EL SUEÑO DE LA PINTURA
EL SUEÑO DE LA PINTURA
Me dispongo a renovar la casa donde habito, es una casa de niebla , donde solo hay silencio , es la casa en donde duermo.
Entro en ella al filo de las dos con 45 de la mañana , primero veo unos individuos que llevan en su manos unos garrotes blancos e intentan abril un carro estacionado, en este menester se encuentran cuando suena una alarma y los maleantes corren en la misma dirección . Instantes después a las dos con 49, salen dos individuos con gorras de beisbolista . Uno de ellos es un rengo con barba y bastante desaliñado, el otro se oculta entre las sombras nocturnas de esa madrugada.
Entre en la casa en la que duermo y con un trapo limpio los cristales empañados, después miro a través de ellos, nadie en la oscuridad .
En la casa en donde vivo hay un hombre sentado que tiene los brazos cortos como si alguien se los hubiera serruchado, llego y le pregunto que hace en mi territorio, el hombre me mira con ojos de ratón rojo . Ya no hay palabras , sólo palos que le doy en el cuerpo hasta que lo dejo inmóvil.
Más tarde , es decir algunos instantes miro las paredes de mi casa que tiene pinturas de Dalí , Magrit y Pau Picaso. Son obras originales que estos amigos de la noche del sueño han pintado en mis paredes, por aquella zona de la casa en donde duermo se encuentra una mujer de pelo largo y ojos expresivos que según sé se llama Luz Blanchet . Ella con un rodillo remoja la pintura blanca y desaparece las obras maestras de la pared. Yo la miro atónito y dejo que lo haga , las pinturas son ideas efímeras que van desapareciendo a medida que pasa sobre de ellas la pintura blanca .
Me asomo por la calle que en realidad es una avenida y veo claramente como un hombre vuelca su camioneta de tonos grises y da una vuelta y otra y otra y otra . El hombre queda muerto y su aliento caliente se despide de su cuerpo.
Ahora estoy en la ciudad de Madrid , entro en un almacén a comprar algunos artilugios que le puedan servir a mis teléfonos celulares. Una mujer expresiva , me muestra las gracias de estos aparatos y yo que del atraso vivo , no se ni lo que me dice . Mi hija Montserrat se pierde entre un mostrador vetusto . Después aparece ataviada con un vestido blanco como esos que se usaban en los 60 . Leva bastantes adornos , flores y rayas en líneas , hilitos por todas partes .
Salgo de la tienda y tomo un taxi , para esos momentos no se si son los años 49 y lo digo porque el taxi es un Dodge de esos que llevaban una palanca de bolita y cromos por todos lados . El taxi avanza por las calles de Madrid se alza imponente el hotel Rossevelt , esto lo se porque hay caras de este señor en toda la fachada del hotel madrileño . Mas adelante mis ojos detienen en la fachada del cine Roxy , lo veo abandonado , el anuncio se encuentra caído y con la luz apagada . En un momento determinado de mi recorrido de sopor, le digo al señor de canas avanzadas que se pare que en esta plaza nos quedamos . Mi hija desciende y se queda en la banqueta, yo busco en el interior una cobija que intento doblar para entregarse al chofer, al intentar depositarla un español de los muchos vulgares que te puedes encontrar le dice al conductor que para que la dobla, que yo soy un tío guarro y que debería de cobrarme el doble de pesetas . Miro al tipo, es un hombre parecido a cualquier gitano, le digo con firmeza que a él que chingados le importa , porque te metes . Paga tronco porque te canto las cuarenta y nos liamos a golpes coño¡ . No me lo hubiera dicho el guey , porque metí la mano a la chamarra negra que más quiero y extraje La navaja que le compre a un señor en el rastro.
Mi navaja está filosa , pero cuando pierde el filo , voy con el mismo señor y por veinte pesos le saca tal punta que es capaz de cortar cualquier carne con cariño.
El gitano grosero , me miró con altanería. Que te pasa buey , a mi ningún puto gachupín me dice nada, y el que me lo dice pués le parto la madre. Esto le dije al mismo tiempo que le hacia un rasgo en su cara guarra . La sangre escurrió por su cara . Chupé la navaja y me aleje en silencio . Unos pájaros encaramados en ese árbol miraron mi numerito ….
