EL SUEÑO.
Ingrid Bergman |
Me presenté con un grupo de psiquiatras. Ellos me miraron con
asombro. Al igual que la Ingrid. Iba yo vestido con un elegante traje. De esos
trajes cortados de diseñador. Debo aclarar que solamente en los sueños especiales me
visto de esa manera. Por lo general suelo ir de manera formal.
Ingrid me miró con sus ojos tan grandes que de inmediato quedó enamorada de mí. Yo la
veía mientras saludaba a los galenos. Lo que no sabían que yo no era psiquiatra
y que había suplantado la identidad de otra persona..
A los dos días de haber conocido a Ingrid ya éramos dos seres
perdidamente enamorados. Nos íbamos al parque y nos besábamos a placer.
Ella de mujer enamorada
decidió psico analizarme. Me dijo que los sueños no son tonterías sino
que son ideas , piezas de un ajedrez que se deben de ir colocando poco a poco.
Me pidió recostarme en el diván. Me dijo que le hablara.
Sobre cosas de mi niñez. Le expliqué que en realidad Ingrid o sea ella no era
la Bergman sino que en realidad era la Maga una mujer real que primero me abrió puerta tras puerta hasta que
pude llegar a su corazón.
Así la veía yo.
Caminaba por un pasillo hasta llegar una puerta
blanca, luego otra y otra hasta que ella
se aparecía y con su mano me decía ven.
Cuando estaba enfrente de ella cerraba la puerta violentamente y yo me quedaba
con una frustración que hasta ahora que es 1945 no he podido sacárla de mi
pensamiento.
Le dije que en mis sueños
estaba en una mesa sentado y jugando
cartas. Un hombre me entrega las mías. Luego llegaba una mujer en poca ropa y
comenzaba a besar a los demás. Incluso a mí me daba un beso mientras me decía:
Soy La Maga…. Soy tu amor… Dejaba el juego para otro momento para ir detrás de ella pero no la veía más.
En las paredes había
muchos ojos, ojos abiertos, verdes,
cafés, azules. También podía ver los dos ojos de ella, esos ojos de musa que
supieron hechizarme y luego desaparecer.
La mujer casi desnuda sacaba unas tijeras bien grandes
y comenzaba a cortar los ojos que
miraban en la pared.
¿Sólo eso soño ‘?.
No.
También me ví en un tejado. Llevaba una rueda deforme como
esas pinturas de Dalí. Luego me explicó la Ingrid que Dalí coloboró con Alfred H para detallárle el sueño. Pués no sé le
dije..
Después veía una
colina cubierta de nieve. Me veía con La
Maga. Ella iba al lado mío. Los dos esquiábamos hacia abajo. Le dije que
posiblemente esas caídas eran por aquél
acccidente en donde mi hermanito fue golpeado por mis pies y quedó ensartado en
los barandales y murió.
Aunque ya no sé bien
cómo separar la realidad del sueño o la ficción no estoy seguro sí paso o no
pasó.
Después me llevaron preso
por la acusación que fui objeto. Me dijeron que yo había matado a otro
psiquiatra y que mi argumento de que se cayó por la colina fue falso.
El doctor tenía un
balazo en la nuca. Le grité que yo no
había sido. Pero no hubo argumento que valiera. La Maga me decía a través de
los barrotes que me sacaría de ese lugar. Lloraba más que un mar…
Veía como se enjugaba las lágrimas por nuestra nueva
separación..
Nunca se pudo lograr sigo preso en esta misma celda, sigo preso de mí. La
única alegría que tengo es cuando algún pájaro se posa en esta ventana y luego
que me ve se escapa. Ahí es cuando me digo: ahí voy yo….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
20 de noviembre de 2012.
Estados Unidos Mexicanos.
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