Pirámide dentro de un restaurante, hombres en bata, Lizbeth Carolina, mujer que quiere escuchar un LP, charchina con Porfirio.
Pirámide dentro de un restaurante, hombres en bata, Lizbeth Carolina, mujer que quiere escuchar un LP, charchina con Porfirio.
Son las cuatro de la tarde. Entro a un restaurante de los modernos. En el área principal hay una pirámide. Calculo la distancia que me queda y subo apresuradamente los escalones.
Estando en la mitad de esta comienzo a dar vueltas y vueltas. Pienso que debo de contarlas pero no lo hago. Comienzo a sudar. Veinte minutos después bajo..
Me dirijo a una mesa . En la mesa Lizbeth Carolina revisa unos papeles y unas fotografías.
Lizbeth viste una blusa blanca con rayas negras, falda del mismo tono y zapatos de charol color vino.Le digo que ya dí de vueltas en la parte de arriba, Lizbeth no despega la vista de lo que hace y señalando con su lápiz me dice que la salida es por allá. Le hago caso y salgo.
En la calle hay un grupo de personas de los llamados Hare Krishna . Ellos cantan. Me detengo para escucharles. Cantan y tocan tambores. Uno de estos pelones me muestra su mano. Quiere que le dé alguna moneda. Estoy de buenas . Saco una moneda de plata, se la entrego, le digo que la moneda tiene dos águilas. El calvo la mira y me dice que no la podrá cambiar nunca. Para eso te la dí no para que la gaste sino para que la conserves.
Veo una puerta. La puerta está desvencijada, no tiene cerradura. Entro.
En una contra esquina descansa una silla forrada con una especie de palma. Me siento a esperar, la palma todavía despide su olor.
Entra por la misma puerta una mujer de trenzas. Sin hablar me entrega un disco LP. Le pregunto que es lo que quiere?. Ella me dice que quiere escucharlo. Por la cocina se asoma Lizbeth, me pregunta interesada ; que es lo que desea esta mujer?.
Dice que quiere oír el disco.
Pués pónselo.
Abro la vetarra consola , coloco el disco. El disco comienza su reproducción. Miro la portada. En esta está Ignacio López Tarso . Ignacio viste como Macario. Le digo a la trenzuda que le dieron el disco equivocado. Quién habla y canta no es López.
Ah no ?
No es Ata.
La trenzuda no sabe quién fue Ata.
Se vuelve a asomar Lizbeth . me pregunta por la mujer.
Le digo que ya se fue.
Y la conoces?.
Sí le respondo.
Quién es?
Una que entró con el propósito de escuchar un disco.
Lizbeth me dice; por allá está la salida.
La de la puerta desvencijada?.
Sí vete Alfredo que se te hace tarde..
Salgo…
Estoy en una calle. Es una calle de tierra. Parece que es la capital . Pero es una capital que ya no esta.
Se acerca una charchina. Es un Ford del año de la canica.
El carro se detiene justo enfrente de mí. El conductor sin retirar las manos del volante me pide que suba. Le hago caso.
Abro la puerta y me siento del lado izquierdo. En medio va Don Porfirio Díaz. Porfirio viste muy elegante y con sombrero alto. Hasta el fondo va Lizbeth. La veo , le pregunto que hace aquí. Ella me responde que se va con Porfirio. Porfirio me mira y me dice que así es en efecto al mismo tiempo que se frota sus blancos bigotes.
Me entra la ira. Porfirio le da unos golpecitos con su guante al chofer y le dice: El joven se baja aquí. El carro de detiene. No me dá tiempo de decirles nada. Me bajo, el propio Porfirio cierra la puerta , el carro se va. Me quedo de pie. Se asoma Lizbeth y me arroja una moneda de plata.
Me dice que no me la puedo gastar, es para que la guardes y la conserves..
El carro deja una polvareda….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
23 de julio de 2014.
Estados Unidos Mexicanos..
Son las cuatro de la tarde. Entro a un restaurante de los modernos. En el área principal hay una pirámide. Calculo la distancia que me queda y subo apresuradamente los escalones.
Estando en la mitad de esta comienzo a dar vueltas y vueltas. Pienso que debo de contarlas pero no lo hago. Comienzo a sudar. Veinte minutos después bajo..
Me dirijo a una mesa . En la mesa Lizbeth Carolina revisa unos papeles y unas fotografías.
Lizbeth viste una blusa blanca con rayas negras, falda del mismo tono y zapatos de charol color vino.Le digo que ya dí de vueltas en la parte de arriba, Lizbeth no despega la vista de lo que hace y señalando con su lápiz me dice que la salida es por allá. Le hago caso y salgo.
En la calle hay un grupo de personas de los llamados Hare Krishna . Ellos cantan. Me detengo para escucharles. Cantan y tocan tambores. Uno de estos pelones me muestra su mano. Quiere que le dé alguna moneda. Estoy de buenas . Saco una moneda de plata, se la entrego, le digo que la moneda tiene dos águilas. El calvo la mira y me dice que no la podrá cambiar nunca. Para eso te la dí no para que la gaste sino para que la conserves.
Veo una puerta. La puerta está desvencijada, no tiene cerradura. Entro.
En una contra esquina descansa una silla forrada con una especie de palma. Me siento a esperar, la palma todavía despide su olor.
Entra por la misma puerta una mujer de trenzas. Sin hablar me entrega un disco LP. Le pregunto que es lo que quiere?. Ella me dice que quiere escucharlo. Por la cocina se asoma Lizbeth, me pregunta interesada ; que es lo que desea esta mujer?.
Dice que quiere oír el disco.
Pués pónselo.
Abro la vetarra consola , coloco el disco. El disco comienza su reproducción. Miro la portada. En esta está Ignacio López Tarso . Ignacio viste como Macario. Le digo a la trenzuda que le dieron el disco equivocado. Quién habla y canta no es López.
Ah no ?
No es Ata.
La trenzuda no sabe quién fue Ata.
Se vuelve a asomar Lizbeth . me pregunta por la mujer.
Le digo que ya se fue.
Y la conoces?.
Sí le respondo.
Quién es?
Una que entró con el propósito de escuchar un disco.
Lizbeth me dice; por allá está la salida.
La de la puerta desvencijada?.
Sí vete Alfredo que se te hace tarde..
Salgo…
Estoy en una calle. Es una calle de tierra. Parece que es la capital . Pero es una capital que ya no esta.
Se acerca una charchina. Es un Ford del año de la canica.
El carro se detiene justo enfrente de mí. El conductor sin retirar las manos del volante me pide que suba. Le hago caso.
Abro la puerta y me siento del lado izquierdo. En medio va Don Porfirio Díaz. Porfirio viste muy elegante y con sombrero alto. Hasta el fondo va Lizbeth. La veo , le pregunto que hace aquí. Ella me responde que se va con Porfirio. Porfirio me mira y me dice que así es en efecto al mismo tiempo que se frota sus blancos bigotes.
Me entra la ira. Porfirio le da unos golpecitos con su guante al chofer y le dice: El joven se baja aquí. El carro de detiene. No me dá tiempo de decirles nada. Me bajo, el propio Porfirio cierra la puerta , el carro se va. Me quedo de pie. Se asoma Lizbeth y me arroja una moneda de plata.
Me dice que no me la puedo gastar, es para que la guardes y la conserves..
El carro deja una polvareda….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
23 de julio de 2014.
Estados Unidos Mexicanos..
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