EL HOMBRE QUE ENTREGABA BULTOS.
EL HOMBRE QUE ENTREGABA BULTOS. Viajo en la parte trasera de una camioneta cerrada. El hombre que maneja lleva unos costales. No sé si son bultos de cemento o que cosa. Dice que los debemos de entregar en una clínica de Salud. Tampoco sé si soy su ayudante. Me trepé en este sueño que tal vez no me pertenece. Es probable que esté en el sueño de otro. Cruzamos la ciudad en medio del insolente tránsito. Es una tarde fría de enero. Llegamos. Es un portón enrejado y pintado como las rejas de Chapultepec. Un hombre vestido de café y con insignias que quíen sabe quién se las dió, abre la puerta en silencio. Le dice al conductor que todos debemos de bajar. Con su mano nos indica que también debemos de salir y después volver a entrar pero a pie. El policía abre la puerta trasera en donde venía yo y de inmediato penetra un perro pastor. El animal comienza a oler. No encuentra nada que altere su olfato , ni siquiera ladra. Entramos nuevamente y se nos pide que carguemos los cos