TOROS, PERROS, CHANGOS Y MIERDA.
TOROS, PERROS, CHANGOS Y MIERDA.
Aún no dan las siete de la tarde y sin saber porqué me encuentro en un pueblo que no alcanza todavía el rango de ciudad. Según mis observaciones debo estar al norte Zacatecas en un país llamado México.
Mi calidad de mirón se pierde y debo de comenzar a correr a no ser que quiera ser picado o pinchado como las mariposas en un panel.
Lo cierto que no es San Fermín pero el caso es que viene tras de mí un grupo nutrido de miuras. Estos solo me sigen a mí porque parece ser que soy el único y único pendejo que se atrevió a salir o a pasar por ese sitio en la hora menos indicada.
Me repego a la pareded paralizado de miedo, los toros negros pasan, incluso se pueden sentir su fuerza y sobre todo su coraje que intentarán sacar a costa de quien sea. Para fortuna mía encuentro un resquicio y me acurruco. Pasa la manada en su carrera loca . Uno de ellos me descubre, da un giro y tuerce a la derecha. Intento acelerar la prisa y me encuentro con una alberca que se situa enfrente de una iglesia. De clavado me arrojo, el toro necio sigue tras de mí. Sin embargo el pánico hace que entre y salga lo más rápido que pueda. El toro por su tonelaje intenta salir del agua pero no lo logra. Se queda en el estanque mientras arroja por sus orificios nasales humos de ira.
De nueva cuenta en la calle, empapado, nuevamente los toros me persiguen. Sin embargo encuentro la salvación porque por una de las esquinas que dicen Fresnillo se aparece Antonio Aguilar acompañando a dos muchachas que las toma por el talle , levantan sus brazos y toman tequila. Atrás de estos va un grupo de mariachis que también los hay en Zacatecas. Estos entonan una música de un tal Jose Alfredo. El señor Aguilar, dice que el día en que se muera todos tendrán que llorar. Luego se escucha un coro que afirma lo mismo. Yo me repego a los músicos y hago como que toco una trompeta. Los toros parece ser no están interesados en los filarmónicos de ninguna manera.
luego de este sueño atroz me encuentro subiendo un puente que se ubica en una zona que le dicen el periférico sur. Al deambular por la parte alta del mismo me encuentro con Hilda Garza, ella va acompañada de otra muchacha. Me incorporo a su platica y al bajar sale a nuestro encuentro un perro con cara de hijo de puta que se acerca a la flaca y le tira una tarascada que se pierde en el aire.
Intentamos pasar por un charco en donde hay otro perro pelón que los mexicanos le llaman escuincle o Xoloescuintle.
El perrito a pesar de su talla le hace frente al rapaz y lo obliga a retroceder hasta que nosotros nos vamos...
Son como las tres de la mañana . Eso lo sé a ciencia cierta porque me acabo de levantar para echarme una meada. Con los fríos de noviembre se congela todo y hacen que uno sienta la necesidad de ir a desaguar.
Pasan unos momentos y vuelo a la noche del sueño:
Voy o intento ir por un lugar que primero pienso que es un pedregal. Sin embargo las piedras de acerina que supuse son en realidad las cabezas múltiples de focas.
Ellas se lavantan al notar que las voy pisando. Intento disculparme pero sé que las focas no me van a entender ni madre. Salgo del sitio y voy a parar a una especie de pozo para los osos polares. Primero hicieron un enorme hoyo, luego lo forraron con cemento, después en medio le hicieron una isla, le pintaron e hicieron iglues de cemento. Es decir un polo sur chatarra, sin polo sur.
Me acompañan unos changos jovenes, le pido que se se pongan en posicíon fetal. Ellos chillan sin comprender. No sean bueyes les digo. Háganse bolita para asi poder arrojarlos al agua de este pozo. Solo uno de ellos entiende y así lo hace. Con una patadita como si fuera un balón lo arrojo al agua. El chango disfruta y se ríe. Sí señor. Si no lo sabía los changos también se ríen.
Por último al intentar lavarme los dientes en el sueño por supuesto no me percató que del grifo del agua no sale agua sino grandes trozos de un embutido de mierda.
Desgraciadamente tengo la mala maña de no sacar la pasta como todos lo hacen, sino que agarró siempre con los dedos y me froto los dientes.
Me percato del asqueroso olor. Al descubrir que en lugar de tenerlos blancos ahora están cafes y pegajosos. No puede ser ; pinche gobierno de mierda. Ahora sí me dan la razón.....
Al despertar de mis andanzas dice un periodista que en una calle llamada Artículo 123 en la ciudad de México pasaron la noche a muy bajas temperaturas un grupo de más de 33 indigentes. Para no pasar frío colocaron una imagen de la patrona de México, incluso hasta tiene una veladora y alguna flor.
Acudiré a su despertar si es que despiertan y les diré que no se preocupen más en México nos ofrecen resignación y otros nos ofrecen esperanza. La suerte está echada.....
Original de Alfredo Arrieta
Para elpuebldoetierra.