Me dispongo a renovar la casa donde habito, es una casa de niebla , donde solo hay silencio , es la casa en donde duermo.
Entro en ella al filo de las dos con 45 de la mañana , primero veo unos individuos que llevan en su manos unos garrotes blancos e intentan abril un carro estacionado, en este menester se encuentran cuando suena una alarma y los maleantes corren en la misma dirección . Instantes después a las dos con 49, salen dos individuos con gorras de beisbolista . Uno de ellos es un rengo con barba y bastante desaliñado, el otro se oculta entre las sombras nocturnas de esa madrugada.
Entre en la casa en la que duermo y con un trapo limpio los cristales empañados, después miro a través de ellos, nadie en la oscuridad .
En la casa en donde vivo hay un hombre sentado que tiene los brazos cortos como si alguien se los hubiera serruchado, llego y le pregunto que hace en mi territorio, el hombre me mira con ojos de ratón rojo . Ya no hay palabras , sólo palos que le doy en el cuerpo hasta que lo dejo inmóvil.
Más tarde , es decir algunos instantes miro las paredes de mi casa que tiene pinturas de Dalí , Magrit y Pau Picaso. Son obras originales que estos amigos de la noche del sueño han pintado en mis paredes, por aquella zona de la casa en donde duermo se encuentra una mujer de pelo largo y ojos expresivos que según sé se llama Luz Blanchet . Ella con un rodillo remoja la pintura blanca y desaparece las obras maestras de la pared. Yo la miro atónito y dejo que lo haga , las pinturas son ideas efímeras que van desapareciendo a medida que pasa sobre de ellas la pintura blanca .
Me asomo por la calle que en realidad es una avenida y veo claramente como un hombre vuelca su camioneta de tonos grises y da una vuelta y otra y otra y otra . El hombre queda muerto y su aliento caliente se despide de su cuerpo.
Ahora estoy en la ciudad de Madrid , entro en un almacén a comprar algunos artilugios que le puedan servir a mis teléfonos celulares. Una mujer expresiva , me muestra las gracias de estos aparatos y yo que del atraso vivo , no se ni lo que me dice . Mi hija Montserrat se pierde entre un mostrador vetusto . Después aparece ataviada con un vestido blanco como esos que se usaban en los 60 . Leva bastantes adornos , flores y rayas en líneas , hilitos por todas partes .
Salgo de la tienda y tomo un taxi , para esos momentos no se si son los años 49 y lo digo porque el taxi es un Dodge de esos que llevaban una palanca de bolita y cromos por todos lados . El taxi avanza por las calles de Madrid se alza imponente el hotel Rossevelt , esto lo se porque hay caras de este señor en toda la fachada del hotel madrileño . Mas adelante mis ojos detienen en la fachada del cine Roxy , lo veo abandonado , el anuncio se encuentra caído y con la luz apagada . En un momento determinado de mi recorrido de sopor, le digo al señor de canas avanzadas que se pare que en esta plaza nos quedamos . Mi hija desciende y se queda en la banqueta, yo busco en el interior una cobija que intento doblar para entregarse al chofer, al intentar depositarla un español de los muchos vulgares que te puedes encontrar le dice al conductor que para que la dobla, que yo soy un tío guarro y que debería de cobrarme el doble de pesetas . Miro al tipo, es un hombre parecido a cualquier gitano, le digo con firmeza que a él que chingados le importa , porque te metes . Paga tronco porque te canto las cuarenta y nos liamos a golpes coño¡ . No me lo hubiera dicho el guey , porque metí la mano a la chamarra negra que más quiero y extraje La navaja que le compre a un señor en el rastro.
Mi navaja está filosa , pero cuando pierde el filo , voy con el mismo señor y por veinte pesos le saca tal punta que es capaz de cortar cualquier carne con cariño.
El gitano grosero , me miró con altanería. Que te pasa buey , a mi ningún puto gachupín me dice nada, y el que me lo dice pués le parto la madre. Esto le dije al mismo tiempo que le hacia un rasgo en su cara guarra . La sangre escurrió por su cara . Chupé la navaja y me aleje en silencio . Unos pájaros encaramados en ese árbol miraron mi numerito ….
Original de Alfredo Arrieta Ortega.
Día 13
4.19 de la tarde del mes de junio de 2008.
México.
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