El Museo Domingo Arrieta



El Museo Domingo Arrieta lanzado a la calle para conmemorar el Centenario de la Revolución

Enrique Arrieta Silva
8 de julio de 2009

Durango,Durango.

No creo que se trate de algo orquestado, sino de tres disposiciones desafortunadas que revelan exceso de poder por decir lo menos, respecto a las cuales tengo el deber de inconformarme, como hijo de Domingo Arrieta León, porque me lastiman y afectan mi esfera de sentimientos filiales y derechos ciudadanos. Primera: Con la ampliación de la avenida Domingo Arrieta León, se proyectó tirar la casa en la que habitó, falleció y fue velado el general Domingo Arrieta León, lo que la convierte por eso mismo en un museo de sitio; tengo entendido que no lo hicieron porque se agotó el presupuesto, pero llegaron hasta tomar medidas de la casa, por lo que temo que lo hayan dejado en veremos. Segunda: Sin una plática previa con el suscrito, se derribó el monumento a los Hermanos Arrieta de la calle 5 de febrero, y lo hicieron el día 18 de noviembre del 2008, aniversario de la muerte del general Domingo Arrieta León, como si lo hubieran escogido a propósito para lastimar más. Hasta la fecha ignoro en donde se encuentra el monumento y si lo van a colocar de nuevo, así como el lugar y la fecha. Tercera: Se echa a la calle el Museo de la Revolución en Durango “General de División Domingo Arrieta León”, que es el caso que ocupa este artículo-protesta, por lo violento, arbitrario y antidemocrático del desalojo.

El Museo, fue fundado aproximadamente hace diez años para honrar la memoria de Domingo Arrieta León y los revolucionarios de Durango, incluyendo al mismo Francisco Villa, quien siempre le disputó a Domingo Arrieta el poder revolucionario en Durango, a veces con ligero éxito, sobre todo en el año de 1915, pero que finalmente Villa perdiera.

A lo largo de toda mi vida, que está próxima a cumplir sesenta y seis años, he ido recolectando objetos, a veces donados y a veces comprados, así como periódicos, documentos, billetes, monedas y fotografías de la revolución en Durango, hasta que por fin, con ese material se logró que se fundara el Museo, que llegó a ser uno de los más visitados del ICED.

El Museo es el mejor en su género de todo el país, esto hay que decirlo, pues mientras todos los demás tienen mayoritariamente copias, este Museo cuenta con sables y rifles que pertenecieron a revolucionarios durangueños, así como documentos originales, hojas sueltas de corridos revolucionarios, el Plan de Guadalupe y alguna fotografías también originales.

El Museo ha sido víctima de un lamentable saqueo provocado en sus inicios por la deslealtad de un subdirector, pero además por la falta de seguridad que siempre se ha padecido porque a las autoridades no les ha preocupado otra seguridad que no sea la de su propio sueldo. Encima de ello, hemos tenido que soportar el despotismo exacerbado y la soberbia infinita de la Directora Administrativa Guadalupe López Centeno, así como soportar la negligencia y cachaza de Arturo Ricalday, individuo que finge (finge, no funge) como Jefe de Servicios Generales, representante eximio de la contracultura. Es así como se ha tenido que lamentar por la negligencia de ambos personajes el robo de las medallas del general Domingo Arrieta León, del kepí del general Mariano Arrieta León, de las insignias del general José Arrieta León, de algunos billetes y monedas de la revolución y algunas cosa más, que mucho me lastima nombrar. De todos estos hurtos se ha hecho la denuncia penal correspondiente, sin que hasta la fecha se haya resuelto absolutamente nada. No obstante ello, mi esposa en su carácter de Directora del Museo y yo, hemos bregado y batallado para que el Museo siga abierto al pueblo de Durango, pese a la falta casi absoluta de apoyo, pues la contadora Guadalupe López Centeno y su cofrade Arturo Ricalday, no fueron nunca capaces ni siquiera de mandar pintar una vitrina, por pequeña que fuera, mucho menos de instalar las medidas de seguridad necesarias. Esta negligencia motivó también que las instalaciones del ICED, permanecieran siempre muy sucias y los servicios sanitarios en lamentable estado, tan lamentable que eran un verdadero atentado a la salud y a los derechos humanos.

Pero he aquí, que se ha iniciado la remodelación o en una nada el golpe fatal del por sí bello edificio del ICED, para convertirlo en Centro de Convenciones, edificio que a principios del siglo próximo pasado fuera considerado uno de los tres elefantes, al lado del Teatro Ricardo Castro y de la Penitenciaría del Estado.

