UNIFORME BLANCO, VIENTO FUERTE, SALIR ESCAPANDO EN UN CAMION,ARBOLES CON GALLINAS, HERMANOS ENORMES, BORRACHOS EN UN SOLAR.











En este sueño de ayer noche  me vengo a encontra con mi papá. El lleva un uniforme blanco, zapatos del mismo color. Al verlo me  desconcierto porque mi padre no es doctor. Tú no te preocupes en México nomás te pones una puta cachucha y ya eres general.

Ahora soy doctor.

En esas ando cuando entra al cuarto un señor de pelo chino, medio güero y con lentes. El hombre le dice a mi papá que sí lo puede atender.  Le responde que sí.

Saca de un cajón una pavorosa jeringa. Le pide esperar un rato. Coloca  un recipiente con agua y la  pone a hervir .. Después de cinco minutos la saca, la coloca en un plato. Luego introduce la aguja en un frasco y absorbe una sustancia blanca, más bien transparente.

Le pide al hombre que se  ponga de nalgas. El hombre obdece, se afloja el cinturón y se recuesta sobre la cama. Nos muestra a los presentes su culo peludo.

Mi padre se acerca y le mete la jeringa aplicádole la sustancia. Le dice que eso es todo.

El hombre se levanta y le pregunta que sí va a estar mejor. ¡ Claro hombre esta medicina me la acaban de traer de Alemania. Es  de primera .

Es verdad le dice.

Ya siento que me está haciendo efecto..

Cuanto le debo doctor?

Son quinientos pesos…

El hombre mete su mano en el pantalón y saca un billete. Se lo entrega y le pregunta que cuando tiene que regresar?

En una semana para que el tratamiento tenga efecto. Muy bien. Le agradece y se retira.
Mi padre me dice: Estos tontos, creen que en verdad los estoy curándo. Solo le inyecté agua y su cabeza hace lo demás..



Me encuentro recostado sobre un camastro. El cuarto es más bien feo casi tirándole a horrible pero en este sueño no hay más.

Un viento azota la puerta. Cada vez es más y más fuerte. La puerta casi se arranca. Me levanto con el propósito de contener esta furia. La fría me grita que me aleje de la puerta porque el viento me puede levantar y llevarme con él. Esto me enoja y me aviento sobre la puerta: A mí ningún pinche viento me puede doblegar.

Es inútil el viento es  muy fuerte. Arranca el techo, creo que debemos salir. Las paredes crujen, también las arrancará.

Afuera hay un camión. Un  hombre con aspecto de costeño nos dice que nos subámos en la parte de atrás. Veo a muchas personas presas del miedo. El hombre se sube precipitadamente. Un perro le ladra también quiere subir.

 ¡Orale pués súbete¡…

Nos vamos…

Vamos por una vereda. A lo lejos se puede observar  una nube negra. Quiere alcanzarnos. Una mujer de rebozo que viene con nosotros nos dice que es la furia de Dios.

 Dios es un ojete.

Mire usted cuánta calamidad. La mujer me pela los ojos.. Está enojada por lo que le dije. Pero es verdad Dios es un ojete.

Le digo al chafirete que baje por ese sitio. Este pretendía que nos bajáramos en medio de unas ramas secas y con espinas. Si no soy mártir. Detente en un sitio en dónde todos podamos bajar sin contratiempos.

Hay un recodo.  Asomo la cabeza y le digo que aquí esta bien.

 Somos como veinte personas. La nube negra ya no está. Quién sabe a cuantos mató…




 Hay un árbol seco más bien que está a apunto de morir. En sus ramas hay muchas gallinas negras. Les digo a estas personas que sí les entra el hambre pues que se coman las gallinas. Uno de ellos me dice que no se pueden comer las gallinas negras. ¿Y eso porque? Porque la carne de las gallinas también es negra. Y me  muestra una pierna con  muslo. Entonces no se la coman..


Entro a otro cuarto. Veo a Lalo. Es enorme el cabrón mide tres metros. Mira nada más  te deja uno de ver y ya creciste.. Si es verdad.

 Sale su madre. Aquí es una señora de menos de 30. Se ríe y me dice que es como una enredadera.
Hay además una cama. Alejandro saca su cabeza. ¿Y tú que no me vas a saludar? La vuelve a meter.

A punto de partir me encuentro en un solar. Hay una punta de borrachos. Uno de ellos con cara de rufián me quiere vender un juego electrónico. Incluso me muestra el folleto. Le digo que no compro juegos de ninguna clase. Este insiste. Tomo su folleto  y lo arrojó al suelo. El malandro me mira , escupe al suelo como diciendo ¡ya vas¡. No se avienta porque descubre en mí una cara tan dura que parece que lo intimido..

¿Qué puto?

Qué?

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
23 de agosto de 2013.
Estados Unidos Mexicanos.








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