EL DIABLO PUERCO,VIAJE DE NOCHE, GATOS HERIDOS, EL FILIPINO..
EL DIABLO PUERCO,VIAJE DE NOCHE, GATOS HERIDOS, EL FILIPINO..
Nadie le creía. Su dicho era tan extraño: Es probable que el gringo hubiera tenido alucinaciones debido a la ingesta de drogas.
A los oyentes les dijo que desde que era un niño se le aparecía una sombra. Volaba en el aire hasta formarse con nitidez la cara de un diablo pero con la cara de puerco. Decía que ese ser se le manifestaba continuamente. Es por eso que cuando sabía que la noche se acercaba le comenzaba a sudar la frente y las manos. Así se estaba hasta que el cansancio le hacía sucumbir.
El diablo puerco tenía pelos en el pecho y unas orejotas así de grandes. Llevaba siempre en su cuello un rosario con bolitas de diablos, una cruz negra entre las manos. El diablo pueco hablaba a gritos, ordenaba.
El gringo le tenía tanto miedo que no era capaz de confesárselo a nadie.
Pero como todo tiene un tiempo y un fin le dijo a los escuchas que una noche cuando era joven llegó a su casa. No vivía con sus padres, eran los años del rock and roll, venía acompañado de su novia. Los dos entraron trastabillando, borrachos. Se acercó a la consola que tocaba discos elepés y puso su música favorita. In a gada da vida. Tatanta taran tan ta…
Después se desnudaron, ella se puso sensitiva para copular…..
En esas andaban cuando hizo su aparición el diablo puerco. De un manotazo arrojó a un extremo al gringo, mostró su pelaje de cerdo y procedió a penetrar las veces que quiso a la mujer rubia. El diablo puerco abría el hocico y se preguntaba en voz alta como le hacia esta mujer para tener el coño tan rosa?.
Después se levantó, arrojó una baba y le dijo. Ahora te toca a ti… Dejando a la gringa como si basura fuera..
Aturdido por ese sueño le dí uno dos al control de la cabeza….
Voy en un auto, viajo en compañía de un señor de treinta y cinco años. Me dice que le gusta manejar de noche. De esta manera evita que los federales le molesten. Además no usa licencia de manejo. Piensa que nadie le debe de dar permiso para manejar un carro. Le explico que si vive en el seno de una sociedad debe de atenerse a las reglas que le impongan. Pues nó. M e dijo yo siempre he hecho lo que quiero…
A lo lejos, a la distancia de los kilómetros aparecieron las luces de una ciudad. Pensé que no debían e pasar de los cuatrocientos mil habitantes..
Se nos apareció un letrero verde con letras blancas. En este nos decía el nombre del lugar. Arriba la luna blanca esplendorosa nos hacía ver brillosos. Le dije al señor que se detuviera tenía algo por hacer.
En un patio me encontré con unos gatos heridos. Uno de ellos se lamía la pata trasera. De esta manaba sangre. Un niño moreno y con un sombrero me dijo que se cayeron algunas cosas ahora que tembló. Una de las piedras le pegó al gato. Ahora le sale sangre, me dijo.
Decidí llevarlo con un veterinario. El gato no se dejaba atrapar. Arrastraba su pata trasera al mismo tiempo que deja un rastro rojo.
Después del éxito obtenido, me dirigi a un taller de carpintería. Ahí tenía unas tablas que debía de meterles garlopa. Yo no estoy tan mamey como lo estaba Pedro Infante ni tampoco me gusta Amorcito corazón. Tome el artefacto para tallar madera y entoné una canción para mis adentros.
En eso llegó un individuo con aspecto de Filipino. Y ora este Paquiao. Todos los filipinos son iguales, con los ojos rasgados y no se les entiende ni jota.
Llegó y con cara de perdona vidas comenzó a quitarse la camisa deportiva. A mí la verdad me valía un testículo que estuviera fuerte. Le miré y con cara de chinga tu madre le pregunté que hacía en la carpintería. El filipino aunque no lo creas se amedrentó. Es que tengo la mirada dura. Incluso el día del amor y la amistad un muchacho que vende frutas y verduras me dijo que ese día era para estar contento, Que sí estaba enojado. Le respondí que no, que me encontraba relax. Si usted me viera enojado se acordaría de mí toda la vida le dije.
Bueno. Le pregunté al filipino la razón o causa por la que entraba así como así a la carpintería. Como que quiso bajarle a su prepotencia . Me contestó que daría una clase de aerobicos y nos sé que otra cosa. Ahora resulta que este pinche filipino es putón, me dije.
En eso estaba cuando entró un grupo de mujeres. Entre ellas venía la fría. El filipino la miró y se le alteró la sangre por el cuerpo de ella y por la primavera. Por su parte la gélida se acercó al hombre, se quito la prenda que le llaman pants y se acercó al sujeto. Este sin decir palabra le pepeno el sexo. Eso sí ya me enojó porque la fría se pone como si fuera monja conmigo y a este grandísimo pendejo se las dá como si cualquier cosa.