Nec spe, nec metu
08 de noviembre de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.
Aún no dan las siete de la tarde y sin saber porqué me encuentro en un pueblo que no alcanza todavía el rango de ciudad. Según mis observaciones debo estar al norte Zacatecas en un país llamado México.
Mi calidad de mirón se pierde y debo de comenzar a correr a no ser que quiera ser picado o pinchado como las mariposas en un panel.
Lo cierto que no es San Fermín pero el caso es que viene tras de mí un grupo nutrido de miuras. Estos solo me sigen a mí porque parece ser que soy el único y único pendejo que se atrevió a salir o a pasar por ese sitio en la hora menos indicada.
Me repego a la pareded paralizado de miedo, los toros negros pasan, incluso se pueden sentir su fuerza y sobre todo su coraje que intentarán sacar a costa de quien sea. Para fortuna mía encuentro un resquicio y me acurruco. Pasa la manada en su carrera loca . Uno de ellos me descubre, da un giro y tuerce a la derecha. Intento acelerar la prisa y me encuentro con una alberca que se situa enfrente de una iglesia. De clavado me arrojo, el toro necio sigue tras de mí. Sin embargo el pánico hace que entre y salga lo más rápido que pueda. El toro por su tonelaje intenta salir del agua pero no lo logra. Se queda en el estanque mientras arroja por sus orificios nasales humos de ira.
De nueva cuenta en la calle, empapado, nuevamente los toros me persiguen. Sin embargo encuentro la salvación porque por una de las esquinas que dicen Fresnillo se aparece Antonio Aguilar acompañando a dos muchachas que las toma por el talle , levantan sus brazos y toman tequila. Atrás de estos va un grupo de mariachis que también los hay en Zacatecas. Estos entonan una música de un tal Jose Alfredo. El señor Aguilar, dice que el día en que se muera todos tendrán que llorar. Luego se escucha un coro que afirma lo mismo. Yo me repego a los músicos y hago como que toco una trompeta. Los toros parece ser no están interesados en los filarmónicos de ninguna manera.
luego de este sueño atroz me encuentro subiendo un puente que se ubica en una zona que le dicen el periférico sur. Al deambular por la parte alta del mismo me encuentro con Hilda Garza, ella va acompañada de otra muchacha. Me incorporo a su platica y al bajar sale a nuestro encuentro un perro con cara de hijo de puta que se acerca a la flaca y le tira una tarascada que se pierde en el aire.
Intentamos pasar por un charco en donde hay otro perro pelón que los mexicanos le llaman escuincle o Xoloescuintle.
El perrito a pesar de su talla le hace frente al rapaz y lo obliga a retroceder hasta que nosotros nos vamos...
Son como las tres de la mañana . Eso lo sé a ciencia cierta porque me acabo de levantar para echarme una meada. Con los fríos de noviembre se congela todo y hacen que uno sienta la necesidad de ir a desaguar.
Pasan unos momentos y vuelo a la noche del sueño:
Voy o intento ir por un lugar que primero pienso que es un pedregal. Sin embargo las piedras de acerina que supuse son en realidad las cabezas múltiples de focas.
Ellas se lavantan al notar que las voy pisando. Intento disculparme pero sé que las focas no me van a entender ni madre. Salgo del sitio y voy a parar a una especie de pozo para los osos polares. Primero hicieron un enorme hoyo, luego lo forraron con cemento, después en medio le hicieron una isla, le pintaron e hicieron iglues de cemento. Es decir un polo sur chatarra, sin polo sur.
Me acompañan unos changos jovenes, le pido que se se pongan en posicíon fetal. Ellos chillan sin comprender. No sean bueyes les digo. Háganse bolita para asi poder arrojarlos al agua de este pozo. Solo uno de ellos entiende y así lo hace. Con una patadita como si fuera un balón lo arrojo al agua. El chango disfruta y se ríe. Sí señor. Si no lo sabía los changos también se ríen.
Por último al intentar lavarme los dientes en el sueño por supuesto no me percató que del grifo del agua no sale agua sino grandes trozos de un embutido de mierda.
Desgraciadamente tengo la mala maña de no sacar la pasta como todos lo hacen, sino que agarró siempre con los dedos y me froto los dientes.
Me percato del asqueroso olor. Al descubrir que en lugar de tenerlos blancos ahora están cafes y pegajosos. No puede ser ; pinche gobierno de mierda. Ahora sí me dan la razón.....
Al despertar de mis andanzas dice un periodista que en una calle llamada Artículo 123 en la ciudad de México pasaron la noche a muy bajas temperaturas un grupo de más de 33 indigentes. Para no pasar frío colocaron una imagen de la patrona de México, incluso hasta tiene una veladora y alguna flor.
Acudiré a su despertar si es que despiertan y les diré que no se preocupen más en México nos ofrecen resignación y otros nos ofrecen esperanza. La suerte está echada.....
Original de Alfredo Arrieta
Para elpuebldoetierra.
Nec spe, nec metu
08 de noviembre de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.
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