Denunciad al ladrón, traje azul, animal parecido al puerco pero con dos bocas.
Denunciad al ladrón, traje azul, animal parecido al puerco pero con dos bocas.
Primeramente debo decirte que estoy en la casa de mi abuela. No me preguntes en que año me encuentro porque no lo sé. El caso es que toda la casa está a oscuras menos el comedor. Un foco de los antiguos alumbra de amarillo el medio ambiente . La puerta de dos aguas está entre abierta. Entro y de inmediato escucho una voz que me dice que debo de denunciar al ladrón. Es una voz grave. Busco sus procedencia pero no la encuentro. Es una voz estereofónica que me repite lo mismo; detened al ladrón.
Penetro al comedor. Un brazo fuerte como tenaza me atrapa por el gañote. Ahora me grita.. Sí lo mismo. Entre que me ahogo y no le alcanzo a decir que en México no hay ladrones que todos son la mar de honrados y sí cabe de decentes.
Eso no es verdad me dice el brazo y me empuja comedor afuera. Me lleva al cuarto en dónde me dormía de chico. Hay varias camas individuales. En ella puedo ver acostados a todos mis hermanos carnales. Incluso yo me puedo ver. ¡Si aquí estoy mira ¡.
De ellos no puedo hablar pero en el caso mío yo no he robado.
A no?
No. Y el anillo de oro?
Bueno ese fue un caso de cuando era niño ese no cuenta..
La voz cesa. Me siento sobre la cama. Me veo dormido..
Es verdad Alfredo sí me robé ese anillo de oro pero eran los tiempos en que todavía no adquiría ningún valor ni conciencia alguna.
Salgo a la calle. Enfrente de mí hay un volks Wagen estacionado. El techo de este carro tiene mucha hojarasca.
Al hacer el intento por subirme sale de otra casa un animal que parece puerco pero que no es puerco. Este raro especímen tiene dos bocas. Las dos bocas están dentadas con mucho filo. Una boca la tiene delante y la otra boca la tiene por detrás.
El animal quiere morderme pero al hacerlo se enreda con un lazo, gira dá vueltas y se enreda junto con un gato. Los dos animales quieren quitarse el lazo pero no lo pueden hacer. Se abre una puerta sale Angélica, me pregunta que porque no los desato.
Y comó? Ese que tiene dos bocas me quiso morder. No quiero quedarme sin mano.
Angelica insiste. Y le hago caso. Tomo al animal de dos bocas, el gato sí logra zafarse. Lo llevo enseguida a una pileta que reboza agua. Arrojo al animal. El animal está cubierto de pintura blanca. Al entrar en contacto con el agua la pintura se desvanece.
Ahora ando impecable. Voy vestido con un traje de tela delgada para los calores. Intento subir a un elevador pero también tengo que llevar dos costales con cal. El problema estriba en que no quiero ensuciarme de polvo blanco . Pero como no tengo otra opción me los echo en la espalda. Llegó al elevador y los deposito. Luego aprieto el botón de subida. El elevador se detiene en el piso tres. Se sube una mujer guera. Se coloca de espaldas. Le digo que tenga cuidado, que no se vaya a lastimar las piernas. Ella no me responde. Abre su bolsa , saca un colorete y se pinta los labios de lila. Se chupa los labios, se mira en un espejo, posteriormente lo guarda.
El elevador se detiene de nuevo. Pongo el pie para que no se cierre la puerta. Jalo un costal. La guera pasa encima de mí y del costal.
Como me estorbas guei.
Me pongo colorado No sé que decir. La mujer cruza y se va por un pasillo…
Original de Alfredo arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
28 de julio de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
Primeramente debo decirte que estoy en la casa de mi abuela. No me preguntes en que año me encuentro porque no lo sé. El caso es que toda la casa está a oscuras menos el comedor. Un foco de los antiguos alumbra de amarillo el medio ambiente . La puerta de dos aguas está entre abierta. Entro y de inmediato escucho una voz que me dice que debo de denunciar al ladrón. Es una voz grave. Busco sus procedencia pero no la encuentro. Es una voz estereofónica que me repite lo mismo; detened al ladrón.
Penetro al comedor. Un brazo fuerte como tenaza me atrapa por el gañote. Ahora me grita.. Sí lo mismo. Entre que me ahogo y no le alcanzo a decir que en México no hay ladrones que todos son la mar de honrados y sí cabe de decentes.
Eso no es verdad me dice el brazo y me empuja comedor afuera. Me lleva al cuarto en dónde me dormía de chico. Hay varias camas individuales. En ella puedo ver acostados a todos mis hermanos carnales. Incluso yo me puedo ver. ¡Si aquí estoy mira ¡.
De ellos no puedo hablar pero en el caso mío yo no he robado.
A no?
No. Y el anillo de oro?
Bueno ese fue un caso de cuando era niño ese no cuenta..
La voz cesa. Me siento sobre la cama. Me veo dormido..
Es verdad Alfredo sí me robé ese anillo de oro pero eran los tiempos en que todavía no adquiría ningún valor ni conciencia alguna.
Salgo a la calle. Enfrente de mí hay un volks Wagen estacionado. El techo de este carro tiene mucha hojarasca.
Al hacer el intento por subirme sale de otra casa un animal que parece puerco pero que no es puerco. Este raro especímen tiene dos bocas. Las dos bocas están dentadas con mucho filo. Una boca la tiene delante y la otra boca la tiene por detrás.
El animal quiere morderme pero al hacerlo se enreda con un lazo, gira dá vueltas y se enreda junto con un gato. Los dos animales quieren quitarse el lazo pero no lo pueden hacer. Se abre una puerta sale Angélica, me pregunta que porque no los desato.
Y comó? Ese que tiene dos bocas me quiso morder. No quiero quedarme sin mano.
Angelica insiste. Y le hago caso. Tomo al animal de dos bocas, el gato sí logra zafarse. Lo llevo enseguida a una pileta que reboza agua. Arrojo al animal. El animal está cubierto de pintura blanca. Al entrar en contacto con el agua la pintura se desvanece.
Ahora ando impecable. Voy vestido con un traje de tela delgada para los calores. Intento subir a un elevador pero también tengo que llevar dos costales con cal. El problema estriba en que no quiero ensuciarme de polvo blanco . Pero como no tengo otra opción me los echo en la espalda. Llegó al elevador y los deposito. Luego aprieto el botón de subida. El elevador se detiene en el piso tres. Se sube una mujer guera. Se coloca de espaldas. Le digo que tenga cuidado, que no se vaya a lastimar las piernas. Ella no me responde. Abre su bolsa , saca un colorete y se pinta los labios de lila. Se chupa los labios, se mira en un espejo, posteriormente lo guarda.
El elevador se detiene de nuevo. Pongo el pie para que no se cierre la puerta. Jalo un costal. La guera pasa encima de mí y del costal.
Como me estorbas guei.
Me pongo colorado No sé que decir. La mujer cruza y se va por un pasillo…
Original de Alfredo arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
28 de julio de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
Comentarios
claro, ella a una pileta de pintura jajaja