Ordeñando una vaca,tacos en Egipto, policías egipcios que arrestan a jovenes que toman, pasillo con motivos árabes, en silla de ruedas comprando huevos.

Ordeñando una vaca,tacos en Egipto, policías egipcios que arrestan a jovenes que toman, pasillo con motivos árabes, en silla de ruedas comprando huevos.





































En una de mis actividades ordinarias debo de ordeñar esta vaca.

Pero no crean que le voy a sacar la leche por las ubres. Nada de eso.

En este caso y en este sueño la leche se la extraeré por un costado.

Me siento en este taburete. Con una manguera de corto calibre la introduzco arriba de la pata derecha. La vaca tiene un agujero propio para estos casos.

La leche comienza a manar.

Le pregunto a una mujer con un trapo en la cabeza el porqué la leche no sale blanca?

A ver?

En un balde se va depositando el líquido. Parece agua.

La mujer mete una taza y me pide que la beba.

Le doy un trago y que tal?

Te sabe a leche?

Sí ahora sí.

Eso es todo.

Al pasar por una de las calles terregosas de Egipto veo con nitidez que es lo mismo que con claridad a un grupo de policías con boina roja y pantalón azul. Ellos se dan a la tarea de de arrestar a jóvenes que toman en pequeños tugurios.

Toman de todo bueno hasta saque tienen. Y como es eso?

Pués lo consiguen y ya.

Nunca había soñado en Egipto. Las personas que me guían me pregunta que sí tengo hambre. Les digo que algo.

Entonces vamos a comer..

Nos dirigimos a un mercado de esos tumultuosos.

Hay unas mesas en una esquina.

Es comida mexicana?

Sí.


Nos sentamos. Un mesero se acerca. Buenas tardes le digo.
Como están?

Eres de México?

Sí del norte.

Muy bien casi no vienen personas de México.

El mesero es Pedrito Fernández.

Al terminar los tacos admiro lo que puedo ver. Este pasillo por ejemplo tiene motivos árabes.

Un egipcio me dice que todo esto es artístico.

Deja lo artístico la chinga der ir colocando las piedras en el techo y las paredes. Se deben de haber torcido del cuello.

El egipcio parece que me entiende y comienza a reírse.

Por ahora me encuentro en esta silla de ruedas. No sé sí en realidad estoy tullido. Le digo a quién me lleva que necesitamos compra huevo.

Y en dónde?

En dónde en dónde pendejo¡ En dónde crees tú que se pueden comprar huevos?

En la tlapalería?

El tipo no me dice nada y sigue empujando.

Creo que estoy en la Colonia Escandón, parece la Escandón pero no es la Escandón.

Veo una carnicería.

Aquí señor?

Aquí señor , aquí señor¡

Tú crees que en la carnicería podemos comprar un kilo de huevos?

Es que los ví¡

En dónde los viste?

Arriba de la vitrina.

Está bien vamos.

En la carnicería hay cuatro señores que venden carne. Hay varás mujeres con canas.

Le digo al desocupado que quiero un kilo de huevo.

Curiosamente estoy de pie.

Me dice que estos huevo son especiales.

Y qué tiene de especiales?

Dame un kilo¡

Lo que sucede es que cada huevo cuesta 58 pesos.

Que son de oro?

Me muestra un huevo. No es un huevo común. Viene en una especie de taza de talavera.

Le da unos golpecitos, la taza se abre. Deja caer el huevo. Es un huevo como de medio kilo.

El carnicero me dice que con un huevo se puede alimentar a toda una familia.

Está bien dame un kilo.

Y además la taza la puede utilizar para tomar café.

Sí está bien.

Original de Alfredo Arrieta
Nec spe, nec metu
Para el pueblodetierra.
9 de Marzo de 2016.
Estados Unidos Mexicanos.








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