Hombre alto de bigotes me pide lo lleve a un restaurante, historias de teporochos , reunión en restaurante ,robo de auto partes, caldo de pollo, albañiles que arrojan piedras desde lo alto.
Hombre alto de bigotes me pide lo lleve a un restaurante, historias de teporochos , reunión en restaurante ,robo de auto partes, caldo de pollo, albañiles que arrojan piedras desde lo alto.
Voy de bajada por la calle de Molinos. En las esquina veo a un hombre vestido como norteño. Lleva un niño tomado de la mano. Son las seis de la tarde.
El hombre al verme se acerca a la ventanilla y me pide que por favor lo lleve a un restaurante.
Y porque no le dice a un taxi?
Lo que sucede es que no paso ninguno. Pero sí me lleva yo le pago me dice.
Esta bien súbanse.
El hombre saca varios billetes y me los entrega .
Mire güero para que vea que no le quedo mal.
Tomo el dinero y sigo por molinos
Se atraviesa un buey el buey jala una carreta, es como un buey africano, con grandes cuernos. Es un buey.
Llegamos al restaurante.
El hombre baja y se mete .
Afuera hay varios teporochos.
Uno de ellos les dice a los ebrios constantes que yo me sé muchas historias de la revolución.
Huuu, pus que nos cuente una.
Sí se las cuento pero nomás déjenme entregar estos lentes a un señor que se le olvidaron
Entro al restaurante con los lentes. Busco al señor. Le descubro. Este se levanta de su silla, se acerca,le digo que al bajarse olvidó sus lentes.
El hombre los toma, los lentes se le caen y se le rompen, vemos los dos como los cristales se hacen añicos.
El hombre me mira como diciendo y ahora qué hacemos?
Nada, los lentes ya se rompieron.
Al salir veo a Hugo. Este se encuentra acompañado de varias personas. Hugo me descubre. Me descubre y me llama.Están tomándo cerveza.
Le digo que dejé el carro afuera.
Salgo.
El carro está abierto con el vidrio roto. Se robaron el radio, las bocinas y hasta un aditamento que lleva el volante.
Decido que me lo llevare así.
En eso siento el cañon de una pistola.
Volteo despacio. Es un joven que me pone este fierro en el cuello.
Y ora qué?
Nos vamos a llevar el coche completo.
Sí está bien. Ya vi que te lo estabas llevando en partes.
Me bajo.
Afuera hay uno de barba negra. También va armado.
Se suben y desaparecen con el auto.
Regresos con los borrachos.
Les hablo de un pasaje de la revolución. Los teporochos escuchan interesados.
Olvido algunos nombres, de algunos generales, pero los corrijo.
Sigo con el relato.
Este es un patio que no tiene cemento.
Todo es de tierra. La tierra está húmeda.
Hay una fogata.
Encima de esta un bote de aluminio. Voy a preparar un caldo para muchas personas.
Con una cuchara le voy dando vueltas.
Un hombre calvo se acerca y me dice que le quite al caldo todos esos ojos de pollo.
Y sí, en efecto el caldo tiene ojos de pollo.
Con la misma cuchara los voy sacándo, parece que los ojos están vivos pero no. Los ojos están muertos.
Los arrojo al suelo, llegan los perro y se los enguyen.
Desde lo alto de una construcción unos dos o tres albañiles arrojan piedras de tres kilos a los que estamos preparando el caldo.
Los miro, después les grito. Les pido que dejen de arrojan piedras. Van a matar a alguien.
Los albañiles hacen caso omiso de mis advertencias y continúan arrojando piedras.
Uno de ellos en amenaza abierta me muestra un arma. Luego hace varios disparos al aire..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de Junio de 2015.
Estados Unidos mexicanos.
Voy de bajada por la calle de Molinos. En las esquina veo a un hombre vestido como norteño. Lleva un niño tomado de la mano. Son las seis de la tarde.
El hombre al verme se acerca a la ventanilla y me pide que por favor lo lleve a un restaurante.
Y porque no le dice a un taxi?
Lo que sucede es que no paso ninguno. Pero sí me lleva yo le pago me dice.
Esta bien súbanse.
El hombre saca varios billetes y me los entrega .
Mire güero para que vea que no le quedo mal.
Tomo el dinero y sigo por molinos
Se atraviesa un buey el buey jala una carreta, es como un buey africano, con grandes cuernos. Es un buey.
Llegamos al restaurante.
El hombre baja y se mete .
Afuera hay varios teporochos.
Uno de ellos les dice a los ebrios constantes que yo me sé muchas historias de la revolución.
Huuu, pus que nos cuente una.
Sí se las cuento pero nomás déjenme entregar estos lentes a un señor que se le olvidaron
Entro al restaurante con los lentes. Busco al señor. Le descubro. Este se levanta de su silla, se acerca,le digo que al bajarse olvidó sus lentes.
El hombre los toma, los lentes se le caen y se le rompen, vemos los dos como los cristales se hacen añicos.
El hombre me mira como diciendo y ahora qué hacemos?
Nada, los lentes ya se rompieron.
Al salir veo a Hugo. Este se encuentra acompañado de varias personas. Hugo me descubre. Me descubre y me llama.Están tomándo cerveza.
Le digo que dejé el carro afuera.
Salgo.
El carro está abierto con el vidrio roto. Se robaron el radio, las bocinas y hasta un aditamento que lleva el volante.
Decido que me lo llevare así.
En eso siento el cañon de una pistola.
Volteo despacio. Es un joven que me pone este fierro en el cuello.
Y ora qué?
Nos vamos a llevar el coche completo.
Sí está bien. Ya vi que te lo estabas llevando en partes.
Me bajo.
Afuera hay uno de barba negra. También va armado.
Se suben y desaparecen con el auto.
Regresos con los borrachos.
Les hablo de un pasaje de la revolución. Los teporochos escuchan interesados.
Olvido algunos nombres, de algunos generales, pero los corrijo.
Sigo con el relato.
Este es un patio que no tiene cemento.
Todo es de tierra. La tierra está húmeda.
Hay una fogata.
Encima de esta un bote de aluminio. Voy a preparar un caldo para muchas personas.
Con una cuchara le voy dando vueltas.
Un hombre calvo se acerca y me dice que le quite al caldo todos esos ojos de pollo.
Y sí, en efecto el caldo tiene ojos de pollo.
Con la misma cuchara los voy sacándo, parece que los ojos están vivos pero no. Los ojos están muertos.
Los arrojo al suelo, llegan los perro y se los enguyen.
Desde lo alto de una construcción unos dos o tres albañiles arrojan piedras de tres kilos a los que estamos preparando el caldo.
Los miro, después les grito. Les pido que dejen de arrojan piedras. Van a matar a alguien.
Los albañiles hacen caso omiso de mis advertencias y continúan arrojando piedras.
Uno de ellos en amenaza abierta me muestra un arma. Luego hace varios disparos al aire..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de Junio de 2015.
Estados Unidos mexicanos.
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