Con tal pretexto de la remodelación, el Museo ha sido violentamente desalojado, y digo violentamente porque no obstante que un día anterior en junta pública se había dicho que los Museos de la Revolución y del Cine (mucho más importante históricamente el de la Revolución) permanecerían en el ICED, al día siguiente se presentó un individuo de nombre Luis Valderrama, Director de Recursos Humanos para decirle a mi esposa que el Museo tenia que abandonar las instalaciones y que contaba con un día y medio para hacerlo y llevarse las cosas a donde pudiera. Desde luego que no hicimos caso de orden tan bárbara y descabellada, porque el desalojo no podía hacerse en tan corto tiempo; pero eso sí para la fecha de esta publicación el Museo ha sido desahuciado, es decir se le echó a la calle, sin haber dialogado con mi esposa Inés Leticia Ramírez Parra y conmigo, para las necesarias explicaciones y ofrecimiento de posibles opciones. Es por eso que me permito formular de cara ante la opinión pública, las siguientes interrogantes a las autoridades correspondientes: ¿Se reubicará el Museo o no, y de ser así en donde y en que tiempo? ¿Se cierra el Museo de la Revolución y se abren las cantinas de la feria? ¿Ofende la verticalidad de Domingo Arrieta León? ¿La Revolución Mexicana, sus muertos, sus heridos, sus viudas y sus huérfanos ya no significan nada, absolutamente nada? ¿Se seguirá pagando al personal que en él laboraba? ¿El desalojo del Museo de la Revolución, constituye el acto cumbre conmemorativo del Centenario de la Revolución Mexicana? ¿Qué otros actos atentatorios pueden esperarse? ¿Se cierra el Museo Domingo Arrieta porque se va a abrir uno de Francisco Villa o uno de los cristeros? ¿Hay algún asesor o consejero interesado en que la administración estatal actual pase a la historia como enemiga de Juárez, de la revolución y de la cultura?

Finalmente, dado el caso de que se ignore el linaje revolucionario de Domingo Arrieta León, lo cual es posible por exceso de ignorancia, que no va más allá de las memorias de Pancho Villa, aquí están algunos datos, sólo algunos datos: Fue Gobernador Provisional y el primer Gobernador Constitucional en la época revolucionaria y como tal promulgó la Constitución Política del Estado de Durango que aún nos rige y creó el marco jurídico promulgando importantes leyes como la Ley de Tierras Ociosas aun vigente. Fue el Jefe Nato de la Revolución en Durango. Fue el más popular de los revolucionarios en Durango. Fue el primero en repartir la tierra en el país, sobre la misma marcha de las armas. Contribuyó al triunfo definitivo de la revolución asistiendo personalmente a la toma de Zacatecas. Combatió a porfiristas, reyistas, huertistas, orozquistas, convencionistas y villistas, desalojando a estos últimos de Durango. Salió a combatir a la expedición punitiva de Pershing a Chihuahua, misma que se retiró al estar a dos días a caballo sus tropas. Su origen es entrañablemente popular y conservó ésta característica durante toda su vida. Murió soñando en recuperar el territorio que nos robaron los gringos. Apoyó al Instituto Juárez e impidió que se cerrara la Escuela Normal del Estado, hoy Benemérita y Centenaria. Fue hasta su muerte ocurrida el 18 de noviembre de 1962, líder de los desamparados.

Otro finalmente. No reubicar el Museo, sería un serio agravio, no solo a Domingo Arrieta, sino a la Revolución Mexicana y a todos los revolucionarios que en Durango militaron bajo las banderas de la Brigada Guadalupe Victoria y de la División Durango como los generales: Ismael Lares, Miguel Gutiérrez, Félix Durón, José Carrillo, Julio Ibarra, Nicolás Morales, Porfirio Martínez, Toribio Martínez, Manuel Gamboa, Miguel Aguirre (vencedor de Villa en Tepehuanes), Pablo Serrano, Enrique Nájera, Ismael Lozano y Joaquín Amaro; así como a sus hermanos Mariano, Andrés, Eduardo y José, y claro está a la oficialidad y tropa bajo su mando, entre ellos al valiente coronel Teodoro Arreola y al audaz y legendario coronel Juan Galindo.

Por Durango, por Domingo Arrieta y por el ejército arrietista que combatió triunfalmente en Durango, Zacatecas, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa y Territorio de Tepic.

Y que conste, no estoy implorando nada, mi orgullo no me lo permite, estoy protestando que es diferente. Gavilán que vuela alto no chilla.

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