JOAN MANUEL SERRAT. INMACULADO.




Imagen de Eduardo Arrieta Martínez.





JOAN MANUEL SERRAT INMACULADO



Crónica del concierto de Joan Manuel Serrat en el Auditorio Poliforum de Tuxtla Gutiérrez Chiapas.
Por Eduardo Arrieta Martínez.
17 de febrero de 2011.



Por fin llegó el día.



Después de imaginar como sería, sinceramente yo creí que vería a un tipo muy mayor cantando sus viejas canciones.

Oh ¡, cuál va siendo mi sorpresa Alfredo. Cantó como los ángeles., simplemente perfecto. Pero de verdad, perfecto. Con seis cabrones que lo acompañan, la música impecable, y su voz; qué voz de tipo como si no hubieran pasado los años cuando lo vimos en setenta y tantos en el Teatro de la Ciudad.


Te comentó de los músicos. Trae una vieja que toca el pinche violín como una arcángel. Imagina Tres heridas, El pueblo blanco, No hago otra cosa que pensar en ti, Mediterráneo, Para la libertad y otras. Un verdadero deleite.


Faltaban como diez para las ocho horas que anunciaron el concierto y el pinche Teatro casi vacío. Me bajé a fumar un cigarrillo y a mear. Cuando regresé como a las ocho quince se apagaron las luces y sin más ni más sus músicos empezaron a tocar Tres heridas. El comenzó a cantar pero no salía. Como un minuto después apareció con un chingo de años más de cómo lo habíamos visto. Pero era el mismo. Vestido igualito que hace 28 años. De mezclilla, camisa negra y saco del mismo tono.


Después de echó tres de su nuevo disco de poemas, la tercera una obra maestra. No sé cómo se llama. Dió las gracias al público comentando que jamás había estado en Chiapas. Cantó Tarrés, El metro. Posiblemente la que más me gustó. Otras cuántas y dijo que nos dejaba. Unos minutos después salió del escenario y los músicos tocaron un poutpurri. Como a los cinco minutos sale otra vez y lo mejor estaba por venir. Cantando una tras otra perfectamente entonado. Algunas gentes se acercaban a la orilla del escenario para dejarle regalitos que con dificultad para agacharse tomaba. ( Los años no pasan en vano ).Los recogía y hablando de eso sí noté que tiene un problema en la espalda o en la pierna derecha como que cojeaba.

Cantó dos o tres y se despidió. Llamó a sus músicos a los cuales saludó de mano. Uno a uno hicieron fila y dijo adiós.

Se me pasó algo. A los diez minutos de empezado el concierto quién sabe de donde salió la gente. Pero el Teatro estaba lleno.Algunos nos paramos para aplaudirle y los demás me parece solo por seguir la inercia de los pocos que sí queríamos que cantara. Otra, otra, otra. Serrat regresó. Se apagó el escenario, se sentó en su banco y muy relajado de buen humor les dijo a los que se acercaban a tomarle fotografías que sí querían ya no cantaba y mejor posaba para las fotos. Entendieron y todo mundo tomó su lugar.

Comenzó a platicar de la primera vez que vino a América. Dijo que fue de los pocos españoles que no llegó por Veracruz.El primer lugar fue en Rio de Janeiro. Ahí lo sorprendió la enorme cantidad de canchas de fut bol que vió. Con 22 jugadores negritos cada una.

Le preguntó a su pianista si se acordaba cuando le daban vuelo a la hilacha en la noches de Río.Y todo esto para recordar que vió un concierto de un brasileño Wilson Simonal . Que lo impresionó.Platicó entre risas que el brasileño salía a cantar solo las estrofas de la canción y luego se salía de la escena para tomar cervezas. Que el público carioca seguía cantando y así se pasaba todo el concierto. Acababa una canción y se salía a emborrachar.



Tocó Señora y otras dos. Se agarró de las manos con sus músicos y ahora sí se acabó.


Crónica del Concierto del compositor Joan Manuel Serrat en el Poliforum de Tuxtla Gutiérrez Chiapas. 17 de febrero de 2011.

Original de Eduardo Arrieta Martínez
Para elpueblodetierra.

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