TALLADORES DE MADERA, CORTANDO EL PELO AL GATO.
TALLADORES DE MADERA, CORTANDO EL PELO AL GATO. En lo alto de la cúpula de esa iglesia hay unos andamios en donde trabajan carpinteros y ebanistas. Están colocando las imágenes de ciertos santos que por lo que sé a mí no me han hecho nunca ningún milagro. Los señores usan sus herramientas y se puede ver como van cayendo al suelo las virutas. Desde abajo les superviso. Me siento como el Papa guerrero que apuraba a Miguel Angel a que terminara la Capilla Sixtina. Miguel Angel enojado le respondía desde la altura que terminaría el trabajo cuando lo terminara. Tengo en este sueño una vista excelente. Y no me preocupa acudir a las Opticas Devlyn en donde por cierto sus lentes no sirven. Por los últimos pague más de dos mil quinientos y los pinches lentes se empañaron. Me explicaron que yo fui el culpable. Y que los raspé. Les juro por Dios que no vuelvo a comprarles nada de nada. Ustedes hagan lo conducente. Un trabajador al que le dicen el perro me grita y me pregunt