Considerando que esta vez había perdido seguí raspando mi madera, la dejé lisita, luego le sople para quitarle el polvillo blanco…….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
24 de febrero de 2012.
Nadie le creía. Su dicho era tan extraño: Es probable que el gringo hubiera tenido alucinaciones debido a la ingesta de drogas.
A los oyentes les dijo que desde que era un niño se le aparecía una sombra. Volaba en el aire hasta formarse con nitidez la cara de un diablo pero con la cara de puerco. Decía que ese ser se le manifestaba continuamente. Es por eso que cuando sabía que la noche se acercaba le comenzaba a sudar la frente y las manos. Así se estaba hasta que el cansancio le hacía sucumbir.
El diablo puerco tenía pelos en el pecho y unas orejotas así de grandes. Llevaba siempre en su cuello un rosario con bolitas de diablos, una cruz negra entre las manos. El diablo pueco hablaba a gritos, ordenaba.
El gringo le tenía tanto miedo que no era capaz de confesárselo a nadie.
Pero como todo tiene un tiempo y un fin le dijo a los escuchas que una noche cuando era joven llegó a su casa. No vivía con sus padres, eran los años del rock and roll, venía acompañado de su novia. Los dos entraron trastabillando, borrachos. Se acercó a la consola que tocaba discos elepés y puso su música favorita. In a gada da vida. Tatanta taran tan ta…
Después se desnudaron, ella se puso sensitiva para copular…..
En esas andaban cuando hizo su aparición el diablo puerco. De un manotazo arrojó a un extremo al gringo, mostró su pelaje de cerdo y procedió a penetrar las veces que quiso a la mujer rubia. El diablo puerco abría el hocico y se preguntaba en voz alta como le hacia esta mujer para tener el coño tan rosa?.
Después se levantó, arrojó una baba y le dijo. Ahora te toca a ti… Dejando a la gringa como si basura fuera..
Aturdido por ese sueño le dí uno dos al control de la cabeza….
Voy en un auto, viajo en compañía de un señor de treinta y cinco años. Me dice que le gusta manejar de noche. De esta manera evita que los federales le molesten. Además no usa licencia de manejo. Piensa que nadie le debe de dar permiso para manejar un carro. Le explico que si vive en el seno de una sociedad debe de atenerse a las reglas que le impongan. Pues nó. M e dijo yo siempre he hecho lo que quiero…
A lo lejos, a la distancia de los kilómetros aparecieron las luces de una ciudad. Pensé que no debían e pasar de los cuatrocientos mil habitantes..
Se nos apareció un letrero verde con letras blancas. En este nos decía el nombre del lugar. Arriba la luna blanca esplendorosa nos hacía ver brillosos. Le dije al señor que se detuviera tenía algo por hacer.
En un patio me encontré con unos gatos heridos. Uno de ellos se lamía la pata trasera. De esta manaba sangre. Un niño moreno y con un sombrero me dijo que se cayeron algunas cosas ahora que tembló. Una de las piedras le pegó al gato. Ahora le sale sangre, me dijo.
Decidí llevarlo con un veterinario. El gato no se dejaba atrapar. Arrastraba su pata trasera al mismo tiempo que deja un rastro rojo.
Después del éxito obtenido, me dirigi a un taller de carpintería. Ahí tenía unas tablas que debía de meterles garlopa. Yo no estoy tan mamey como lo estaba Pedro Infante ni tampoco me gusta Amorcito corazón. Tome el artefacto para tallar madera y entoné una canción para mis adentros.
En eso llegó un individuo con aspecto de Filipino. Y ora este Paquiao. Todos los filipinos son iguales, con los ojos rasgados y no se les entiende ni jota.
Llegó y con cara de perdona vidas comenzó a quitarse la camisa deportiva. A mí la verdad me valía un testículo que estuviera fuerte. Le miré y con cara de chinga tu madre le pregunté que hacía en la carpintería. El filipino aunque no lo creas se amedrentó. Es que tengo la mirada dura. Incluso el día del amor y la amistad un muchacho que vende frutas y verduras me dijo que ese día era para estar contento, Que sí estaba enojado. Le respondí que no, que me encontraba relax. Si usted me viera enojado se acordaría de mí toda la vida le dije.
Bueno. Le pregunté al filipino la razón o causa por la que entraba así como así a la carpintería. Como que quiso bajarle a su prepotencia . Me contestó que daría una clase de aerobicos y nos sé que otra cosa. Ahora resulta que este pinche filipino es putón, me dije.
En eso estaba cuando entró un grupo de mujeres. Entre ellas venía la fría. El filipino la miró y se le alteró la sangre por el cuerpo de ella y por la primavera. Por su parte la gélida se acercó al hombre, se quito la prenda que le llaman pants y se acercó al sujeto. Este sin decir palabra le pepeno el sexo. Eso sí ya me enojó porque la fría se pone como si fuera monja conmigo y a este grandísimo pendejo se las dá como si cualquier cosa.
Considerando que esta vez había perdido seguí raspando mi madera, la dejé lisita, luego le sople para quitarle el polvillo blanco…….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
24 de febrero de 2012.
Comentarios