UN HOMBRE CON SU MEGAFONO, HECTOR, LA LUPE CASA VACIA.

UN HOMBRE CON SU MEGAFONO, HECTOR, LA LUPE CASA VACIA.







Son las tres de la tarde, usted se encuentra parado justamente en el asta bandera monumental del Zócalo de la ciudad de México, la bandera ondea….. Un hombre sentado en su banco y protegido del sol por una lona dice porque tiene boca, que Jesús vino a este mundo a enseñarnos el amor, en cambio el Papa es protector de pederastas, se le ve en la mirada la ambición de diablo dice. Ustedes saben que yo no me voy a callar nunca, porque para esos Dios me dio voz.


Es tiempo de que se liberen y dejen de ser esclavos, no vayan como mensos a entregar su dinero a los bancos, piensan que Banamex es una institución mexicana?, pués no, es de los pinches gringos y los otros? Son de españoles que les jinetean sus dinero, y ahí van comprar la mierda que les venden, comida sin nutrimentos para tenerlos apendejados, por esos son pobres porque no reccionan.


Yo como les dio aún tengo voz y les digo que ya es tiempo de que nos rebelemos, ya fue suficiente verlos como borregos, que nos digan qué comer, por quién votar y casi casi que nos enseñen a limpiárnos el culo. No es posible seguir pagando los altos sueldos de los funcionarios públicos y que las cárceles estén llenas de gente pobre, como tú o como yo. No te dejes mexicano, quítate las esposas y el yugo, no vayas a votar por nadie, todos estos pendejos son explotadores, mira tu sueldo mínimo y tus zapatos rotos. Solo recibes promesas y en tu mesa no hay pan. No te afilies a ningún partido político, usa tu cerebro.


Usted se encuentra con Héctor Suárez Gomis, le dice que le agradece por haber llevado esa caja con alimento a aquella zona de nieve. Héctor le dice que la mañana de ayer se asomó del confort de su cuarto y descubrió en el cielo una palabras; sálvanos ¡… Así que dejó las pantunflas y el café caliente y acudió al llamado de esas personas.



Una mujer vestida de blanco salió de la cabaña, tomó la caja con viandas y le agradeció su gesto.


En esas van andado cuando los detiene un grupo de genízaros de camisola blanca e insignias de ojetes.

Uno de ellos amenaza a Héctor que sin inmutarse le dice que no necesita pedir permiso a nadie para entregar alimentos. Así de las palabras y los jaloneos pasamos a los golpes.

Héctor queda preso, le dice que no se preocupe que el sistema es de esa manera. Saca su mano por entre los barrotes y se despide de usted.

En la calle de la libertad, aparece un auto de aquellos que se llamaban Super Bee, lo conduce una mujer gorda. El carro de detiene y de la puerta de atrás baja la Lupe, aquella muchacha a la que se quiso fornicar, ella se hizo la estrecha y nunca se lo quiso dar.

Incluso le propuso la idea de no tener sexo sino solamente aparearse. La Lupe se hizo la estrecha y no quiso mejorar la raza, allá ella.

La Lupe le pide su teléfono y no acierta a comprender, en los ochenta no existían los celulares. Le dice que no tiene crédito pero que ahora le busca uno.

Una muchacha barre y echa agua en un patio, se asoma y le pide su móvil, ella lo saca de entre las chiches y se lo dá.


La Lupe habla como si no cobraran, ella habla más que un perico, dice puras tonteras.


La deja y me va a una casa vacía. Ahí mora el espíritu de Manuela. Ella va vestida con flores, lleva en la cabeza un rebozo que le cubre la cara. Le dice que debe de comer. Le muestra un guisado. Usted intenta pero descubre que el plato lleva clara de huevo cruda. Esto le provoca asco y ganas de vomitar. Acude al baño y se mete un dedo en la boca. Después de unos espamos, su estómago convulsiona y arroja el alimento que no sirve. Que asco le causa el asco. Tiene dolor der cabeza, le dice a Manuela que le busqué por favor una aspirina. Manuela le dice que no consigue pero le entrega un porro. Usted saca unos cerillos Talismán y lo enciende. Fuma y se acuesta en el piso. No sabe porque se prohíbe este placebo.


Intenta dormir pero Manuela le despierta con una patada. Le dice que es un huevón y lo insta a que se bañe. Le muestra unos botes que contiene agua serenada. Está muy fría. Usted se encuera y se arroja jicarazos de agua helada. No sabe porque vino a este mundo a sufrir.


Ya bañado se siente mejor, las orejas le relucen y huele a jabón barato. Le dice a Manuela que irá con Pepe a vender navajas de rasurar……


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
26 de septiembre de 2011.

Estados Unidos Mexicanos.

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