Personas que se queman, mujer que no quieren al niño, mueble blanco, mujer de pelo rubio que me pregunta por el mueble, Mikis Teodorakis con artistas diversos en la calle , monjas con habito beige.
Personas que se queman, mujer que no quieren al niño, mueble blanco, mujer de pelo rubio que me pregunta por el mueble, Mikis Teodorakis con artistas diversos en la calle , monjas con habito beige.
Vienen a mí unas quinientas personas. Las que van llegando me piden que les ayude porque algo muy malo está por sucederles.
Les digo que los puedo llevar sí subimos por esta escalera.
La escalera está pegada a la pared. Me les adelanto y comienzo.
Todos vienen atrás de mí.
A lo lejos viene una bola de fuego. Ese es el mal del que me hablaban. La bola avanza rápido, conforme atrapa a los cuerpos los va derritiendo. Incluso puedo ver que los que subieron conmigo también los alcanzaron las llamas.
En la parte alta de este edificio veo a unas mujeres. Ellas hablan cosas intrascendentes. Le digo que me ayuden con este niño. El niño tiene los ojos azules.
Una de estas me dice que tiene que consultarlo.
Eso déjelo para otra ocasión. Después lo consulta, ahora es una emergencia.
La mujer se levanta y habla con la otra que la observa circunspecta.
Les aviento al niño. Una de ella lo toma, se lo coloca en su regazo y le da de mamar.
Salgo.
Este es otro edificio.
El interior está en un desorden. No hay nada en su lugar.
Ando en busca de un mueble pintado de blanco. El mueble no está.
Una mujer de edad madura me pregunta por el mueble.
Le digo que posiblemente está en los cuartos de abajo. Le pido que me acompañe.
La mujer va detrás de mí.
Le digo que tenemos que pasar por todas estas cosas tiradas o esparcidas.
La mujer no puede caminar correctamente.
Conforme avanzamos voy prendiendo los contactos de la luz.
Llegamos a los cuartos de abajo. Todo es oscuridad.
Busco con la mano la luz. El cuarto se ilumina.
Le digo a la mujer de edad que el mueble está debajo de esta sábana.
Quito la sábana. Efectivamente hay un mueble pero no es el mueble que buscamos. Este tiene las patas chicas.
Tengo que encontrarlo, tengo que encontrarlo..
Salgo de nueva cuenta.
Por la Alameda de Tacubaya hay una escuela. Salgo por la puerta principal.
En la calle un grupo de artistas están sentados, a su alrededor hay estatuas de vírgenes cubiertas con mantos.
La estatuas no están tan quietas, algunas posen movimientos, son de granito y sal.
El líder es Teodorakis. Les habla a todos y lo escuchan atentamente.
Al verme me pregunta que sí ya entregué el mueble?
Lo que sucede señor Mikis es que el mueble sí estaba pero era otro.
Mikis me grita enfrente de todos: Pues ese es tu problema¡
Vé y encuéntralo¡
Como no tengo de otra voy en busca del mueble.
Un grupo de monjas acaba de cantar.
Le pregunto a una de ellas que sí acaso no han visto un mueble pintado de blanco?
Hum no sé.
Es posible que la madre superiora lo sepa.
Y en dónde la puedo encontrar?
Bajando las escaleras.
Bajo.
La puerta está abierta.
Una mujer sentada sobre un mueble blanco me pregunta que es lo que quiero?
Esta monja pose una cara hermosa. Es joven.
Le digo que el señor Mikis me encargó que le pintara un mueble.
Resulta que sí lo pinté pero entre tanto mar de sueños ya no lo encuentro¡
No será este me pregunta la madre?
Dicho esto se levanta el hábito, que bonitas piernas tiene la sor.
No sé puede ser que sí, puede ser que no.
Pues sí es este te lo puedes llevar.
También me gustaría llevarme esta manguera larga. Claro sí ya no la usan.
No está bien puedes llevártela.
Como me dijiste que te llamabas?
Alfredo.
Está bien Alfredo llévate el mueble. Y también la manguera.
Regreso con Don Mikis.
Oiga , ya tengo el mueble.
Mikis me mira pero no dice nada. Se me acerca uno.
Este me dice: Lo bueno de venir es que Mikis además de aleccionarnos nos permite actuar con él.
Dicho esto el joven arroja tinta negra sobre una sábana. Oh sí es bien artístico le digo.
Esto lo hago para que quede conforme.
Una de las estatuas mueve los brazos y me llama.
Acudo. Me pregunta por el mueble blanco.
Ya lo encontré lo tenían unas monjas.
Esta bien. Ya le dijiste a Mikis?
