Un anciano le entrega unas hojas a Alberto Cortez, en la azotea, camisas blancas, mujeres en calzones, rayos y truenos.

Un anciano le entrega unas hojas a Alberto Cortez, en la azotea, camisas blancas, mujeres en calzones, rayos y truenos.







































Un hombre se acerca a Alberto Cortez. Yo lo acompaño. El anciano le dice que él escribió esta letra y que le gustaría mucho antes de que muriera que Alberto la pudiera hacer canción.

Alberto toma las hojas, las deposita en el suelo, después se inclina. Con un plumón comienza a encerrar en círculos algunas palabras y letras. Hace el comentario que sí le hace algunos arreglos y con otros pequeños detalles se podrá.

Le digo a Alberto que por el contenido de la letra se puede musicalizar en re bemol menor. Que te parece?

Hum, no estaría mal.

Estoy en la azotea. Necesito bajar pero no encuentro la salida.

Se abre una puerta ubicada en el patio central. Sale un orangután.

Que le puedo decir a un chango?

Dos minutos más tarde se asoma una mujer.

Le pregunto que cómo puedo encontrar la salida?

Ella me dice que me vaya por este lado de acá. Y que luego siga el camino de tierra. Este camino me llevará a Insurgentes Norte cerca de la Avenida Montevideo.

Sabes en donde es?

Sí más o menos me ubico.

Ya en la calle puedo ver unos arcos. Aquí alguna vez paso agua. Quién sabe hace cuanto.

Pasa un autobús, el autobús tiene un letrero en letras blancas dice Indios Verdes.


Necesito comprar una camisa blanca.

Sé que dicha camisa cuesta o tiene un valor de trescientos pesos. Busco en mis bolsillos y solamente tengo doscientos.

Entro a la tienda con la idea de que no la tengan en venta.

Le pregunto a un señor de barba rala. Este me dice que las camisas de ese color todavía no le llegan.

Ahora entro al cuarto en dónde me dormía.

Pasa un hijo. Sin que le pregunte me dice que en la pared del cuarto hay camisas blancas.

Y sí. Las veo colgadas en un gancho y este pende de un clavo.

A un lado de las camisas blancas hay muchos sujetadores. No sé de quién sean. Son de color rojo.

Ahora me entran ganas de mear. Cruzo el patio. Me encuentro con la sorpresa de que el baño está ocupado. Hay varias mujeres. Mujeres obesas. Mujeres que les brotan las lonjas de tan gordas que están.

Les pregunto de manera gentil que sí ya van a desocupar el baño?

La gorda en pantaletas me dice que sí pero que aún no encuentran sus sujetadores.

Ah los sujetadores?

Yo ví varios colgados en el cuarto en donde me duermo.

Las mujeres salen en tropel meneándo su tetas.

Que mujeres tan gordas, ya no me dio tiempo de recomendarles que se pongan a dieta.


El baño está en construcción.

El cielo se enoja, lanza resplandores, viento y muchos rayos.

Los rayos pasan muy cerca. Debo mear apresuradamente no sea que me toque a mí…..




Original de Alfredo Arrieta
Nec spe, nec metu
Para elpueblodetierra.
Estados Unidos Mexicanos.
10 de Mayo de 2016.



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