JAURIA



JAURIA



Aún no se presentaba la tarde cuando una multitud se encontraba reunida en la espera de la aparición de los monarcas. En plena plaza un hombre aprovechando el silencio cívico emite un grito que logra provocar en los ahí reunidos un pavor de enormes proporciones, sus caras se transformaron al miedo y sin esperar más todos se abalanzaron a buscar su salvación.


Este hecho nos habla como las personas en el mundo se encuentran en tal estado de nerviosismo que cualquier acto de inmediato se sobresaltan.


Mientras estos sucede, un niño de 14 años se encuentra tirado en la calle como si de un trapo se tratara en pleno Insurgentes Norte. Un fulano con cara de suficiente lleva en la mano un pastel.

Al mirarlo su única acción es cambiarse de mano el pan.

Y en esta acción casi de instante un gato en algún lugar de Asia se acerca a otro de su especie que se encuentra sin vida. Se le acerca después de olerlo, luego lo lame, después se trepa en su cuerpo frío e intenta con sus patas derechas un masaje con el propósito de que el felino se levante y vuelvan a andar por los callejones y los techos.


Apenas da usted un paso cuando se aparece otro vagabundo. Lleva en sus manos de grasa y mugre dos churros. Uno de ellos es mordido y con esto logra llevar la panza a medio bote.


Se detiene en un puesto de revistas en donde sin saber leer, mira la cara de un soldado que alza la mirada orgulloso de pertenecer al ejército mexicano.

Este hombre no piensa como Muñoz Ledo que dice que México es un estado fallido. Así lo expresa Muñoz luego de vivir años y años de la ubre, de vivir en lo cómodo de Polanco, y las bebidas Petrus.


Para él mientras pueda encontrar un pedazo de pan en un bote o tirado por ahí , su país, aunque sea gris, no tendrá resentimiento y lo verá con flores.

De esta manera llega la noche, sumido en un calor de puta madre que por momentos le provoca un dolor que no sabe si es migraña o el recuerdo de las mierda de Arizona.

Así va cayendo después de que sus ojos se pierden en la obra de arte de Epigmenio en donde una pendejas revolucionarias y putitas se besan , se entrepiernan, y un anuncio que dice censurado les tapa las tetas y los culos.


Ahora se encuentra en una calle pavimentada que lo lleva directo a un bosque en medio de la ciudad. De momento camina solo y después lo sigue Gustavo. Van comentando los hechos del ayer cuando se escuchan los ladridos de muchos perros. Estos van subiendo calle arriba, viene furiosos, sus bocas emiten estos rugidos que abarcan todos los espacios.


Gustavo le dice que deben de bajar por unas escaleras inmediatas. Lo hacen y los perros a su paso comienzan a morder y a despedazar a cuanto se acerque a sus hocicos.
De primera instancia le parecen perros amarillos pero recuerda que estos perros no pueden ser porque ellos se encuentran ahora mismo celebrando sus veinte y pico de años de su fundación política.


Y ahí los ve, perros mostrando sus uñas y sus hocicos, ladrando labia y mentira, buscando la unidad para que al paso de la elección si ganan , depreden mejor la carne del flaco ciudadano.

Logran subir a paso rápido y más adelante se encuentran a un grupo de legisladores del mismo grupo de perros y le dice usted que se están comiendo a los niños. Así que les insta a que hagan algo para evitar más muertes. Los arrogantes, le echan una mirada despectiva y le dicen que sus teléfonos no tienen señal. Y si usted quiere parar la comilona de niños deberá enviar un documento en original y tres copias.

Les dice que no puede esperar y al ver la apatía de esos pendejos, usted monta en cólera y con el garrote que llevaba para protegerse de la jauría de perros de la Revolución Democrática lo toma de las pinches greñas y sin más trámite que el de la fuerza comienza a darle de garrotazos, luego enviará las copias.


Aún enojado por las respuestas de estos animalitos, se marcha con Gustavo. Le dice que debe de empezar a construir un baño.


Es el baño que ocuparán las personas de un hospital. Es un cuarto que se encuentra en obra negra. Mide el espacio con unos hilos, luego hace una mezcla con cemento y cal. Siempre que se vuelve alarife se acuerda del paleta de Madrid.


Pasan las horas y va colocando unos mosaicos de baja calidad de color gris. Hace un corte porque uno de los cuadrados no queda. Luego se levanta para ver de lejos. En esos momentos llegan unos pacientes ancianos que sin preguntar se meten al cuarto en el que usted trabaja. Uno de ellos, de estos pacientes , es una anciana de pelo canoso que va en silla de ruedas. Se mete impunemente con el derecho que le da ser octagenaria. Luego se mete otro y otro. Cuando salen, logra ver que los mosaicos se han hundido, ahora el baño parece barco.


Por ser viejos no los tunde a palos como a los perros amarillo.

Decide comenzar pero para impedir que otros nuevos entren y le estropeen el trabajo, coloca enfrente de la entrada una montaña de cal. Cuando lleva más de la mitad acabado, se aparecen dos mujeres vestidas con ropas nuevas y finas. Le dicen que las deje pasar al baño porque se están meando. Usted hace cara de fastidio y les dice que si se quieren llenar de cal, ensuciarse los zapatos neoyorquinos pues es cosa de ellas.

La morena se parece a Liszbeth. Esta le dice que ella es la dueña de la cal. Luego se sientan en un sillón redondo y le dicen que prenderán ese televisor que un día de 1972 le perteneció a su abuela.


Lo hacen pero el aparato no funciona. Usted les informa que para que prenda deben de tener el bulbo que doña Camerina esconde en su vitrina.

Les pide unos momentos y sale. Llega a Claudio Arciniega, entra y busca el lugar del mueble. Sin llave alguna con un leve empujón la puerta cede saca, el bulbo. Llega de nueva cuenta y las mujeres popis se quedan estupefactas porque nunca habían visto un bulbo.


La televisión es blanco y negro. Aparece un cantante y canta una canción que se hizo popular. La Liszbeth le llama y el jilguero se acerca en sus traje negro. Ella le abraza el cuello y le planta un beso. Para justificarse le dice a usted que Nino Bravo fue su novio de juventud….

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
06 de mayo de 2010.

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