Si pero no me hizo caso.
Por ultimo estoy quitándo el yeso al techo de un closet.
Cuando van cayendo los pedazos estos se hacen polvo.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
10 de Mayo de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.
Vienen a mí unas quinientas personas. Las que van llegando me piden que les ayude porque algo muy malo está por sucederles.
Les digo que los puedo llevar sí subimos por esta escalera.
La escalera está pegada a la pared. Me les adelanto y comienzo.
Todos vienen atrás de mí.
A lo lejos viene una bola de fuego. Ese es el mal del que me hablaban. La bola avanza rápido, conforme atrapa a los cuerpos los va derritiendo. Incluso puedo ver que los que subieron conmigo también los alcanzaron las llamas.
En la parte alta de este edificio veo a unas mujeres. Ellas hablan cosas intrascendentes. Le digo que me ayuden con este niño. El niño tiene los ojos azules.
Una de estas me dice que tiene que consultarlo.
Eso déjelo para otra ocasión. Después lo consulta, ahora es una emergencia.
La mujer se levanta y habla con la otra que la observa circunspecta.
Les aviento al niño. Una de ella lo toma, se lo coloca en su regazo y le da de mamar.
Salgo.
Este es otro edificio.
El interior está en un desorden. No hay nada en su lugar.
Ando en busca de un mueble pintado de blanco. El mueble no está.
Una mujer de edad madura me pregunta por el mueble.
Le digo que posiblemente está en los cuartos de abajo. Le pido que me acompañe.
La mujer va detrás de mí.
Le digo que tenemos que pasar por todas estas cosas tiradas o esparcidas.
La mujer no puede caminar correctamente.
Conforme avanzamos voy prendiendo los contactos de la luz.
Llegamos a los cuartos de abajo. Todo es oscuridad.
Busco con la mano la luz. El cuarto se ilumina.
Le digo a la mujer de edad que el mueble está debajo de esta sábana.
Quito la sábana. Efectivamente hay un mueble pero no es el mueble que buscamos. Este tiene las patas chicas.
Tengo que encontrarlo, tengo que encontrarlo..
Salgo de nueva cuenta.
Por la Alameda de Tacubaya hay una escuela. Salgo por la puerta principal.
En la calle un grupo de artistas están sentados, a su alrededor hay estatuas de vírgenes cubiertas con mantos.
La estatuas no están tan quietas, algunas posen movimientos, son de granito y sal.
El líder es Teodorakis. Les habla a todos y lo escuchan atentamente.
Al verme me pregunta que sí ya entregué el mueble?
Lo que sucede señor Mikis es que el mueble sí estaba pero era otro.
Mikis me grita enfrente de todos: Pues ese es tu problema¡
Vé y encuéntralo¡
Como no tengo de otra voy en busca del mueble.
Un grupo de monjas acaba de cantar.
Le pregunto a una de ellas que sí acaso no han visto un mueble pintado de blanco?
Hum no sé.
Es posible que la madre superiora lo sepa.
Y en dónde la puedo encontrar?
Bajando las escaleras.
Bajo.
La puerta está abierta.
Una mujer sentada sobre un mueble blanco me pregunta que es lo que quiero?
Esta monja pose una cara hermosa. Es joven.
Le digo que el señor Mikis me encargó que le pintara un mueble.
Resulta que sí lo pinté pero entre tanto mar de sueños ya no lo encuentro¡
No será este me pregunta la madre?
Dicho esto se levanta el hábito, que bonitas piernas tiene la sor.
No sé puede ser que sí, puede ser que no.
Pues sí es este te lo puedes llevar.
También me gustaría llevarme esta manguera larga. Claro sí ya no la usan.
No está bien puedes llevártela.
Como me dijiste que te llamabas?
Alfredo.
Está bien Alfredo llévate el mueble. Y también la manguera.
Regreso con Don Mikis.
Oiga , ya tengo el mueble.
Mikis me mira pero no dice nada. Se me acerca uno.
Este me dice: Lo bueno de venir es que Mikis además de aleccionarnos nos permite actuar con él.
Dicho esto el joven arroja tinta negra sobre una sábana. Oh sí es bien artístico le digo.
Esto lo hago para que quede conforme.
Una de las estatuas mueve los brazos y me llama.
Acudo. Me pregunta por el mueble blanco.
Ya lo encontré lo tenían unas monjas.
Esta bien. Ya le dijiste a Mikis?
Si pero no me hizo caso.
Por ultimo estoy quitándo el yeso al techo de un closet.
Cuando van cayendo los pedazos estos se hacen polvo.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
10 de Mayo de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.
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