Alameda y restaurante, recibo de luz, visitas


























En esa tarde cualquiera usted  cruza la calle principal de esa alameda en la contra esquina restauraron una casona de los tiempos de Porfirio Díaz más o menos  llegaron brigadas de albañiles a los que nunca conoció pero que hicieron un trabajo estupendo con jornadas completas le dieron su mano de gato a todas las paredes  el sitio es irreconocible les quedó impecable las paredes son blancas y cremas los propietarios decidieron que   era el  lugar idóneo para un restaurante de deliciosos platillos  que contara además con una importante cava para que los amigos  se reunieran y conversaran ellos supusieron que  la vista es magnífica árboles  a plenitud la fuente  el pulular de las personas usted pasa se asoma al restaurante hay exactamente doce personas sentadas con comodidad en una de las esquinas de la mesa  Alberto Cortéz le dice a todos que les cantará un tango de aquellos también se disculpa y le dice que aunque su voz es ya garrasposa lo hará con mucho amor y sí se puede con sentimiento  sin levantarse de su lugar comienza a cantar un tango que  usted nunca había escuchado Alberto sigue conservando sus facultades vocales no  tiene la voz rasposa que les había asegurado su voz es nítida a pesar de que ya es una persona mayor las cuerdas vocales también se van deteriorando al pasar de los años en tanto se escucha a Alberto usted puede ver que otros juegan  con monedas  que van colocando en una caja de madera cada moneda debe de entrar en un compartimiento adecuado para este fin


Ahora se encuentra en la escalinata  de una iglesia en algún estado en esta hermosa república se asoma por los barrotes de la puerta una mujer de pelo platinado se acerca y sin que  usted le haya pedido explicación alguna comienza  a decirle el santo y seña del lugar quien fue el arquitecto que la construyó en qué siglo y toda una serie de detalles acto seguido le dice que necesita pagar el recibo de la luz abre la puerta y usted decide acompañarla con el propósito de que le siga platicando se acerca otra mujer esta  comienza a hablar en inglés usted le pregunta  por un cajero en dónde se pueda pagar el recibo ella les dice que la sigan  entra por una puerta  de vidrio verde la abre y se para enfrente de una caja fuerte la abre  y aunque la puerta es pesada tiene un sistema que la hace fácil nos dice que ahí se puede dejar el dinero y el recibo y que a vuelta de correo  les llegará el comprobante  dicho esto cruza la calle y entra a un edificio  se mete al elevador y se pierde  entre  muchas personas de pelo cano

 Ocurre que le llegaron dos visitas inesperadas tocan a la puerta y traen consigo  varias maletas  son Salvador y Silvia usted como persona educada les dice que pasen pero  en su interno no está a a gusto con su presencia  aún no se borran por completo las heridas de la traición que estos dos le propinaron hace treinta años  Aún así  les hace sentar y le ofrece algo de tomar ninguno de los dos rechaza la oferta y prefieren un cogñac les pregunta que cual es la razón de su vista ellos se miran y le dicen que ahora son pareja y  que están desempleados fue entonces que pensaron que usted les podría dar apoyo y que pensaban quedarse a vivir con usted.

Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra
Nec spe, nec metu
7 de septiembre de 2013

Estados Unidos Mexicanos




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