y todo quedó en el recuerdo, se dieron a la tarea de edificar rascacielos de aquí hasta la chingada. Y desde entonces señor don Amadeo ya ni en la paz de los sepulcros creo…..
Las dos botargas le piden que las espere. Ella suben y en sus manos portan una bolsa que escurre caldo de sopa de fideo.
Suben por el elevador. No sabe que es lo que van a hacer.
Usted se queda esperando como si en verdad le gustara hacer favores a gente desconocida. Se acerca un perro pastor , mueve su cola se echa a sus pies y también espera.
Bajan las gordas. Su caras están risueñas. Arriba en el piso 17 un señor que ellas conocen en cuanto las vió las puso recostadas sobre un escritorio y a las dos se las cogió……
Les dice a las marranas que se va. Deja el carro negro y comienza a caminar. Ahora es usted el que busca un lugar determinado. Lleva entre su manos un papel que dice Banco de Caracas. Le dice a un gendarme que más o menos si se la echa caminando cuanto tiempo será. El gendarme posa sus ojos y le explica que son como 15 minutos a paso rápido. Saca de su bolsillo dos pastillas, esta son para los dolores. Camina y anda, anda y camina. Para no aburrirse comienza a tararear una canción. Al llegar al domicilio mira las letras en oro. Se acerca un hombre con lentes oscuros. Mete la mano a una bolsa plástica, saca una naranja y comienza a pelarla. Luego extrae un gajo, le insiste en que se lo coma.
Se aparece nuevamente el perro y las dos bombonas. Ahora van vestidas de tonos rosas. Una de ellas la que se llama Petuska le entrega una cajita con condones éxtasisis. Le pide que lea las indicaciones. Usted así lo hace. Se sienta en la banqueta. Abre el paquetito y comienza a leer las instrucciones de uso.
Para colocárselo se frota el pene. Espera que se eleve. Se pone el gorro. Luego llega la otra gorda, la de las patas moradas o lilas y se sienta varias veces sobre de usted. Los conductores le miran y hacen caras de risa, otros de estupor. No puede ser dice otro. Son las doce del día y en pleno periférico de Caracas este hombre teniendo sexo con las dos marranas del congal…..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
30 de junio de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
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